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viernes, 29 de junio de 2012

Conferencia Episcopal respalda a Garatea para que sea mediador en Caso Conga

Salvador Piñeiro sostuvo que el trabajo de la Iglesia es hacer germinar la semilla de la paz “en un mundo de odio, de mentiras, de dudas y de violencia”
Conflictos sociales, Cajamarca, Conferencia Episcopal Peruana, Gastón Garatea, Salvador Piñeiro, Proyecto Conga
“Ya es una persona mayor, con mucha experiencia, siempre las canas son la corona de la experiencia. Si a él lo llaman o lo invitan, estoy seguro de que aportará muchísimo”, dijo Piñeiro sobre Garatea. (Fotos: Archivo El Comercio)
El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), monseñor Salvador Piñeiro, opinó que el sacerdote Gastón Garatea podría ayudar, en caso sea convocado como mediador entre el Ejecutivo y los manifestantes antimineros, a solucionar el conflicto que existe en Cajamarca a raíz del proyecto Conga.
En diálogo con Radio Programas, Piñeiro recordó que Garatea ha sido presidente de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza durante años, lo cual le ha permitido adquirir conocimiento sobre el manejo de los métodos de comunicación entre varias partes.
“Ya es una persona mayor, con mucha experiencia, siempre las canas son la corona de la experiencia. Si a él lo llaman o lo invitan, estoy seguro de que aportará muchísimo”, manifestó.
Además, Piñeiro sostuvo que el trabajo de la Iglesia es hacer germinar la semilla de la comprensión y de la paz “en un mundo de odio, de mentiras, de dudas y de violencia”.
Desde Roma, donde participará en un cónclave de obispos por el Día del Papa, el presidente de la CEP señaló que entre los peruanos no puede seguir el enfrentamiento y abogó para que se retome el diálogo.

    jueves, 28 de junio de 2012

    EVANGÉLICOS PARAGUAYOS Y LUGO

    Asuncion, 28 de junio de 2012
     
    COMUNICADO CONAE A LA OPINION PUBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL
     
    En nombre y  representacion de la CONAE - PY (Conferencia Nacional Evangelica) que reune la mayor parte de los miembros de la Comunidad Evangelica paraguaya con el objeto de compartir nuestra posicion en relacion con los hechos acontecidos recientemente en nuestro querido Pais (Juicio Politico a Don Fernando Lugo), manifestamos cuanto sigue:
    1- Para nosotros los Ministros, Obispos, Pastores y Lideres Eclesiales, Paraguay goza de un Gobierno Democratico y Representativo, funcionando a plenitud de acuerdo a la Constitucion Nacional, considerando legal y legitimo el proceso democratico que permitio la toma de juramento del nuevo presidente de la Republica del Paraguay.
    2- Consideramos que todo lo actuado por el Congreso Nacional, Senadores y Diputados, se ha ajustado conforme a lo que dicta nuestra Constitucion Nacional.
    3- Dejamos constancia que en Paraguay todas las instituciones democraticas y el estado de derecho estan vigentes, como tambien la ciudadania esta tranquila y desarrollando su trabajo con total normalidad y en paz.
    4- Rogamos a nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo ilumine a los paises, bloques, organizamos internacionales y la Comunidad Internacional para que respeten nuestra soberania, evitando cualquier tipo de sanciones que perjudique a nuestra sufrida poblacion, en su mayor parte en situacion de pobreza.
    5- Informar sobre la activa participacion de la CONAE como mediadores ante el Congreso Nacional de la
    Republica Federativa del Brasil donde el Capellan Lider Gimenez de la ACEP, logro el apoyo de 80 Diputados y 4 Senadores del Frente Parlamentario Evangelico quienes se comprometieron orar y colaborar para que el Gobierno Brasilero respete nuestra soberania.

    DIOS BENDIGA PARAGUAY.
     
    CONAE Conferencia Nacional Evangelica Mail: http://es.mc1716.mail.yahoo.com/mc/compose?to=conae@redecom.org 595981403128
    PAP Plataforma Apostolica del Paraguay - Mail: http://es.mc1716.mail.yahoo.com/mc/compose?to=pap@redecom.org
    REDECOM Red Evangelica de Comunicacion - Mail: http://es.mc1716.mail.yahoo.com/mc/compose?to=red@redecom.org
    ACEP Asociacion de Capellanes Evangelicos del Paraguay -  Mail: http://es.mc1716.mail.yahoo.com/mc/compose?to=acep@redecom.org
     GACETILLA CONFERENCIA NACIONAL EVANGELICA
    Mesa de Unidad Nacional
     ACUCEP Asociacion de Compañerismo Uniformados  Cristianos Evangelicos del Paraguay - Mail:
    http://es.mc1716.mail.yahoo.com/mc/compose?to=red@redecom.org 595982170162
    Boletin http://www.redecom.org/
    RED EVANGELICA DE COMUNICACION
       
    REFUPEP Red de Funcionarios Evangelicos  del Paraguay - Mail: http://es.mc1716.mail.yahoo.com/mc/compose?to=refupep@redecom.org

    EVANGELIO, PAN DE VIDA

    "Dar fruto es comunicar a los demás una fe que hemos recibido como un don"
     
    “Evangelio Pan de Vida” 27 de junio de 2012

    Día litúrgico: Miércoles XII del tiempo ordinario
    Texto del Evangelio (Mt 7,15-20): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».
    Comentario: Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España)
    Por sus frutos los reconoceréis
    Hoy, se nos presenta ante nuestra mirada un nuevo contraste evangélico, entre los árboles buenos y malos. Las afirmaciones de Jesús al respecto son tan simples que parecen casi simplistas. ¡Y justo es decir que no lo son en absoluto! No lo son, como no lo es la vida real de cada día.

    Ésta nos enseña que hay buenos que degeneran y acaban dando frutos malos y que, al revés, hay malos que cambian y acaban dando frutos buenos. ¿Qué significa, pues, en definitiva, que «todo árbol bueno da frutos buenos (Mt 7,17)»? Significa que el que es bueno lo es en la medida en que no desfallece obrando el bien. Obra el bien y no se cansa. Obra el bien y no cede ante la tentación de obrar el mal. Obra el bien y persevera hasta el heroísmo. Obra el bien y, si acaso llega a ceder ante el cansancio de actuar así, de caer en la tentación de obrar el mal, o de asustarse ante la exigencia innegociable, lo reconoce sinceramente, lo confiesa de veras, se arrepiente de corazón y... vuelve a empezar.

    ¡Ah! Y lo hace, entre otras razones, porque sabe que si no da buen fruto será cortado y echado al fuego (¡el santo temor de Dios guarda la viña de las buenas vides!), y porque, conociendo la bondad de los demás a través de sus buenas obras, sabe, no sólo por experiencia individual, sino también por experiencia social, que él sólo es bueno y puede ser reconocido como tal a través de los hechos y no de las solas palabras.

    No basta decir: «Señor, Señor!». Como nos recuerda Santiago, la fe se acredita a través de las obras: «Muéstrame tu fe sin las obras, que yo por las obras te haré ver mi fe» (Sant 2,18).
     

