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sábado, 26 de abril de 2014

Latinoamérica, menos católica y más evangélica

Latinoamérica, menos católica y más evangélica

El informe completo puede  descargarse aquí. 
FUENTE: http://www.protestantedigital.com/ES/Internacional/articulo/18197/Latinoamerica-menos-catolica-y-mas-evangelica

lunes, 21 de abril de 2014

EL MATRIMONIO COMO INSTITUCIÓN SOCIAL O JURÍDICA NO ES ASUNTO DE LA IGLESIA

“El matrimonio como institución social o jurídica no es asunto de la Iglesia”
El pastor y expresidente del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP) Rafael Goto Silva es consciente de que la unión civil entre personas del mismo sexo no le quita derechos a nadie y que, al ser el Perú un Estado laico, la Iglesia debe respetar la decisión que se tome, más aún cuando se trata de hacer cumplir exigencias y respetar los derechos humanos de la comunidad LGTBI. Además, opina que el fujimorista Julio Rosas hace mal en mezclar su trabajo congresal con el evangelio, y que su participación como el ‘salvador de La Parada’ solo es para ganar más votos en los próximos comicios electorales.
Carlos Aguilar / Foto: Jorge Cerdán
FUENTE: Diario 16 14 de Abril del 2014 
-¿Qué mensaje le deja la marcha que se hizo ayer a favor de la Ley de Unión Civil entre personas del mismo sexo?
Esta marcha expresa una corriente de opinión que viene incrementándose y que respalda que la unión de personas del mismo sexo sea reconocida por la ley. Creo que es un movimiento que va en crecimiento en contra de los sectores más conservadores de la ciudad (…) Si la mayoría no concuerda con la ley que plantea el congresista Bruce, sí se debe dar cuenta de que esta supuesta minoría tiene derechos. 
-Usted, como líder evangélico, ¿cree que la unión civil va en contra del matrimonio? ¿Cree, como dicen los que están en contra, que esto es una aberración?
No. Desde el punto de vista particular de cada persona, los que venimos de una creencia evangélica y católica encontramos algunas situaciones en las Escrituras que de alguna manera originan posiciones muy controversiales. Si lo vemos desde la perspectiva de que somos un Estado laico, una sociedad pluralista, sencillamente nosotros consideramos, independientemente de nuestras convicciones, que no podemos cerrar nuestros ojos ante las demandas que se plantean en la sociedad y el reconocimiento de derechos de distintos grupos. Consideramos que decir que esta propuesta afecta o no la constitución de la familia es relativo, porque la familia está constituida por personas que viven bajo un mismo techo construyendo relaciones afectivas, por lo tanto, la familia tradicional, como la que conocemos, no está en cuestión, sino que se está planteando un nuevo modelo de familia.
-¿Y qué pasaría si se aprueba esta ley?
Hay que aceptarla como una norma que el Estado está estableciendo, por lo tanto, no tengo y no creo que nadie deba sentirse fuera del mundo si es que se aprueba, ¿no?
-¿Esa cerrada postura de algunos evangélicos contra la unión civil es una imposición o consigna?
Bueno, no son solo los sectores evangélicos los que están desarrollando esta campaña en contra de la ley. En referencia a la Iglesia evangélica, es cierto que se tienen que respetar las Escrituras, tener a la biblia como ejemplo de conducta y buscar que se cumplan los principios evangélicos, pero te puedo decir que no toda la Iglesia evangélica está en contra de la ley, son sectores de opinión que se han articulado para generar una corriente para oponerse a la norma. Hay que diferenciar entre la Iglesia evangélica y los grupos de presión evangélica contra la norma.
-¿Cuando dice “grupos de presión evangélica” se refiere a Julio Rosas y al supuesto pastor José Linares?
Ellos representan a un grupo de opinión que ha ido trabajando para desarrollar una corriente contraria a esta ley. Hay otro grupo de opinión que piensa distinto. Es por eso que hay una página de Facebook llamada “Creyentes por la unión civil”, allí hay varios líderes de diferentes Iglesias que están a favor de esta norma…
-La exacerbada actitud del señor Julio Rosas da a entender que todos los evangélicos son homófobos y que están contra de esta norma. ¿No lo cree?
El señor Julio Rosas es representante de un sector de esta corriente de opiniones y, por lo tanto, no se puede trasladar mecánicamente la opinión de toda la comunidad evangélica al señor Rosas. Hay diversas expresiones…
-Entonces, le reitero: ¿la unión civil va en contra del matrimonio?
Obviamente que hay evangélicos que van a pensar que la ley va en contra del matrimonio y hay otros sectores de la Iglesia que piensan que no va en contra. En ese sentido, yo asumo que este es un asunto que no se resuelve desde un punto de vista religioso, sino desde el jurídico legal. La Iglesia no determina si va en contra o no, es el Estado el que debe resolverlo con la Constitución. El tema del matrimonio como institución social o jurídica no es un asunto de la Iglesia, sino del Estado.
-¿Y qué le dice que el señor Rosas hable del gen gay, de que solo existen hombre y mujer y que los homosexuales no tienen derechos humanos?
Es una opinión absolutamente personal del señor Rosas. Y me imagino que debe tener elementos científicos para hablar así. No es pertinente realizar esos comentarios cuando se discuten los derechos humanos, porque estos no se determinan por la orientación sexual, sino por lo que significa la dignidad de las personas. Más allá de sus creencias, orientación o condición social, tienen derechos.
-El congresista Rosas mezcla su religión con la función congresal…
Sí, está mezclando su función congresal con la pastoral, y son ámbitos distintos. El congresista debe desarrollar su trabajo para mejorar el país y el pastor puede salir a la calles desde las iglesias. El ser congresista y ser evangélico no se pueden mezclar porque el Congreso no es un foro para la imposición de las convicciones religiosas.
-Entonces, el día que se clausuró La Parada, ¿a quién vimos?, ¿a Julio Rosas el congresista o al evangelista?
Era el congresista. En el tema de La Parada me imagino que busca reafirmarse en una base social significativa que pueda respaldar su gestión y construir una plataforma política para el futuro.

domingo, 20 de abril de 2014

RESUCITANDO NUESTROS VALORES CRISTIANOS

Predicando la Palabra

POR: UBALDO TEJADA GUERRERO.
jesusenaccion46@gmail.com

INTRODUCCIÓN

A. En tiempos de falsos valores materialistas de posesión, y en medio de una sociedad consumista y codiciosa, se pone en alto el testimonio bíblico del señorío divino sobre toda vida y propiedad.
Es éste un llamado a reconocer que todo está en manos de DIOS y que él reclama de nosotros una mayordomía de fiel obediencia.

B. El ser humano comprende y disfruta mas su libre albedrío (libertad) en la medida que puede afirmar los valores que se destacan en la Biblia, y que a medida que puede corregir los vicios que le cautivan y le roban la paz y seguridad.
¡Estimados hermanos! El conocimiento de la palabra hace la diferencia: hemos decidido obedecer y en esa obediencia DIOS está presente para abrir caminos de vida y de libertad para todos.

C. La premisa básica de los 10 mandamientos, afirma que DIOS se ha revelado a su pueblo por medio de sus actos liberadores, al romper el yugo de los Egipcios. DIOS reveló su justicia y manifestó su carácter.
El DIOS de la vida, se opone al mal, a la muerte, a la violencia, a la opresión, al engaño, a la mentira y a todo aquello que atenta contra la humanidad, que es la creación suprema de Él.

D. Sobre éste escenario la Biblia establece sus principios, para separar el bien del mal en las conductas del ser humano, para distinguir en forma nítida dos:

1. Armónicas con el mandamiento divino:
- Seguridad Personal.
- Confianza en si mismo.
- Seguridad y estabilidad de la familia.
- Bienestar de la Comunidad.
- Disfrute Social.
- Progreso de la nación.
- Productividad.
- Creatividad de la persona.

2. Discordante con el mandamiento divino.
- Crisis de confianza personal.
- Agresión incontrolada.
- Sentimiento de culpa.
- Reducción de la eficiencia y eficacia laboral.
- Abandono de la escuela.
- Abandono del hogar.
- Violencia familiar.
- Fuga hacia las drogas.
- Refugio en la superstición e idolatría.
- Idolatría.
- Depresión nerviosa.
- Muerte prematura.

CONCLUSIÓN
Algunos indicadores que observamos en nuestra nación, por el abandono de los valores cristianos, que revelan ele resultado de la desobediencia a DIOS, son los siguientes: el temor, la ansiedad, la corrupción y la violencia delictiva en el Perú.

domingo, 13 de abril de 2014

Unión civil: conoce al detalle los tres proyectos que existen

En  semanas, la Comisión de Justicia analizaría las propuesta de Bruce, Rosas y Chávez. ¿Qué plantean estos congresistas?

SEBASTIAN ORTIZ MARTÍNEZ @Shebas07
Durante los últimos días, se ha visto el inicio de lo que será el prolongado debate sobre la unión civil entre personas del mismo sexo. Y para poder participar, necesitamos tener algunos conceptos bien claros. Por ejemplo, al proyecto presentado por Carlos Bruce, es posible que se sumen las propuestas hechas por los fujimoristas Julio Rosas y Martha Chávez. Y si bien estas dos últimas no contemplan la figura de la unión de una pareja y no modifican el estado civil, si dan algunos elementos para proteger el patrimonio de una sociedad de dos personas. A continuación, les explicamos cada una de las iniciativas:
1. EL PROYECTO BRUCE
El 12 de setiembre del 2013, el legislador Carlos Bruce (Concertación Parlamentaria) presentó el proyecto de ley N° 2647/ 2013-CR, que propone establecer la unión civil entre personas del mismo sexo. Esta iniciativa ha sido respaldada por el Ministerio de Justicia (Minjus), que señala que “el proyecto no solo resulta jurídicamente viable, sino que es representativo de una concreción esencial de los derechos fundamentales al libre desarrollo de la personalidad y a la igualdad y no discriminación”. Pero, concretamente: ¿qué es lo que plantea Bruce?