    martes, 26 de junio de 2012

    PAZ INTERNA, LA CIENCIA DE DIOS

    La paz. Que palabra tan importante. La paz es lo que todos buscan y no lo saben. La paz interior, el tesoro mas grande que podemos tener, no viene en cápsulas. El estrés, que es la ausencia de paz interna, puede causar tensión alta, bocio, migrañas, artritis, enfermedades del corazón, ulceras gastrointestinales, y todo tipo de enfermedades mentales. La paz con Dios puede curar estas enfermedades.
     Los médicos pueden prescribir fármacos pero no pueden hacer mucho sobre la causa que genera las enfermedades, especialmente si no se trata el espíritu que es el componente más importante.
     Paz. Que palabra tan importante. Hablamos de la paz interior, no la ausencia de guerra. Aunque esto es también una guerra, en el corazón.
    La Biblia tiene mucho que decir sobre la paz. Nosotros tenemos mucho que aprender sobre esta palabra.
    Donde hay estrés no hay paz. La falta de paz interior es la causa # 1 de casi todos nuestros problemas de salud. Esto parece una exageración pero si se analiza detenidamente a la luz de la palabra de Dios, vemos que el conseguir tener paz duradera es el beneficio más grande que podemos alcanzar en esta vida. Ninguna otra cosa se puede comparar con ella.
     Pero la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento no es tan fácil conseguirla.
     Filipenses 4:6-7 dice:
    “Por nada estéis afanosos (ansiosos, preocupados) sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, con toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la PAZ DE DIOS, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
     Necesitamos más que una píldora para los problemas de estrés en los que se encuentra el hombre que ha perdido todos sus ahorros en la crisis económica, para la mujer que ha sido abandonada por su marido, y para el hombre que maquina por la noche en su cama como va a vengarse del que es responsable de sus problemas.
     Dios prometió al pueblo judío que si andaban en obediencia a sus estatutos los protegería de toda enfermedad, cosa que la medicina moderna no puede prometer con todas sus medidas preventivas.
     “Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, NINGUNA ENFERMEDAD DE LAS QUE ENVIÉ A LOS EGIPCIOS TE ENVIARÉ A TI; porque yo soy Jehová tu sanador.
     Hoy día tenemos no una epidemia, sino una pandemia de problemas psiquiátricos causados por vivir una vida ignorando las leyes de Dios. El fruto y beneficio más grande que resulta de tener una relación con Dios por medio de la fe en su Hijo Jesucristo, es la paz.
     El problema principal que tienen los que sufren de depresión, de ansiedad, de tensión, de temores infundados, etc. es la falta de paz. El hombre no se da cuenta de que la conciencia pesa mucho. Está inconsciente del papel que esta juega en todos estos problemas físicos. Pero el subconsciente es muy real.
     La Biblia dice:
    “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
     Pero hay buenas noticias. Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a traernos la paz.
     En Juan 14 leemos:
     “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay. Voy a preparar lugar para vosotros y volveré y os llevaré allí”.
     ”La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.
    Juan 14:6
    “Yo soy en camino…”
     ”El que a mí viene, no le echo fuera. Venid a mi para que tengáis vida en abundancia”.
    Palabras de Jesucristo. Palabras de vida. Jesucristo es el camino a la paz duradera.

    DIGITALIZANDO LA PALABRA DE DIOS


    EL REINO DE DIOS NO ESTÁ AQUÍ

    ¿Está el reino de Dios en la tierra hoy día, puesto en el “corazón de los hombres?” ¿Está Dios usando a Su Iglesia para extender Su reino, por medios del amor fraternal y buenas obras, hasta que alcance todas las naciones? La enseñanza de la Biblia está clara. ¡Aquí está la importante verdad de esta doctrina que comunmente es malentendida!

    Muchos que profesan ser Cristianos interpretan mal a Lucas 17:21 y Colosenses 1:13 y llegan a la conclusión de que el reino de Dios está aquí con nosotros ahora, o en la forma de la Iglesia o “en los corazones de los hombres.” Ellos entonces concluyen que son sus “deberes Cristianos” de extenderlo mundialmente, por medio de amor fraternal, tolerancia, y así sucesivamente.
    Con toda la sinceridad que esta creencia pueda tener, no procede de la Biblia. No procede de la mente de Dios. En cambio, procede de las mentes de hombres carnales (Marcos 7:6-8; Rom.1:22, 25, 8:7), influenciados y malguiados por el “dios de este mundo” (II Cor. 4:4; Apo. 12:9), y sus sirvientes. “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (II Cor. 11:13-15).
    ¿Y cómo llegaros las personas a está falsa conclusión?
    Primero, ellos no dejan que la Biblia se interprete por ella misma. En lugar de prestarle atención a II Pedro 1:20, “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,” ellos asignan sus propias preconcebidas ideas de las Escrituras. También, ellos no permiten a la Biblia a enseñar, reprobar, corregir o a instruirlos a ellos (II Tim. 3:16-17).
    Segundo, ellos limitan sus entendimientos en un tema leyendo solo uno o dos versículos, y tomandolos fuera de contexto. Ellos también ignoran muchos otros versículos que les daria el “gran cuadro” de lo que ciertamente enseña la Biblia. Para entender la Biblia en cualquier doctrina, usted debe buscar todas las escrituras en ese tema. Ningun versículo en particular, capítulo o libro es suficiente para capturar el completo significado y entendimiento de cualquier tema. Isaias 28:9-10 dice, “¿A quién El le podrá enseñar conocimiento? Y…¿a quién a entender doctrina?…Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá.” En un sentido, Dios diseñó la Biblia a ser como un rompecabezas: Usted debe poner juntos todos los versículos relacionados que se encuentran a través de la Biblia para entender el “gran cuadro.”
    Aquí están siete pruebas de que el reino de Dios no está aquí todavía.

    Uno: ¿Está El Reino Dentro De Usted?

    En Lucas 17:20-21 Cristo dijo, “El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.” Muchos leen este versículo y llegan a la conclusión, “¡Aha! El reino de Dios está dentro de mi.” ¿Pero es acaso eso lo que verdaderamente dice el versículo?
    ¿A quién le estaba hablando Cristo? La primera parte del versículo 20 da la respuesta: “Y cuando los fariseos le preguntaron, cuándo había de venir el reino de Dios, El les respondió y dijo…” Cristo le estba hablando a los fariseos-¡no a Sus discípulos! Los Fariseos le preguntaron, “¿Cuándo había de venir Su reino?”
    Aquí está la respuesta de Cristo: “El reino de Dios está entre vosotros.” ¿Queria decir Cristo que Su reino estaba dentro de los Fariseos-hombres que El los llamó “hipocritas” y “guías ciegos,” quienes “dejaron lo mas importante de la ley, justicia, misericordia y la fe,” que estaban “llenos de robo y de injusticia,” que eran como “sepulcros blanqueados [tumbas pintadas de blanco], que se muestran hermosas por fuera, pero…por dentro [estaban] llenos de huesos de muertos, y de toda inmundicia” (Mat. 23:21, 23-27)?
    ¡Claro que no!
    Un estudio cauteloso le demostrará que la frase “dentro de ustedes” (como dice en Inglés) es una mala interpretación. El margen de la Nueva King James dice, “está entre ustedes.” La Versión Revised Standard dice, “en el medio de ustedes.” Cristo le estaba diciendo a estos hombres carnales que Su reino estaba en la presencia de ellos.
    ¿Cómo podía ser esto?
    Cristo se estaba refiriendo a El mismo. El representaba el reino de Dios-Su gobierno. Mientras que Jesús era un hombre de carne y sangre, El también era El Mesias, nacido para ser un rey. El nunca pecó ni actuó contrario a la voluntad de Su Padre. El era el representante perfecto del gobierno de Dios.

    Dos: Definiendo un Reino

    Todos los reinos deben consistir de cuatro partes: territorio, un rey (o gobernante), súbditos, y leyes.
    Si el reino de Dios ya está aquí, como si fuera en la forma de la Iglesia o en los “corazones de los hombres,” entonces la tierra completa estuviera bajo Su gobierno. “Y el Eterno será rey sobre toda la tierra: en ese día habrá un solo Señor, y Su nombre uno” (Zaca. 14:9).
    Si el reino de Dios ya está aquí, Cristo, el Rey, estaria sentado en el trono de David (Isa. 9:6-7), gobernando desde Jerusalén. “Así dice el Eterno de los ejercitos: Yo he regresado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad “ Zaca. 8:3). Jerusalén quiere decir “Ciudad de paz.” Mas sin embargo, ¡hoy día es uno de los lugares mas caóticos, aterririzados, y ciudad de guerra como ninguna otra en el planeta! Es obvio que Cristo no está gobernando desde allí hoy día.
    Si el reino de Dios estuviera aquí ahora, Sus súbditos (toda la humanidad) vivieran bajo el amoroso, pero autoritario gobierno. “Y los regirá con vara de hierro” (Apo. 2:27). Hasta las naciones gentiles como Egipto se les requirirá que lo obedezcan-o que sufran las consequencias (Zaca. 14:16-19). Eso no es lo que está ocurriendo hoy día.
    Si el reino de Dios ya está aquí, Sus leyes fueran conocidas por todos los hombres, mujeres y niños por toda la tierra. Todas las personas por lo menos estuvieran tratando de ser obedientes. Nadie pudiera reclamar ser ignorante acerca de los mandamientos, estatutos y juicios de Dios (Isa. 30:21; Jere. 31:34). Esto no ha ocurrido todavía.