Los integrantes de la unión civil no matrimonial podrán formar sociedades gananciales, salvo que acuerden lo contrario.
Unión civil: conoce al detalle los tres proyectos que existen
A inicios de abril, el colectivo Unión Civil Ya le entregó a Bruce 10 mil firmas  de ciudadanos que respaldan su proyecto. (Foto: Congreso) 
Además, los denominados compañeros civiles recibirán el mismo tratamiento y tendrán los mismos derechos que un pariente de primer grado. Es decir, podrán visitar a sus parejas cuando estas se encuentren internadas en un hospital o un centro penitenciario; tomarán decisiones para el inicio de tratamientos quirúrgicos de emergencia; recibirán alimentos de sus compañeros y adquirirán la nacionalidad peruana, en el caso de que sean extranjeros, luego de dos años de haber celebrado la unión civil.
La iniciativa de Bruce también señala que si uno de los firmantes de la unión civil fallece, el otro podrá heredar la propiedad o bienes que este o los dos hayan adquirido.
En lo que se refiere a la seguridad social, si uno de los compañeros civiles no tuviese cobertura médica pública o privada, podrá ser inscrito como beneficiario por su pareja para que goce de los beneficios a los que el titular tenga derecho. Esto incluye los seguros en EsSalud y EPS, la pensión de invalidez de EsSalud, las pensiones de sobrevivencia en las AFP, el régimen mancomunado de jubilación en la ONP y la pensión de viudez en la ONP.
La unión civil, según el proyecto de Bruce, deberá ser inscrita en la Reniec y se deberá cambiar el estado civil del DNI. Con ello, se crea un quinto estado civil.
2. LA ATENCIÓN MUTUA
A fines de octubre del año pasado, el congresista fujimorista Julio Rosas presentó el proyecto de ley N° 2801/ 2013 CR, que plantea establecer la figura de la “atención mutua”. Según la iniciativa, esta es firmada por dos personas “con la finalidad de establecer y reconocer derechos patrimoniales, sean estos de carácter pensionario o hereditario y otros”.

Los firmantes de la atención mutua solamente podrán acceder a derechos sucesorios y pensionarios tras dos años de celebrada la atención mutua.
Unión civil: conoce al detalle los tres proyectos que existen
El congresista fujimorista Rosas  recibió un padrón de 43 mil firmasdel colectivo "Parejas reales", que se opone a la unión civil. (Foto: Congreso) 
La iniciativa de Rosas señala que si uno de los firmantes fallece y  no tiene testamento, la otra parte podrá heredar “siempre y cuando no existan herederos legales”. Es decir, estará por detrás de los hijos, padres y hermanos menores de los 18 años.
Solamente podrá heredar el 50% de la pensión de sobrevivencia si no existen ascendientes o descendientes del fallecido.
Y en el caso de que uno de los firmantes se encuentre grave de salud, el otro podrá tomar decisiones sobre el inicio de un tratamiento quirúrgico de emergencia “solamente a falta de familiares directos o personas designadas por ley”.
3. LA SOCIEDAD SOLIDARIA
Hace menos de un mes, la parlamentaria de Fuerza Popular Martha Chávez presentó el proyecto de ley N° 3273/ 2013 CR, que propone el régimen de sociedad solidaria.

La sociedad solidaria es el acuerdo voluntario entre dos personas mayores de edad que hacen vida común “con el objeto de asistirse, apoyarse y que origina derechos patrimoniales”. Esta iniciativa no altera el estado civil ni la relación de parentesco entre sus firmantes.
Sobre los bienes adquiridos por los integrantes de la sociedad solidaria, se entiende que son comunes  y la administración de estos también. Chávez, además, plantea que cualquiera de los firmantes tiene el derecho de asegurar al otro en los seguros sociales, sean públicos o privados.
Unión civil: conoce al detalle los tres proyectos que existen
La fujimorista Martha Chávez plantea establecer una sociedad solidaria, que no modifique el estado civil. (Foto: Archivo El Comercio) 
También los miembros de la sociedad solidaria tienen el derecho de tomar decisiones para el inicio de tratamiento quirúrgico de emergencia en caso de gravedad del otro firmante.
El acuerdo genera derechos y deberes sucesorios, “similares a los de la unión de hecho, siempre y cuando haya transcurrido por lo menos dos años desde su suscripción”. En el caso, de la pensión de sobrevivencia se hereda tras cinco años desde la firma.
La sociedad solidaria se constituye mediante escritura pública, que es legalizada ante un notario.
4. EL PREDICTAMEN
El predictamen de la Comisión de Justicia del Congreso llega a la conclusión de que los tres proyectos mencionados líneas arribas “perfectamente podrían ser complementarios o conexos”.  

En relación a los proyectos de Rosas y Chávez, la secretaría técnica del grupo legislativo indica que “sin una precisión adecuada”, se no resguardará a la población que está en desamparo legal. En este caso puntual, los homosexuales.
“La Comisión considera que las propuestas bajo análisis pueden ser integradas en la institución jurídica a crearse, de la Unión Civil, proporcionándole mayor coherencia legislativa y recogiendo los aportes contenidos en las propuestas sobre patrimonio compartido y atención mutua, a fin de que el Estado cumpla con brindar la seguridad jurídica necesaria, a las personas del mismo sexo que decidan hacer vida en común y disponer de un patrimonio mancomunado”, reza el documento.
Según informó el titular de la Comisión de Justicia, Juan Carlos Eguren, el proyecto de la unión civil sería debatido a inicios de mayo. 

sábado, 5 de abril de 2014

CRISTIANISMO Y NEOLIBERALISMO : AGUA Y ACEITE

NO SE PUEDE SER CRISTIANO Y NEOLIBERAL
Miguel Esteban Hesayne

Porque un cristiano es discípulo de Jesús, cuyo mandamiento frontal de toda su doctrina es el amor solidario. Y expresado en sentencia lapidaria por la boca del mismo Maestro: “la felicidad está más en dar que en recibir” (Hechos 20,35).
Porque el perfil cristiano se define por la participación equitativa. No hay vida cristiana sin comunidad de bienes y personas. La Iglesia es comunión de personas, cuyo signo es la convivencia fraterna, demostrada en el paradigma de la comunidad cristiana de los orígenes cristianos donde se revela textualmente: “repartían el dinero según las necesidades de cada uno” (Hech 2, 45).
No se puede ser cristiano y neoliberal, porque el neoliberalismo sigue siendo en la historia real el capitalismo a secas. La doctrina neoliberal, y su práctica lo demuestra con las consecuencias más dramáticas, se sitúa en las antípodas del Evangelio del Señor Jesús.
Por una parte, Jesucristo fue en su vida histórica el Hombre en el que se encarnó Dios para señalar la conducta de todo Hombre que viene a este mundo. Por eso, hubo escritores sagrados que enseñaron la bella utopía de que la tarea cristiana es adquirir las “costumbres de Dios”. No hicieron nada más que fundarse en las palabras que leemos en el Evangelio de Mateo 5,48: “sean tan buenos como lo es el Padre Celestial” o en estas otras de san Juan (15,12) “Ámense unos a otros como yo los he amado”. Y comenta el apóstol en su 1ª carta: “En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también, nosotros debemos dar la vida. Si alguien vive en la abundancia y viendo a su hermano en la necesidad le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios? Hijitos míos, no amemos sola-mente con la lengua y de palabra sino con obras y de verdad” (3,16-18).
El cristiano es el imitador de Jesucristo. Y Jesucristo es el hombre para los demás... La personalidad cristiana consiste en un darse y el Espíritu que la anima es el que impulsa a formar, de toda la humanidad, una comunidad fraterna, justa y solidaria, con igualdad de posibilidades para todos. Es la nueva civilización del Amor, es la alternativa de una convivencia ciudadana desde los valores de Jesucristo el Señor de la Historia. El ser cristiano consiste en dejarse animar por el Espíritu del Resucitado que recrea el mundo de los hombres en un mundo nuevo habitable para la familia de los hijos de Dios. Por lo contrario, el neoliberal, orientado básicamente en la mentalidad capitalista cuya dinámica interna lleva a la acumulación de bienes, se nutre en su actividad económica del:
-espíritu de lucro, es decir, deseo de obtener ganancias indefinidamente crecientes;
-espíritu de competencia, exacerbado por un fuerte individualismo. Esto provoca la rivalidad o lucha entre los individuos para conseguir mayores ganancias posibles y hace tender siempre hacia el monopolio, que representa el máximo de libertad propia y el máximo de limitación ajena;
-espíritu de racionalización, es decir, apreciar todas las cosas basándose en cálculos efectuados en términos de rendimientos y costes.
El espíritu del neoliberalismo es diametralmente opuesto al Espíritu de los cristianos:
-porque en el país donde se implanta, engendra muerte marginando fríamente a la mayoría sobrante, creando la clase de los excluidos;
-porque deshumaniza la técnica y vacía de contenido humano los progresos económicos, que en el proyecto cristiano deben servir para una equitativa distribución;
-porque altera y corrompe la libertad y la democracia ya que no las acompaña de los valores de la justicia, la verdad y el amor solidario;
-porque su dogmatismo e inflexibilidad en la imposición de la ley de mercado, niega e impide toda posibilidad de alternativa y deja de existir de hecho una convivencia comunitaria a causa de la absolutez de los intereses privados de una minoría todopoderosa;
-porque -de hecho- se violan elementales derechos humanos exigidos para lograr la dignidad humana tanto personal como comunitaria.
En fin, no se puede ser cristiano y neoliberal porque la fe cristiana promueve la cultura de la vida y la ideología neoliberal, en su realización histórica, es la antesala de la muerte para la mayoría excluida. Es decir, el cristiano se define por la construcción de la PAZ que Jesucristo conquistó con su muerte y resurrección y la da a todo hombre y mujer de buena voluntad.
 Miguel Esteban Hesayne,