    Tres: ¿Puede Usted Ver El Reino?

    En Juan 3:3, Cristo le dijo a Nicodemos, un Fariseo, “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Confundido, Nicodemo respondió, ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús…Que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (vs. 4-5). Para ver y entrar en el reino de Dios, usted debe ser espíritu. Pero las personas son fisicas. ¡Ellos no pueden entrar en el reino porque “la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios” (I Cor. 15:50)!
    Cristo mas adelante explicó en Juan 3:8 que el Espíritu es como el viento-es invisible. Usted no puede verlo. Pero los seres humanos son carne y sangre, y pueden ser vistos.
    También, aquellos que “nacen de nuevo” se pareceran a Cristo (I Juan 3:2). Ningun hombre fisico se parece a El, en la forma en que El está en el cielo hoy día: “Su cabeza y Sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; Sus ojos como llama de fuego; y Sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como un horno; y Su voz como estruendo de muchas aguas…y Su rostro era como el sol cuando resplandece en [su] fuerza” (Apo. 1:13-16). ¿Conoce usted a alguien que luzca y suene en esta manera ahora?
    Debieramos también considerar que la primera resurrección (cuando los siervos de Dios “nacen de nuevo”) no ocurre hasta que Cristo regrese (I Cor. 15:50-54; I Tesa. 4:16-17). Si esto ya hubiera ocurrido, todo el mundo lo supiera. Nadie, en ninguna forma pudiera haberse perdido un evento como ese. (Mat. 24:23-27).

    Cuatro: ¿Paz Mundial Ahora?

    Isaias 9:6-7 dice de Cristo, “El gobierno estará sobre Sus hombros; y Su nombre será llamado Admirable, Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de Su imperio y la paz no tendrán límite.”
    Observe las noticias en la televisión, lea las revistas nacionales de noticias y periodicos. ¿Está este mundo disfrutando la paz? ¿Cree usted que Cristo permitiria homicidios, violaciones, abusos de menores, disturbios, y guerras bajo Su gobierno divino?
    ¡No! Obviamente, Cristo-el Príncipe de Paz-no está todavía dirigiendo Su reino en la tierra hoy día.

    Cinco: ¿Qué Acerca De Colosenses 1:13?

    Muchos comentaristas de la Biblia citan a Colosenses 1:13-“El cual [El Padre] nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de Su amado Hijo”-para “probar” que el reino de Dios está aquí ahora entre los hombres. Aquí están algunos ejemplos:
    “Ni tiene que ser el reino interpretado en un sentido de territorio. Con esto se quiere decir, no es un area que puede ser designado en un mapa; es el regimiento soverano del Señor Cristo sobre los corazones de los seres humanos” (El Expositor’s Bible Comentario).
    “El [Dios] ha completamente cambiado nuestro estado, nos sacó de las regiones oscuras, del vicio y la impiedad, y nos ha puesto en el reino bajo el gobierno de su amado Hijo” (Clarkes’s Comentario).
    “La idea de que Pablo entendia acerca del reino en un sentido escatológico, y que el evento del reino es de acuerdo a los estudios cientificos o de arqueologos es insostenible. Porque este reino comienza desde Adán y está ahora presente donde el poder del evangelio gobierne” (Comentario en el New Testament).
    “[Dios nos ha] traido a el estado del evangelio, y nos ha hecho miembros de la iglesia de Cristo, la cual es un estado de luz y pureza” (Comentario en Toda la Biblia, de Mathew Henry).
    “…la era por venir ha llegado. Lo que era futuro ha comenzado a ser presente. Las dos eras, de alguna manera, se unen parcialmente. Mientras que el mundo separado de Cristo está bajo la influencia del poder de las tinieblas, para aquellos que están “en Cristo” la nueva era ya está aquí. La noche pasó y el amanecer ha llegado” (El Abingdon Bible Comentario).
    Como usted puede ver, en vez de simplemente dejar a la Biblia interpretarse ella misma, estos escritores se confian en sus propias interpretaciones. Por resultado, ellos se mantienen a ellos mismos de poder entender el claro y verdadero significado de Colosenses 1:13.
    ¿Qué es este “poder de las tinieblas” del cual Dios libra a Su pueblo? Hechos 26:17-18 nos aclara este punto: “…librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanán a Dios…” Satanás y sus demonios gobiernan la tierra hoy día. Este es el porque Pablo escribió que los Cristianos no “luchamos…contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo” (Efe. 6:12). Es esto por lo que Cristo también dijo, “Mi reino (gobierno) no es de este mundo; si [lo] fuera…entonces Mis servidores pelearian…pero Mi reino no es de aquí” (Juan. 18:36). Cuando Dios libra a Su pueblo de “los poderes de las tinieblas,” El los llama a salir de este mundo (Apo. 18:4), fuera del inspirado por Satanás (Efe. 2:2-3) sistema y forma de vida-su gobierno. El nos ha trasladado [margen dice transferidos] al reino [gobierno] de Su amado Hijo.” Dios libra a Sus siervos del gobierno , leyes, y caminos de Satanás a Su gobierno en la conversión.
    Los Cristianos son ciudadanos del reino de Dios, aunque no esté aquí. Por ejemplo: Usted es un ciudadano Americano que está viajando en el extranjero. Aunque usted no esté en los Estados Unidos, usted todavía es un ciudadano Americano. En la misma forma, que la ciudadania de un Cristiano es del cielo, y el no vive allí. “Mas nuestra ciudadania está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Fili. 3:20).
    Ahora considere Romanos 4:17 así como habla de Abraham: “Dios cual da [movimiento] vida a los muertos, y llama a las cosas que no son [que no existen] como si fuesen…” Cuando Dios le dijo a Abraham, “Porque te he hecho para ser padre de muchas naciones” (Gen. 17:5), Isaac todavía no había nacido hasta un año después (compare 17:1-5 con 21:5). Su descendencia no creció a ser una nación individual ¡hasta cientos de años después en Egipto! Dios sabia que sus descendientes serian una nación prospera cientos de años después. Como nada puede detener a Dios de llevar a cabo Sus planes, para El es como que ya está hecho. Aunque Su pueblo todavía no ha nacido en Su reino, El sabe que lo estarán. Nada puede detener esto que esto ocurrá. En Su mente, así será.

    Seis: ¿Para Qué Orar Venga Tu Reino?

    Si el reino está aquí ahora, si es en forma de Iglesia o “en los corazones de los hombres,” ¿por qué Cristo le ordena a Sus siervos a continuamente orar, “venga tu reino” (Mat. 6:9-10; Lucas 11:2)? Si por lo menos el principio del reino estuviera aquí, o si la Iglesia fuera el reino, ¿no hubiera Cisto ordenado a Sus seguidores a orar “que crezca tu reino y se extienda?”

    Siete: ¿Por Qué Buscar El Reino?

    Si el reino de Dios está aquí ahora, ¿por qué Cristo le dijo a Sus seguidores, “Mas buscad primeramente el reino de Dios” (Mat. 6:33)? Si los miembros de la Iglesia ya están dentro del reino, ¿por qué buscarlo? Otra vez, ¿No les hubiera dicho Cristo que “primeramente extendierán el reino?”

    El Gran Efecto Del Dominó

    La Biblia dice que Satanás es el “dios de este mundo.” El lo gobierna. El lo engaña (II Cor. 4:4; Apo. 12:9). Y su misión es engañarlo a usted. El sabe que si el lo puede adoctrinar a usted con solamente una falsa enseñanza-herejía-entonces esta pronto lo llevará a usted a creer otras herejías.
    El diablo sabe que si el lo puede convencer a usted de que el reino de Dios está aquí ahora, entonces, usted razonará, que usted debe de haber “nacido de nuevo.” Y si usted ya “nació de nuevo,” usted está “salvado.” Si usted está “salvado,” le hes imposible pecar. Si usted no puede pecar y quebrantar la ley de Dios (I Juan 3:4), entonces usted no tiene que mantener la ley. Si usted no mantiene la ley de Dios-que define Su forma de vida (Rom. 13:10)-entonces usted ya no es un Cristiano. “Permaneced en Mi, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mi. Yo soy la Vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mi, y Yo en el, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mi nada podéis hacer. El que en Mi no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden…Como el Padre Me ha amado, así también Yo os he amado; permaneced en Mi amor. Si guardareis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor; así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre, y permanezco en Su amor…Vosotros sois Mis amigos, si hacéis lo que Yo os mando” (Juan 15:4-6, 9, 10, 14).
    La Palabra de Dios dice que el pecado es como la levadura-se riega. ¿”No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?” (I Cor. 5:6). Y como la herejía es pecado, solamente una sola falsa enseñanza es suficiente para envenenar su completo entendimiento biblico.
    ¡Est es exactamente lo que Satanás, su enemigo, busca!
    Cuidadosamente examine la Biblia en todo lo que dice de cada tema. Permitale a la Biblia interpretarse por ella misma. Solamente así podrá usted crecer en un verdadero entendimiento biblico.
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    R010

    LA CURA BÍBLICA PARA EL STRESS

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    Dios quiere bendecirlo con el gozo y la paz de una vida libre de estrés. En realidad, Dios promete fortalecer su cuerpo y darle paz a su mente y su alma. La Biblia dice: "Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz" (Sal.29:11).
    Una poderosa estrategia para combatir el estrés es el ejercicio. El ejercicio provee una vía sumamente beneficiosa para liberar el estrés acumulado y las emociones negativas. En vez de permitir que el estrés deshaga su cuerpo, usted verdaderamente puede usar el estrés para sacar ventaja. Una buena sesión de ejercicios puede disipar el estrés y hacer que usted se sienta estupendo. Veamos algunos ejercicios que puede realizar para vencer el estrés para que nunca lo venza a usted, incluyendo algunos ejercicios de relajación que le ayudarán a aflojarse.
    A diverse group of young adult Christians praying
    Rutina de relajación de tres minutos
    Esta rutina de relajación requiere sólo tres minutos, pero puede ser un salvavidas en una situación tensa.
    1. Concéntrese en relajarse usando una palabra clave, tal como la paz de Dios o el amor de Dios. Escuche su propia respiración, aspire profundamente y contenga la respiración.
    2. Mientras contiene su respiración, tense un grupo de músculos, como los músculos de su cara, piernas o brazos.
    3. Mientras usted expira, relaje el grupo de músculos tensos. Sienta que toda su tensión se desvanece. Baje los hombros y rótelos en un círculo.
    4. Repita.
    Usted puede hacer este ejercicio de relajación mientras está en el trabajo o en su casa. Aprender a relajarse requiere práctica. El entrenamiento en relajación reduce la ansiedad y el estrés, y disminuye las enfermedades cardiacas y la hipertensión.

    Relajación muscular progresiva
    En este ejercicio de relajación, usted debe tensar cada grupo de músculos de su cuerpo, mantenerlos así por cinco segundos, y luego aflojar gradualmente los músculos, y relajarlos por diez a quince segundos. Relajar todo su cuerpo por medio de esta técnica le llevará cerca de veinte minutos.
    1. Siéntese o recuéstese tranquilamente en una posición cómoda lejos del ruido o las distracciones.
    2. Examine su cuerpo para identificar áreas de estrés o tensión.
    3. Comience a tensionar los músculos de cada uno de los siguientes grupos, comenzando por la cabeza. Tensione cada parte del cuerpo durante cinco segundos y luego libere lentamente la tensión mientras se concentra en otra parte del cuerpo. Es necesario repetir esto dos veces con cada grupo de músculos. Mientras aprende a liberar lentamente la tensión de los músculos, realmente le estará enseñando a su cuerpo cómo relajarse.
    • Frente y coronilla: levante las cejas.
    • Mandíbula: apriete los dientes.
    • Cuello: empuje el mentón hacia delante sobre su pecho.
    • Hombros y músculos trapecios: levante los hombros.
    • Espalda: empuje hacia atrás los extremos de los hombros
    • Brazos: flexione los bíceps.
    • Abdomen: tensione el abdomen.
    • Nalgas: apriete y tensione las nalgas.
    • Muslos: flexione los muslos.
    • Pantorrillas: flexione y mueva los dedos hacia arriba y hacia abajo.
    --Extracto tomado del libro La cura bíblica para el estrés del Dr. Don Colbert, publicado por Casa Creación. Usado con permiso.

    lunes, 25 de junio de 2012

    PASTORES EVANGÉLICOS Y PENSIONES

    Archivo | Internacional

    Iglesia Evangélica Española

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    La Corte Europea de Derechos Humanos declara en sentencia que el Gobierno Español discrimina a los pastores protestantes sin pensión de jubilación.

    Escrito el 03 abril 2012 por Lupa Protestante
    Nota de Prensa – Iglesia Evangélica Española
    Iglesia Evangélica Española
    Madrid, 3 de abril 2012.- La Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo ha señalado hoy esta discriminación como una vulneración de la Convención Europea de Derechos Humanos. La sentencia, tomada por unanimidad, condena a España por trato discriminatorio hacia los pastores protestantes en relación con las pensiones de jubilación frente al trato privilegiado que han recibido los sacerdotes católicos, violando así el artículo 14 (Prohibición de Discriminación) de la Convención. Lee más…

    LA IGLESIA EN UN MUNDO DIGITALIZADO

    Escrito el 27 octubre 2011 por la fuente citada en el artículo
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    (Fuente: Iglesia Evangélica Española) La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas organizó el primer encuentro de la Red de Teólogos en Mangalore, India (21-26 de octubre). Comunión Mundial de Iglesias ReformadasEl objetivo era que los teólogos reformados reflexionaran sobre temas fundamentales que afectan al mundo contemporáneo, incluyendo el impacto de los medios de comunicación en la fe y acción cristianas.
    Uno de lo teólogos que asistían al encuentro, Hendriks Jurgens, profesor en una universidad sudafricana, afirmó que “los efectos combinados de la globalización y la comunicación en red están transformando el mundo de una manera que pueden conducirnos a una vida mejor o al desastre”. También comentó que en una sociedad en red, los movimientos sociales en la red son los principales impulsores de la transformación social. La Iglesia debe aprender a entender cómo trabajar en un mundo digitalizado”

    Sobre la fuente citada en el artículo


    "Lupa" es una revista cristiana, progresista y ecuménica, de teología, opinión y cultura que se edita desde Barcelona (Catalunya). Este artículo ha sido escrito por la fuente citada en su contenido