Obispo emérito de Viedma, Argentina
JUICIO CRISTIANO SOBRE EL NEOLIBERALISMO

Pedro Casaldáliga

El gran desafío para cualquier conciencia humana, y evidentemente para toda acción pastoral, es, sin duda, el neoliberalismo, ese sistema, ahora único y señor, y que se cree definitivo, el "no va más" de la historia humana. No soy especialista ni en política ni en economía ni en sociología, pero quiero compartir, humanamente y cristianamente, con ustedes ese desafío mundial.
Para salir al paso de cualquier ingenuidad, es bueno recordar que el neoliberalismo es capitalismo puro; más aún, es el capitalismo llevado a las últimas consecuencias. No es sólo el capital sobre el trabajo, sino el capital contra el trabajo; trabajo que sería un derecho de todos y que está siendo prohibido a una mayoría creciente, por
obra del desempleo. El lucro por el lucro, que en el capitalismo neoliberal se constituye en el mercado total y omnipotente, haciendo de la misma humanidad una compraventa. La propiedad privada, cada vez más privatista y privatizadora: el neoliberalismo es el
capitalismo de la exclusión decretada para la inmensa mayoría de la humanidad. Siempre el capitalismo impidió a muchos «tener», a la mayoría; hoy el neoliberalismo le impide «ser» a esa mayoría inmensa. Hablábamos de tres o cuatro mundos. Para el sistema neoliberal el mundo se divide redondamente en dos: los que tienen y
cuentan y pueden vivir bien, y los que no tienen y no son y, por lo mismo, sobran.
El capitalismo que podríamos llamar más tradicional se apoderaba de los estados y capitalizaba encima de ellos. El capitalismo neoliberal propugna e impone la estructura del estado mínimo. Con lo cual, de hecho, acaba negando la misma sociedad. Un mundo, con sus países, sin unos estados auténticamente representativos y garantes
de los espacios, oportunidades y armonía de convivencia para los ciudadanos y ciudadanas, ya es un mundo sin sociedad. Y sin futuro también. El neoliberalismo es tan homicida como suicida. A los países de ese otro mundo, el tercero, les queda el desempleo, el hambre, la
violencia.
Una violencia que es reacción muy explicable de seres
estructuralmente violentados. En nuestros países pobres la economía informal ya era aproximadamente el 70 % de la economía. Hoy día la violencia ha pasado a ser una nueva economía de sobrevivencia.
Para el primer mundo, también, el creciente desempleo y la dramática perspectiva del sinsentido. Y para ambos mundos la marea incontrolable de la migración. Ya, analistas muy sensatos del futuro próximo, han definido el siglo XXI como el siglo de las migraciones.
«Los nuevos bárbaros» habremos de invadir el nuevo imperio. O se le da espacio a la humanidad o la humanidad se lo toma.
Y esa iniquidad toda del neoliberalismo, supuestamente acabadas las alternativas, las utopías, la socialización humanizadora, entraña la iniquidad de una impunidad total. A nadie ha de rendirle cuentas.
Teóricos o teólogos, digamos, de esa religión-idólatra del mercado total, han tenido el coraje de aceptar que un 15 % de la humanidad tendrá de hecho el derecho de vivir y de vivir bien. La humanidad restante sobra. Un maltusianismo economicosocial definitivo. El Dios
de la vida, Padre-Madre de toda la humanidad, calculó mal, se empeñó ingenuamente y habrá de ceder su puesto a ese otro Dios de las minorías y... de la muerte.