    LUPA PROTESTANTE: ÚLTIMOS ARTÍCULOS

    1984 en 2012

    JESÙS DE NAZARETH, EL INDIGNADO

    Escrito el 16 mayo 2012 por Alfredo Abad
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    Asistí este mes a una conferencia de Juan José Tamayo, dentro del curso de Teología de la Liberación que estoy siguiendo en la parroquia de San Carlos Borromeo de entrevías. Comparto aquí algunas de sus reflexiones y pienso en voz alta sobre la asociación entre Reforma e indignación.
    Alfredo Abad
    La expresión libre de la opinión es denostada cuando contradice nuestro propósito y nuestro plan, nos molesta y somos poco flexibles para encajar la crítica. En el mejor de los casos la crítica se escucha y se canaliza, lo normal es argumentar en contra y defender la propia posición, lo último y más bajo es atacar al otro mediante el descrédito y la ridiculización, en nombre de una verdad última, indiscutible y absoluta, como hizo la contrarreforma dejándonos lastres estériles y alienantes.
    A nosotros, cristianos protestantes, no nos corresponde asumir una posición partidista a favor de una u otra opción política, ya que desde el respeto debemos trabajar e integrar todas las posiciones de nuestra membresia en el sano ejercicio de la diversidad y el pluralismo inherentes a nuestra manera de entender la práctica de la fe. Lo que si nos corresponde es mirar la actitud de Jesús y seguirle en su manera de vivir y en su mensaje, como hicieron los reformadores para buscar la autenticidad y el compromiso con la verdad.
    Juan José Tamayo, en la conferencia de referencia, nos llevó en primer lugar a entender la evolución teológica de la imagen de Jesús en la historia de la iglesia, partiendo desde el Jesús sometido y sin sentimientos que asume un sacrificio impuesto, de la teología del siglo 19 y principios del siglo 20. Hoy, gracias a la teología hemos recuperado al Jesús histórico, del que habla por ejemplo el protestante Albert Schweitzer, entre otros muchos, se ha puesto en valor su humanidad y su actitud ante los conflictos que vive, Jesús es más bien un insumiso, que muestra un rostro más cercano de pasión por las personas y cuya vida es compromiso.
    Como protestantes hemos protagonizado esta evolución y hemos hecho de Jesús algo más personal, valoramos y seguimos al Jesús de Getsemaní y de la Cruz que muestra una misión redentora de la humanidad compartiendo nuestro caminar para hacernos personas libres del pecado y sus estructuras. La redención no es una rendición, sino una consecuencia del rechazo de los poderes de su tiempo al reinado de la voluntad de Dios, que quiere una vida en plenitud para cada ser humano.
    Para el teólogo palentino son seis los escenarios de la indignación de Jesús, 1) Ante las autoridades religiosas por su hipocresía: Jesús no les reconoce autoridad por su corrupción; 2) Ante la religión oficial por la interpretación perversa del mensaje: Jesús es un reformador que se preocupa por el ser humano y su necesidad y es un transgresor del ayuno y del sábado; 3) Ante el poder político, Jesús se implicó públicamente y le crucificó el imperio romano por ser su mensaje desestabilizador, Jesús hizo lo que no debía, cuando no debía y donde no debía: templo y cambistas; 4) Ante el poder económico Jesús es radical y enseña que es incompatible servir a Dios y al dinero, su opción es claramente por los pobres; 5) Ante la sociedad patriarcal, la discriminación es inaceptable y Jesús habla con las mujeres y su Reino tiene sitio para las prostitutas; y 6) Ante el propio momento de sentirse abandonado en la Cruz, Jesús interpela al Padre y le pregunta las razones de sentirse abandonado.
    No puedo recoger aquí todas las reflexiones de Tamayo y el detalle de su argumentación, pero reconozco, en los trazos que él hace, al Jesús que siguieron también los reformadores y que les llevó a poner su vida para que cada persona pudiese encontrarse personalmente con Dios, en libertad de conciencia y sin jerarquías absolutistas y dominantes, incuestionables y autoritarias.
    El legado de la Reforma tiene mucho que ver con la base de la democracia y con las razones éticas y sociales de la construcción de un mundo mejor, como peleo Calvino en Ginebra y como refleja nuestro culto mediante la participación y nuestra organización por su carácter horizontal que sigue los modelos del Nuevo Testamento.
    Cada persona tiene la libertad de posicionarse políticamente y la responsabilidad de cuidar cuáles son sus valores fundamentales, a quien sigue, en quien se inspira, cual es la base de sus decisiones y que guía su interpretación de la realidad. El seguimiento de Jesús nos debe de hacer reflexionar sobre la situación que estamos viviendo para valorar a las personas en primer lugar como sujeto del amor, sin discriminación, sin etiquetas, poniendo siempre la mirada en sus necesidades y no en sus bolsillos, ni en sus papeles.
    La protección social, los derechos sociales y laborales, la solidaridad con el tercer mundo no son inventos del humanismo o la ilustración, son rasgos de poner por encima de la ley de la selva, la ley del más fuerte, la ley de la compasión, la misericordia y el amor, y traducirla en legislación cotidiana.
    Yo me defino, y sigo los criterios de Jesús en sus curaciones y en sus parábolas, su modelo de sanidad y su modelo de educación, que pone a los excluidos de su sociedad en el centro de su preocupación y habla con la extranjera samaritana a pesar del escándalo de sus discípulos. Deberíamos releer la parábola de la Gran Cena cuando escuchamos los criterios presupuestarios que están hoy a la orden del día.
    Alfredo Abad, Abril 2012

    Sobre Alfredo Abad

    Alfredo Abad es Secretario 1º de la Comisión Permanente de la Iglesia Evangélica Española, presidente del Presbiterido de Madrid y Extremadura, teólogo y pastor.

    ¿QUÉ SIGNIFICA PARA EL CRISTIANO LA TENSIÓN CREATIVA?

    Por Arnoldo Arana

    Sin tensión no hay crecimiento en la vida espiritual.

    Carácter es, según Noah Webster: “Estampar y gravar  a través de presión”. Crecer en carácter requiere enfrentar situaciones adversas que produzcan crisis y desequilibrio en nuestra vida, que pongan de manifiesto las gritas de nuestro carácter, de modo de estar conscientes de ellas y trabajar para reparar esas grietas. El plan de Dios es hacer de cada persona una igual a él. La Biblia nos dice que Dios nos predestinó para que fuésemos hechos “conformes a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29). Su reto a nosotros es:”Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48). Él está formando su carácter en nosotros, se puede decir que él está estampando y grabando Su imagen en nosotros. Para hacerlo usa muchas veces la presión. Esa es la razón por la cual, tal como lo advierte la palabra de Dios, nos toca enfrentar desafíos y adversidades. Dice Howard Hendricks: “Así que Dios se mueve en nuestras vidas con  propósito divino, para inquietar (romper) periódicamente nuestro equilibrio. Así es como él nos desarrolla”.

    Como cristianos hemos sido llamados a ser portadores de la imagen de Dios con la cual fuimos creados. Y aun cuando esa imagen fue alienada, distorsionada  como consecuencia del pecado, Dios no ha desistido de su propósito original. Ahora, Dios no actúa al azar, él provisto en su Hijo, un modelo, un prototipo y el medio para reconstruir esa imagen en cada hombre que ha recibido a su Hijo como Señor y Salvador personal. Dios es el gran constructor de almas. El utiliza a su Hijo como modelo y norma para restaurarnos a su imagen.

    Usted podría sentirse desesperanzado ante semejante estándar a alcanzar, pero no tiene porque, ya que Dios, en Jesucristo, no es sólo nuestra meta y norma a la que El nos quiere llevar, sino también la fuerza en  nosotros y los recursos necesarios para alcanzar esa meta. Dios mismo es tanto la norma para la vida espiritual como la provisión para alcanzar esa norma. Hay en la Biblia un pasaje que expone esta verdad en forma maravillosa: “Por tanto nosotros todos mirando a cara descubierta como a un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen (según la  norma, las negrillas son mías), como por el Espíritu del Señor (como con la fuerza o provisión del Señor, las negrillas son mías)” (2da. Corintios 3:18).

    Dios no busca crear en nosotros desesperanza, pero si tensión constructiva. Nos quiere inquietos y expectantes con la idea  de ser como él ¿Está usted inquieto y entusiasmado ante el reto de Dios? ¿Siente la tensión constructiva por lo brecha existente entre lo que es hoy y lo que está llamado a ser en Cristo Jesús? ¿Se siente satisfecho con su presente nivel de vida espiritual? Estas no son preguntas retóricas. Por el contrario, nos confrontan con nuestra responsabilidad como hijos de Dios, y deberían hacernos reflexionar hondamente. 

    Dice T.B. Maston: “La restauración es tanto un proceso como una realización. En tal proceso siempre habrá una lucha interior por su completa obtención, lucha que durará hasta el fin del viaje cuando despertemos a su semejanza”. La tensión es el resultado natural de confrontarnos con las demandas de Dios en relación con el crecimiento que El espera de nosotros. Las tensiones constructivas emanan de la misma naturaleza de la vida cristiana. Basta con leer las bienaventuranzas del monte pronunciadas por Jesús, para entender el tremendo reto que significa reproducir a Cristo en nuestra vida cotidiana.

    Las demandas éticas, morales y espirituales realizadas por Jesús, son de un estándar de altísima exigencia. Las demandas de conducta y realización espiritual del cristianismo han sido colocadas por encima de la capacidad humana, más allá de la fuerza de voluntad, disciplina y poder humanos. Ha sido colocada tan alto que ninguna mano sin asistencia divina puede asirla. Esta brecha parece insalvable al considerar la calidad de vida que vivió Jesús en la tierra: Su santidad divina e integridad inimitable, su justicia perfecta, su sabiduría superior, su inefable e incondicional amor, su capacidad infinita para perdonar, su extrema humildad y mansedumbre, su altruismo y capacidad de sacrificio, su  completa fidelidad al Padre, su actitud de servicio, su obediencia  absoluta a Dios, su fe milagrosa, su deseo puro de hacer la voluntad de Dios. Al observar con detenimiento la vida de Jesús nos hacemos profundamente conscientes de nuestra necesidad de ayuda divina. Pero le damos gracias a Dios, que juntamente con las exigencias sobrenaturales, ha puesto a nuestra disposición los recursos divinos.

    El ideal cristiano puede generar mucha tensión constructiva no sólo por el estándar exigido, sino también por la dificultad para entender plenamente el llamado a ser como Cristo- a su imagen. Vale decir, el llamado a reproducir en nuestra vida, el carácter, el amor, la obediencia y la fe de Jesucristo. Dice T.B. Maston: “Podemos resumirlo todo diciendo que cada fase de la vida cristiana, cuando es adecuadamente comprendida y seriamente considerada, es creadora de tensiones para el cristiano honrado, y, en el buen sentido, ambicioso. Debiéramos recordar siempre, sin embargo, que tales tensiones contribuyen a nuestro crecimiento en la vida cristiana: no hay progreso sin tensiones”.

    LIBROS CRISTIANOS

    El Aguijón en la Carnehttp://www.pensamientocristiano.com/Libros/ElAguijonEnLaCarne.shtml

    Fundamentos Teológicos de la Fe Cristianahttp://www.pensamientocristiano.com/Libros/Fundamentos.shtml
    Grandes Cánticos de la Bibliahttp://www.pensamientocristiano.com/Libros/GrandesCanticosDeLaBiblia.shtml

    EL CRISTIANO Y LA TELEVISIÓN

    Recomendaciones para un uso sin abuso

    Se dice que es más fácil encontrar una casa en la que falte el pan que una casa sin televisor. Esta afirmación no se puede tomar al pie de la letra, pero refleja bien la escala de valores de muchas familias: prefieren antes comer peor que prescindir del televisor. La televisión se ha convertido en elemento imprescindible para el «funcionamiento» familiar. El extraño silencio que deja una televisión averiada en la casa produce incomodidad, como si estuviera ausente un elemento vivo de la familia. Protagonista destacado a la hora de comer, «invitado especial» todas las noches, compañero imprescindible los fines de semana, su ausencia llega a crear verdaderos síndromes de abstinencia, como si de una droga se tratara.
    ¿Droga? Sí, ahí está la clave de nuestro tema. El problema no es el uso sino el abuso de la televisión. El enfoque correcto no debe ser: «¿la televisión es buena o mala?» Como muchos otros instrumentos técnicos, la televisión en sí misma no es ni buena ni mala, sino que depende de cómo se use. Un mal uso puede tener consecuencias muy negativas para la salud de la persona, y no solamente de los niños. El profesor Alonso Fernández, destacado psiquiatra español, decía en una conferencia titulada «Televisión y salud mental»: «Todo plan nacional de salud mental debe incluir el adecuado funcionamiento del ente televisivo como una de sus prioridades absolutas». Casi todos habremos experimentado alguna vez la dificultad para levantarnos del sillón cuando estamos enfrente del televisor. Es como si nos «enganchara». Los expertos hablan de un estado de anestesia o hipnosis televisiva que no permite al sujeto alejarse de la pantalla. Sólo ciertas personas con fuerza de voluntad se liberan de esta experiencia de enganche. Así que, el problema no es la televisión, el medio en sí, sino lo que hacemos con ella.
    Al principio, con la aparición de los primeros receptores, no pocos creyentes consideraban una falta de espiritualidad tener televisor. Mirar la televisión y ser carnal eran una misma cosa. La idea de que el demonio «entraba» en las casas a través de los programas era su principal argumento. ¿Estaban equivocados aquellos creyentes de hace cuarenta años? Por supuesto que sí, en tanto que televisión y demonio no son sinónimos. Pero su postura tenía un trasfondo correcto al entender que la televisión es un medio de penetración formidable de la forma de ser de este mundo. La secularización entra por todos los poros de la vida del creyente, y el medio televisivo no es una excepción. Para un joven creyente hoy es mucho más fácil imitar a sus «ídolos» de «Operación triunfo» que a Cristo. Es simplemente una cuestión de porcentajes de influencia. Si un creyente pasa tres horas diarias frente al televisor (el promedio en España gira en torno a las 3 horas por día), ¿cuántos minutos recibe de influencia espiritual?. El televisor no es el diablo, ni siquiera es del diablo, pero puede llegar a ser instrumento favorito de influencia por parte del diablo. Observemos con atención las declaraciones de Lolo Rico, escritora, exdirectora de programas infantiles de TVE: «La pequeña pantalla dictamina e impone sus modelos, impartiendo criterios -se siguen a rajatabla- sobre el mundo y la mejor manera de existir en él. Se ha convertido en la madre subsidiaria que distribuye afectos, ordena inclinaciones y asigna gustos y aficiones como es propio de la maternidad». Estas palabras cobran especial valor viniendo de alguien que conoce a fondo la capacidad de influencia del medio televisivo. Rico, autora del libro «El buen espectador» (Espasa Calpe, 1994) afirma de modo concluyente: «La televisión es el medio más manipulador y más manipulable».
    Consideremos, ante todo, los valores positivos. En primer lugar, la televisión puede ser un buen instrumento de información. Las capacidades técnicas de nuestros días son tan impresionantes que se ha hecho plena realidad la idea del sociólogo Mac Luhan del mundo como una «aldea global». Para el creyente esto tiene una dimensión muy buena. Si queremos «examinarlo todo y retener lo bueno», tal como nos exhortaba el apóstol Pablo, necesitamos información. El cristiano no puede vivir encerrado en la seguridad de su iglesia local, aislado del mundo Necesitamos conocer y auscultar bien las realidades que nos rodean. Si queremos que nuestro mensaje sea relevante para el mundo, hemos de ser capaces de tener un ojo en el periódico y otro en la Biblia como apuntaba el teólogo Kart Barth. Nosotros parafraseamos su frase y la aplicamos a la televisión: hemos de saber ver lo que ocurre en nuestro mundo. Y necesitamos interpretar estas realidades con los ojos y la mente de Cristo.
    Algo parecido podríamos decir, en segundo lugar, del potencial pedagógico e incluso terapéutico de la televisión. Este potencial ha aumentado en la medida que la televisión vía satélite proporciona un abanico de posibilidades aun más amplio. Los programas documentales pueden ser un instrumento de formación adecuado. El beneficio cultural de ciertos contenidos es enriquecedor. En este sentido, el vídeo constituye un elemento imprescindible en cualquier institución docente, ¡incluidos los seminarios teológicos! Igualmente, en un hogar de ancianos el televisor puede ser un medio de apoyo psicológico excelente. Podríamos mencionar también su valor como instrumento sano de distracción. A veces ciertos programas sirven para desconectar de la tensión diaria cuando se llega a casa. Para algunas personas tiene una función de relax, es como un lavado de cerebro que les ayuda a olvidar los problemas del día. ¡Algunos incluso lo utilizan como somnífero! Hay, por tanto, aspectos positivos que hemos de potenciar. En este sentido podríamos comparar la televisión con un antibiótico: administrado a las dosis adecuadas, por la vía adecuada, y en el momento adecuado puede ser de gran beneficio.
    Pero de la misma manera que un antibiótico es susceptible de abuso y entonces sus efectos son perjudiciales, lo mismo ocurre con el televisor. ¿Cuáles son los peligros principales de la televisión? Empezaremos considerando los efectos negativos que derivan de la «dosis», la cantidad de horas de consumo de televisión.
    El abuso de tiempo delante del televisor nos plantea tres graves consecuencias tanto para el niño como para el adulto. En primer lugar, es una forma pasiva de ocio que reprime la creatividad y la imaginación. La televisión implica muy poca participación, a diferencia, por ejemplo, de la lectura. No estimula la creatividad, una facultad indispensable para los niños y terapéutica para los adultos. Esto es vital porque el ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios, ha nacido para crear. La atrofia progresiva de la creatividad humana lleva a una generación de personas sin criterio, despersonalizadas. Hay algunas formas de ocio -la lectura, la música- que promueven la imaginación. Cuando éramos niños y leíamos «El gato con botas», o «Robinson Crusoe» en la adolescencia, podíamos dar rienda suelta a nuestra imaginación y ello fomenta la creatividad. Este elemento le falta al televisor. La participación es pasiva. En la televisión es difícil ser actor y espectador a la vez. éste es uno de los grandes riesgos de una sociedad tan centrada en la imagen: perder la imaginación creativa, la fantasía.