Para nosotros, el neoliberalismo es esencialmente inicuo, es pecado, pecado mortal, porque mata. Un juicio simplemente humano y con mas razón si es cristiano, sólo puede condenar de raíz el neoliberalismo, su filosofía y su práctica. No negamos, evidentemente, el derecho y hasta la necesidad del mercado. Siempre, a su modo, la
humanidad, lo ha ejercido. Negamos, eso sí, la primacía y la totalidad el mercado. Ser humano no es solamente comprar o vender. El lucro a toda costa y sin otras consideraciones y el consumismo desenfrenado matan físicamente a los que no tienen acceso, y matan
moralmente a los supuestamente beneficiados. Pero además destruyen el entorno humano. Son antiecológicos por definición.
Para la fe religiosa, la humanidad posee una genética divina. Está destinada a la vida. Y para la fe religiosa, el universo, con sus potencialidades, es una casa común: la oikos de todos los hijos e hijas del único Dios Padre-Madre. Tener fe en ese Dios de la vida y en su proyecto para la humanidad, necesariamente exige una total rebeldía frente a ese sistema excluidor, homicida y ecocida.
Yo vengo propugnando el macroecumenismo, aun a sabiendas de ciertas susceptibilidades, y no precisamente para prescindir de mi identidad cristiana y católica. Creo en el macroecumenismo porque creo en el Dios único, Presencia, Llamado y Encuentro en todas las religiones. A partir de un macroecumenismo vivido con lucidez y sinceridad, es evidente que las grandes Causas de la humanidad se tornarán nuestras Causas. Porque son las Causas de Dios. Los derechos humanos son derechos divinos. En cristiano, la gran Causa de Jesús: el Reino, que es el proyecto de Dios para la humanidad.
La teología de la liberación, precursoramente, salió al paso del neoliberalismo al proclamar la opción por los pobres y sus causas como la opción de la iglesia, y el criterio ético para la sociedad. Se ha repetido mucho la afirmación del Papa Juan Pablo II acerca de la teología de la liberación. Es bueno recordar que la teología de la liberación nunca fue comunista; que el muro de Berlín nunca fue la cátedra de la teología de la liberación; y que el neoliberalismo sí es el mayor muro que la humanidad haya levantado entre una minoría de privilegiados y la mayoría de los excluídos.
Acerca de la vigencia de la opción por los pobres y de la teología de la liberación basta reconocer que hay pobres, cada vez más numerosos y cada vez más pobres; confesar todavía al Dios de los pobres y a su hijo Jesús, que los proclamó bienaventurados; y pensar en la relación entrañable que existe entre esos pobres y ese Dios,
entre los pobres y el evangelio. ¿Qué queda de la opción por los pobres? ¿Qué queda de la teología de la liberación? Son dos preguntas que se van haciendo
impertinentes. La respuesta es más que sencilla, insoslayable: mientras exista el Dios de los pobres y haya pobres en el mundo y haya cristianos y cristianas que opten por ese Dios y por esos pobres, y haya cabezas cristianas que piensen la relación que existe entre los
pobres y el Dios del evangelio habrá opción por los pobres y la teología de la liberación. La opción por los pobres no es, para la iglesia de Jesús, una opción facultativa, o una más entre otras: es la opción históricosocial de la iglesia, la versión político-económica del mandamiento del amor.