    En segundo lugar, la mayoría de los programas tiene un efecto absorbente. Es el estado de hipnosis televisiva a la que nos referíamos al principio. Veámoslo con un ejemplo curioso. Si uno de nosotros intenta leer el periódico cuando el televisor está encendido, es muy probable que terminemos cerrando el periódico y mirando el programa. Hay un efecto de atracción, de seducción que capta la atención de la persona. Por ello, muchos encuentran muy difícil apagar el televisor antes de que acabe el programa iniciado. Es un efecto parecido al de la droga: cuanto más la miras, tanto más necesitas seguir mirándola. Me confesaba un amigo cómo decidió vender su televisor porque era incapaz de controlar el número de horas delante de la pantalla y ello había arruinado su hábito de lectura. «La televisión ha empobrecido mi vida», me decía un poco avergonzado.
    Este efecto de hipnosis puede llegar a convertir la televisión un una forma de huida, un instrumento para no pensar, un verdadero lavado de cerebro. Ya hemos hablado alguna vez de un fenómeno preocupante: la introducción de aparatos de televisión en hospitales. La enfermedad es probablemente el último reducto que le queda al hombre hoy para pensar y encontrarse consigo mismo. La televisión en la habitación del enfermo entorpece una de las oportunidades más fecundas de reflexión como es el sufrimiento. Cuando la distracción anula la reflexión, la persona y la vida se trivializan, haciéndose cada vez más superficiales.
    En tercer lugar, el problema por excelencia de la televisión es la alteración en la vida familiar. En este aspecto ha venido a ser como un intruso que ha alterado profundamente las formas y hábitos de comunicación dentro de la familia. En una encuesta realizada en los Estados Unidos, se hizo una pregunta a niños entre cuatro y seis años: «¿A quién quieres más, a papá o a la televisión?» La respuesta, muy inquietante, fue que el 44% de los niños preferían la televisión antes que a su padre. Sus argumentos eran conmovedores: «La televisión siempre está en casa, mientras que papá no está nunca». «Mi televisión está disponible siempre que quiero, mientras que mis padres están siempre ocupados».
    Queremos destacar un peligro particularmente importante: La televisión a la hora de la comida. En las generaciones de nuestros padres y abuelos, los problemas familiares se ventilaban a la hora de comer. «Ya hablaremos en la comida», era una frase sencilla, pero extraordinariamente rica. La comida ofrecía un foro natural donde padres e hijos, esposo y esposa hablaban con espontaneidad de los avatares de la jornada. Hoy en día alrededor de la mesa ya no se habla, sólo se oye la voz del intruso, de la «abuela electrónica» que ha invadido la intimidad familiar. Muchas tensiones podrían aliviarse si el televisor estuviera apagado a la hora de comer. Muchos jóvenes me han compartido cuánto odiaban el televisor porque les había robado a sus padres, les había despojado del único momento de comunicación con ellos. Frases parecidas las he escuchado de labios de esposas y esposos en relación con sus cónyuges. ¿Tan difícil es apagar la televisión durante las comidas? ¿Es que hay miedo de enfrentar con naturalidad los conflictos del día? Nuestra recomendación encarecida, y muy sencilla, es que ninguna familia debería tener la televisión encendida a las horas de las comidas. Es más, el aparato de televisión debería estar ubicado, a ser posible, en otra habitación de la casa. Por desgracia, las reducidas dimensiones de las viviendas actuales no permiten muchas veces esta posibilidad. Pero habría que hacer lo posible por salvaguardar la hora de la comida como momento supremo de comunicación familiar.
    Un problema relacionado con el anterior es la «guerra de los canales» entre los miembros de la familia. El padre quiere ver un programa, el hijo se enfada porque desea otro, y la madre protesta porque su programa nunca se le respeta. Estas tensiones familiares por la oferta televisiva se han solucionado en Estados Unidos de una manera muy práctica: cada miembro de la familia, incluso los adolescentes, tiene su propio aparato en el dormitorio. De manera que al silencio durante las comidas se le suma el aislamiento el resto de horas en casa. Así, la habitación se convierte en un castillo fortificado que fomenta el individualismo. La interferencia de la televisión en la vida familiar no es ajena a los altos niveles de individualismo de nuestra sociedad. ¿Dónde están aquellas reuniones familiares, aquellas tertulias espontáneas que enriquecían a generaciones pasadas? ¿No será que la televisión está influyendo poderosamente a engendrar familias-pensión?
    éstos son sólo algunos de los peligros. A modo de reflexión, preguntémonos con sinceridad: ¿Cuántas horas al día dedico a la televisión? ¿Cómo ha alterado esto mi vida familiar? ¿Me es fácil levantarme y apagar la televisión o me quedo «enganchado» con facilidad? ¿En mi casa es la televisión sólo un mueble o se ha convertido en la tirana de la familia? Todas estas preguntas pueden ser un pequeño test para valorar si nuestra relación con la televisión es de uso o de abuso.
    Otro tipo de efecto negativo es el derivado del contenido de los programas. La televisión imparte ideología, transmite una manera de ver la vida. La forma de pensar, los valores de la sociedad quedan plasmados en cada película, en cada anuncio publicitario. De ahí el valor estratégico que la televisión puede tener para una comprensión adecuada del mundo que nos rodea. El cristiano no puede cerrar los ojos ante el televisor y decir «esto no me interesa»; por el contrario, los ha de abrir bien para percibir, entender y reflexionar sobre las necesidades de aquellos a los que queremos predicar el Evangelio. Saber mirar la televisión es muy conveniente para una evangelización relevante. La respuesta adecuada a la secularización de nuestra sociedad pasa por una percepción profunda de las enfermedades de esta sociedad. Y la televisión es un escaparate formidable de las dolencias sociales de nuestro mundo contemporáneo.
    Miremos, pues, la televisión con la mente de Cristo. Cada vez que encendemos nuestro receptor, a los creyentes se nos brinda una oportunidad para comprobar si de veras tenemos esta mente de Cristo. En la práctica, ello requiere saber interpretar la información recibida de acuerdo con los valores del Evangelio. En otras palabras, para ver correctamente la televisión el creyente ha de usar unas gafas correctoras, que podríamos llamar la cosmovisión cristiana. No luchemos contra la televisión, luchemos a favor de una cosmovisión cristiana de la vida. Nuestros esfuerzos no han de ir encaminados tanto a reprimir -dejar de ver- como a promover -enseñar a ver-. Estas «gafas correctoras» nos permitirán captar los mensajes que hay detrás de cada película, detrás de cada anuncio publicitario o de cada debate. Esta actitud crítica nos permitirá una transformación de la información. éste es el mensaje básico de Ro. 12:1-2, mensaje que hemos de aplicar a la vida diaria. Ponernos a mirar un programa sin «gafas» nos deja expuestos al mimetismo, a la manipulación y, en último término, a la secularización.
    «Señor, enséñanos a mirar la televisión con sabiduría; enséñanos a dosificar y discernir para examinarlo todo y retener lo bueno».
    Dr. Pablo Martínez Vila

    Copyright

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    NUESTRO PASADO ¿ENEMIGO O ALIADO?