D/AUTODEFINICIONES: Yo recordaba estos días las tres
autodefiniciones de Dios: -«Yo soy el que te saqué de Egipto», dice el Señor en el libro del
Éxodo (20, l). Yo soy el Dios de la liberación.
-«Yo soy el que iréis viendo cómo soy» (Ex 3, 14). Yo soy vuestro futuro, soy la utopía de la humanidad.
-«Dios es amor» o traducido más exactamente, «Dios consiste en amar» (1Jn 4, 16). Dios es la solidaridad.

Estas tres autodefiniciones divinas serían simultáneamente la más radical condenación del neoliberalismo, de la esclavitud del mercado, del fin de las utopías, y de la insolidaridad; y al mismo tiempo serían la
garantía suprema de la esperanza de los pobres, en esta noche oscura que les quiere negar hasta el espacio de la sobrevivencia; y la confirmación revelada de la teología de ¡a liberación y de la política alternativa de la solidaridad, la participación y la igualdad fraterna. Hablo de la iglesia de Jesús, de las iglesias cristianas, y quisiera
hacer constar que posiblemente sea ése el primer desafío: la vivencia y la expresión en el mundo actual de un ecumenismo real. La unidad de los cristianos no es sólo una especie de condición reconocida por
el propio Jesús, diríamos, «que todos sean uno para que el mundo crea», sino también una condición sacramental para que el mundo viva. Si alguna misión tiene la iglesia en este mundo es, sin duda alguna, la de anunciar y practicar la filiación divina y la fraternidad y
sororidad humanas.
A lo largo de la historia la iglesia de Jesús muchas veces no ha sabido ser la diakonía que Jesús soñaba: ser proximidad, hacerse prójimo de los caídos a la orilla del camino de la sociedad; anunciar la buena noticia a los pobres y liberar a los cautivos; dar de comer,
vestir, humanizar... El terrible antitestimonio de las diferentes guerras cristianas y las muchas cruzadas conquistadoras, así como el ansia de poder, el lujo y la insensibilidad frente a las injusticias institucionalizadas, dejan a la iglesia con una «deuda externa» cuya
cancelación sería el paso previo para su credibilidad y para una evangelización verdaderamente nueva y eficaz.
Uno puede temer, justamente, que la historia futura condene a la iglesia de hoy por no manifestarse con gallardía profética frente al neoliberalismo, como ya ha sido condenada la iglesia de ayer por no
haberse pronunciado debidamente contra los colonialismos en América Latina, en Africa o en el continente asiático, y, muy particularmente, contra la esclavitud del pueblo negro.
Pienso que como iglesia sufrimos una multisecular esquizofrenia, la dicotomia entre la fe y la política, entre la caridad y la economía, entre la escatología y la historia. En el fondo no acabamos de creer en la
encarnación histórica de Dios, en esa unidad de lo humano y lo divino en la figura de Jesús de Nazaret.
El paradigma programático más actual y siempre más evangélico para la iglesia de ese Jesús debería ser la evangelización liberadora, comunitaria e inculturada. En nuestro Continente, por la gracia de
Dios, por la sangre de nuestros mártires la iglesia de América latina ha sabido, en teoría por lo menos, proclamar esa evangelización inegral.
A partir del Concilio Vaticano II, y ubicando en nuestra hora y en nuestro lugar los signos de los lugares y de los tiempos, los tres grandes concilios continentales de Medellín, Puebla y Santo Domingo, asumieron, respectivamente, la opción por los pobres, la comunidad
como «comunión y participación» y la inculturación.
En una versión muy lúcida y práctica, la iglesia de Brasil en concreto, y no solamente ella, ha ido traduciendo ese programa renovador en las comunidades eclesiales de base, en las pastoraies específicas, en la multiplicación y diversificación de los ministerios y en programas nacionales de respuesta a situaciones de emergencia o a reivindicaciones populares.
La «campaña de la fraternidad» que la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil viene organizando desde el año 1964, tuvo como lema en 1996 «Fraternidad y Política», y su lema fue la hermosa utopía del salmo 85: «La Justicia y la paz se abrazarán». Sólo con leer
los temas y lemas de esas treinta y tres campañas anuales, ya se percibe la voluntad de encarnar la fe y de hacer social el amor. 
A raíz de la famosa afirmación del Papa, en el avión en que venía a Centroamérica sobre la teología de la liberación, me llamó un periodista de México para preguntarme si ya había muerto de verdad esa teología. Yo tenía en las manos, precisamente, el texto base de esa campaña de la fraternidad brasileña: todo él es pura teología de la liberación, en su contenido y hasta en su metodología de ver, juzgar y actuar.
Por cierto que, el mismo Papa, en otro vuelo hacia América Latina, acosado por los periodistas, respondió categóricamente: «Yo también soy teólogo de la liberación». Y, en aquella carta ya histórica que el
mismo Papa envió al episcopado brasileño en una ocasión de alta emotividad, Juan Pablo II afirmaba que «la teología de la liberación es no solamente oportuna sino útil y necesaria». El Concilio Vaticano II quiso ser el aggionarmento, la renovación moderna de la iglesia semper renovanda (que siempre ha de renovarse).
Desgraciadamente para algunos, el Vaticano II fue un inoportuno soplo del Espíritu, o ya habría pasado también de actualidad. El gran teólogo Rahner pensaba, por el contrario, que nos llevará un siglo para implementar ese pentecostal concilio.
Pues bien, esa constante renovación, la renovación mayor de  la iglesia, solamente se dará en la medida en que ella se vaya convirtiendo al Dios de la Vida y de la historia revelado en Jesucristo, y a los excluidos de la historia y de la vida, crucificados con Él; en la medida en que también ella sepa que está en el mundo no para condenar al mundo sino para salvarlo. Con una salvación integral, que es liberación total. 
Pedro Casaldáliga

jueves, 3 de abril de 2014

Víctor Arroyo habla fuerte. El mal ejemplo de evangélicos



Director del Concilio Evangélico pide a sus congresistas luchar contra la corrupción y olvidarse de intereses personales
Por María Teresa García mtgarcia@siete.pe

Un fuerte jalón de orejas dio a los congresistas evangélicos, el director ejecutivo del Concilio Evangélico del Perú (CONEP) y ex senador de la República Víctor Arroyo, por haberse olvidado de luchar contra la corrupción y no ser consecuentes con sus ideas como el caso de Julio Rosas de quien dijo que repudió al gobierno de Alberto Fujimori pero hoy es legislador fujimorista.
-¿Qué es el Concilio Evangélico del Perú?
Es una organización que data desde 1940 y que se constituye principalmente con cuatro objetivos: fomentar la unidad de las iglesias, estimular el trabajo de evangelización en el país, interlocución con el Estado en sus diversas dependencias, y el ejercicio de docencia en la vida económica social política y cultural del país. Hoy la sociedad es más tolerante pero en ese momento (1940) la tensión era mucho más marcada, había que ser gestiones para seguir luchando en favor de la libertad religiosa.
-Pero ahora ya no hay esa situación…
Todavía existe. Que los evangélicos que están en el Congreso no  digan nada, eso es otra cosa.
-¿Cuál es su aporte dentro del Acuerdo Nacional?
Nuestros temas preferentes siempre han sido la lucha contra la pobreza, inclusión social, el ejercicio de la libertad de pensamiento y conciencia que son elementos fundamentales de toda democracia y toda medida que ayude a la lucha contra la corrupción.
-¿Y en la política?
No podemos formar partidos políticos pero sí podemos lograr que nuestras acciones tengan dimensión política.
-¿Qué opinión le merece el trabajo de los congresistas evangélicos? ¿Han contribuido al desarrollo del país?
La comunidad evangélica todavía está esperando una presencia más formadora de los evangélicos en la función parlamentaria.
-¿En qué basa su apreciación?
¿Qué han hecho en contra de la lucha contra la corrupción? No conozco ninguna iniciativa legislativa o de otra índole; de fiscalización por ejemplo, que tenga que ver con una acción clara y explícita de lucha contra la corrupción. Sigue instalada en este país  y alguien tiene que empezar la lucha pero no tengo información de qué están pensando los congresistas sobre este tema.
-¿Me podría decir quiénes son los parlamentarios evangélicos?
De los que tengo conocimiento, están la ministra Ana Jara y Jesús Hurtado (Iglesia Bautista), Humberto Lay y Julio Rosas  (Alianza Cristiana y Misionera), Eduardo Nayap (Iglesia del Nazareno).
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 Evaluación individualizada
-¿Cómo evalúa la actuación de Humberto Lay, líder de Restauración Nacional?
Está haciendo esfuerzos. El tema de la gestión parlamentaria es de oficio. El problema de los evangélicos es que llegan al Congreso y no lo hacen con conocimiento de la política entonces les cuesta mucho el proceso de aprendizaje y creo que eso se expresa luego en el desempeño. La Comisión de Ética que él preside ha tenido una cantidad de casos pero ¿qué más (ha hecho)? Hay ciertas debilidades en la propia comisión pero él es el presidente.
-En el caso del congresista Julio Rosas de la Alianza Cristiana y Misionera hubo un impasse ¿Cuál fue?
En los ochenta y noventa, el concilio tuvo una posición muy clara de defensa de los derechos humanos y hay pronunciamientos firmados por él mismo (Rosas), en contra de las violaciones de los derechos humanos ya sean provocadas por los terroristas, como de los miembros de las Fuerzas Armadas. Entonces, nos sorprendió que aparezca en una lista fujimorista cuestionada por el concilio, debido a todo el sistema de corrupción que fue instalándose en ese periodo. El concilio se pronunció en contra de Alberto Fujimori por razones de respeto a la dignidad de las personas.
-¿Cuál fue su comportamiento dentro del concilio?
Él se mantuvo aquí en una posición no muy definida.
-Pero usted también perteneció a una agrupación fujimorista que era Cambio 90…
Renuncié porque Alberto Fujimori tomó una decisión inconstitucional y cerró el Congreso de la República y romper el orden constitucional. En ese entonces hice una carta pública porque no podía participar en regímenes dictatoriales.

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Lucha anticorrupción
Agenda impotergable
-¿Le pediría a los congresistas evangélicos que trabajen para derrotar a la corrupción?
No solo contra la corrupción sino también contra la pobreza. Cómo es posible que digamos que económicamente nuestro país se encuentra bien pero paradójicamente existan poblaciones afectadas de tuberculosis. Creo que quienes están en la gestión parlamentaria no pueden hacer del cargo un cargo al servicio de algo distinto a lo vinculado a la dignidad de las personas. No obstante el ofrecimiento de quien hoy ejerce la presidencia de la República, no hay resultados concretos en contra de la lucha contra la corrupción y los evangélicos ¿dónde están? No sólo hay que llamarlos  a ellos sino también a las iglesias.
-El parlamentario Nayap (Iglesia del Nazareno)  tiene una misión muy importante ¿la está cumpliendo?
Está pendiente una conversación con él. Hay que trabajar fuertemente por el pueblo awajún.
-¿Es una forma sutil de llamarle la atención?
Por allí va. El tema de la inclusión y la interculturalidad no puede quedar al margen de una gestión.
-Prácticamente no se escucha la voz de la mayoría de parlamentarios evangélicos en el Congreso, incluso ni se les conoce…
Si usted que está todos los días en los pasillos del poder, no nota el desempeño de los congresistas evangélicos, le tengo que creer y sobre eso tengo que decir que me apena, porque es una oportunidad desaprovechada, pues el país está necesitado de transformaciones como la reforma del Estado.
-¿El congresista Julio Gago pertenece a alguna iglesia afiliada al concilio?
No. Tengo la información que tiene proximidad con alguna congregación pero no tengo la confirmación.