    El presente artículo es una adaptación del capítulo dos del libro Psicología de la Oración realizada por el propio autor.
    Una de las claves para una vida cristiana madura radica en tener actitudes correctas hacia nuestro pasado. Muchos creyentes no progresan adecuadamente en su fe porque están en lucha con su vida pasada. Aún sin darse cuenta, viven frenados o incluso paralizados porque no logran olvidar «lo que queda atrás» (expresión del apóstol Pablo en Fil. 3:13). Ello es así porque, junto con el temperamento, la historia personal de cada uno influye en la vivencia espiritual y en la oración en particular. Nuestra biografía, tanto lo que recordamos como lo que ya olvidamos –el subconsciente-, actuará como fuerza poderosa en nuestra relación con Dios y con los hermanos. Por supuesto que no nos influye hasta anular nuestra responsabilidad, pero tampoco podemos caer en la ilusión triunfalista de pensar que no nos afecta en absoluto. Si el temperamento es la parte más genética de la personalidad, la «materia prima» con la que venimos a este mundo, la biografía es el depósito donde se almacenan los recuerdos; es el resultado de lo que hemos hecho y de lo que nos han hecho, sea agradable o doloroso. Por ilustrarlo gráficamente, es la «maleta» con la que todos viajamos por esta vida y que se va llenando de vivencias y experiencias.
    Hemos de empezar aclarando un aspecto que es motivo de frustración en algunos creyentes, especialmente los jóvenes en la fe. Piensan que con la conversión se puede partir de cero, cambiar por completo de «maleta». Desearían que el Espíritu Santo hiciera tabla rasa de su biografía y borrara de golpe todo lo que pertenece al pasado y al inconsciente. Esta forma de pensar refleja un deseo profundo, urgente, de cambio; la persona anhela ser totalmente otra, busca huir de su pasado. Sufrieron tanto en su familia, en su infancia, que lo único que desean es olvidar. Algunos lo intentan cambiando de área geográfica, incluso de país. Cuando esta movilidad geográfica es muy frecuente se conoce en psicología como el «síndrome de Marco Polo». Otros intentan cambiarse el nombre, o van de trabajo en trabajo buscando el empleo ideal. Todo ello refleja el deseo intenso de empezar de nuevo. Llegan a querer tanto este cambio total que atribuyen al Espíritu Santo un papel que no le corresponde. Su error consiste en confundir el propósito de la obra de Dios en nosotros: la meta del Espíritu Santo no es destruir un pasado, sino construir un futuro. El creyente es llamado a parecerse cada día más a Cristo, no a borrar las huellas que la genética o el pasado hayan dejado en su vida. ¡La tarea del Consolador va mucho más allá de la terapia de un excelente psiquiatra!
    Sin duda las palabras del apóstol Pablo son ciertas: «Si alguno está en Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Co. 5:17). Pero este versículo no podemos interpretarlo a nuestro antojo. ¿Significa que Dios nos cambiará el color de los ojos o la talla al convertirnos? Esta pretensión, obviamente impensable, no la sostiene ningún creyente. Y lo mismo podemos decir del temperamento o de los recuerdos. Cristo nos da una vida nueva en el sentido de que pone en nosotros una nueva naturaleza, somos engendrados «del Espíritu» (Jn. 3:6). A su vez esto conlleva cambios radicales: actitudes diferentes, una perspectiva distinta ante la vida, una dignidad nueva, un sólido sentido de la identidad personal, la esperanza de un futuro diferente y así podríamos seguir la lista de «cosas nuevas». Ciertamente Dios nos da nuevos recursos y nuevas «salidas» (1 Co. 10:13) para sobrellevar los aspectos de nuestra «maleta» que más nos pesan. La fe es un poderoso instrumento de cambio de actitudes; pero ello no significa la eliminación de nuestro pasado y de nuestros «pesos» aquí en la tierra.
    Sin duda llegará el día cuando todos nuestras limitaciones y aguijones van a desaparecer, pero esto no ocurrirá hasta que estemos en el cielo nuevo y la tierra nueva, donde «las primeras cosas pasaron» (Ap. 21:4). Mientras tanto nos toca vivir en una situación de tensión. La fe es una tensión constante entre dos estados: ya no somos como antes, pero tampoco somos todavía lo que Dios y nosotros mismos queremos ser. Esta tensión entre el tiempo pasado y el tiempo futuro nos acompañará durante toda la vida cristiana. Nuestra meta aquí como discípulos de Cristo no es «estar cada vez mejor», vivir sin tensión o sin problemas. Esta sería la meta de un budista. Nosotros somos llamados a crecer más y más cada día, a la espera de aquel futuro glorioso cuando «el primer cielo y la primera tierra habrán pasado» (Ap. 21:1) y ya no existirá ningún tipo de dolor. Mientras tanto, tenemos la seguridad de que Dios nos utiliza no sólo a pesar de nuestro pasado sino a través de él. Esto lo podemos comprobar en la vida de los patriarcas y de muchos héroes de la fe.
    En esta línea, la vida de José en el libro del Génesis es un ejemplo extraordinario de cómo llegar a aceptar un pasado difícil. Su biografía era una «maleta» muy pesada: nacido en una familia conflictiva ( la poligamia era campo abonado para celos y tensiones familiares), huérfano de madre a los siete años aproximadamente, su padre le malcrió con una educación tan nefasta que despertó la envidia y el odio de sus hermanos. Tiene que afrontar el drama de la separación familiar a los 17 años, en plena adolescencia, perdiendo así el único vínculo de afecto que le quedaba con su padre. Completamente solo, en una tierra extraña, Egipto, sufre la calumnia que le lleva a la cárcel durante 13 años. Esquiva la muerte de forma milagrosa, primero al ser vendido a los mercaderes; luego, en el incidente con la mujer de Potifar. Una infancia y una juventud trágicas, un autentico drama familiar y la injusticia fueron los pesado fardos de la primera etapa de su vida. Sin embargo, al repasar y evaluar todos estos acontecimientos pasados, él tenía una formidable e intensa convicción de la presencia y la dirección de Dios en su vida. Dios estaba no sólo dirigiendo sus pasos, sino también usando todas las circunstancias, buenas y malas, para cumplir sus propósitos en la vida de José. Las palabras que dirige a sus hermanos en Gn. 50:20 son un resumen memorable de esta confianza: «Vosotros pensasteis mal contra mí, pero Dios lo encaminó para bien». Y en Gn. 45:5-8 deja muy claro quién es el que dirigió su vida por encima de los actos malvados de sus hermanos: «...porque no me enviasteis vosotros aquí, sino Dios...». Es difícil leer estos pasajes sin emocionarse. Nos estremece descubrir el inquebrantable sentido que José tenía de la providencia de Dios: él permite, él dirige, él libera (ver Hch. 7:7-9). ¿Te sientes identificado con José en alguno de sus problemas? Recuerda qué grande era su Dios. Ello transformará tu oscuridad en confianza y aliviará la carga de una «maleta» pesada e injusta.
    Si creemos de verdad en un Dios providente, Señor de nuestras vidas, el peso del pasado adquiere una dimensión diferente. Si Dios está con nosotros, ¿qué o quién contra nosotros? Esta es la revolución existencial y emocional del Evangelio que experimentó el apóstol Pablo. Si alguien tenía motivos para lamentar sus errores del pasado, era él: persiguió cruelmente a los creyentes y «asolaba la iglesia, y entrando casa por casa ...los entregaba en la cárcel» (Hch. 8:3). Sin embargo, un tiempo después afirmó con énfasis: «una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, me extiendo a lo que está delante» (Fil. 3:13). Sin duda, había experimentado que «a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien», o como traduce una versión inglesa (New International Version), «en todas las cosas Dios obra para el bien de los que le aman». Por tanto, en vez de luchar contra nuestro pasado, confiemos en que Dios lo va a usar para bien.
    Existe la tendencia en algunos círculos- tanto cristianos como seculares- a invertir demasiado tiempo en «limpiar» el pasado. Por supuesto, la comprensión del pasado puede ser conveniente e incluso algunas veces se nos exhorta en las Escrituras a «recordar» porque ello nos ayuda a entender mejor el presente. Pero el pasado no puede paralizarnos. Como profesional de la psiquiatría he de confesar que me preocupa la cantidad de energía emocional y espiritual que algunos creyentes invierten en la curación de los recuerdos. Con mucha frecuencia este ejercicio es inútil porque no da resultados terapéuticos, y ocasionalmente puede ser claramente perjudicial.
    Cuando estamos en Cristo ya no deberíamos ver el pasado como un enemigo, sino como un aliado, es decir un instrumento con el que trabajamos conjuntamente para un propósito. Lo característico de un aliado es que no necesito tener sentimientos positivos para trabajar con él. No se me pide que sea mi amigo, sino un colaborador. De igual manera, Dios no pide de nosotros que nos guste nuestro pasado doloroso, que llegue a ser un amigo, pero sí nos anima a aceptarlo como un aliado que él utiliza para cumplir ciertos propósitos de nuestra vida. Dejemos, por tanto, de luchar contra nuestro pasado porque en Cristo ya no constituye un enemigo a vencer, sino un aliado útil. Mi pasado ya fue limpiado cuando Cristo perdonó mis pecados con su sangre. Las palabras del Señor en Is. 43:18-19 son un bálsamo sanador para todos los que arrastran cicatrices de biografías difíciles: «No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí yo hago cosa nueva... Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad».
    Dr. Pablo Martínez Vila

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