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domingo, 11 de abril de 2010

IGLESIA CATÓLICA OFICIAL

Iglesia Católica oficial: ¿Hasta cuándo?
Rodrigo Montoya Rojas
[Publicado en la Primera 11/04/10 en su columna "Navegar río arriba"]

Acaba de terminar la “semana santa” con su tradición de fe católica cada vez menor, los viajes turísticos de jóvenes que llegan a Ayacucho -por ejemplo- a divertirse, beber y pasarla en grande, mientras las procesiones avanzan entre flores, Música y devoción. Me cuentan los amigos que en la última semana hubo poco turismo y muchas borracheras, no sólo de los que llegan de fuera sino también de ayacuchanos (as) nativos. El alcohol ocupa todos los espacios posibles, gracias la extraordinaria crisis de civilización que vive el mundo.

La tradición de la Semana Santa cayó como un agua de rosas benditas a la jerarquía católica que trataba de callar y ocultar el escándalo mundial producido por curas pedófilos en Estados Unidos e Irlanda, principalmente, y la complicidad del Papa actual, según el New York Times. ¿Imaginan lectoras y lectores lo que significa que la Iglesia Católica norteamericana ha gastado hasta ahora tres mil millones de dólares para tratar de ocultar los delitos sexuales de sus curas? Juan Luis Cipriani pidió la cabeza del ministro Óscar Ugarte por autorizar otra vez la distribución de la píldora del día siguiente. Ugarte tiene razón porque esa píldora no es abortiva. Lo respaldan la Organización Mundial de la salud y otras instituciones médicas. Por debajo de todo está el derecho de las mujeres para disponer de sus cuerpos y tener los embarazos que quieran. ¿Qué se cree el arzobispo de Lima para pedir la cabeza de un ministro? Se siente dueño de la verdad que le habría sido “revelada” por su dios. Ya los tiempos pasaron para seguir creyendo en esos cuentos.

Acabamos de tener dos días feriados, (jueves y viernes) que junto a los de junio (29), noviembre (1) y diciembre (8 y 25) suman seis al año. No existe feriado alguno para la espiritualidad andino-amazónica (Apus y Pachamama), tampoco para otras religiones, y menos para los no creyentes. Como en tiempos de Pizarro, dicen que aquí la “única” religión y, además, “verdadera”, es la católica. Se trata de un monumental abuso católico con la complicidad del Estado y sus gobiernos.

¿Qué hacer? Está aún pendiente un largo proceso para conseguir que el estado peruano sea laico en el cabal sentido de la palabra. De dos cosas una: podría haber un feriado al año en el que cada una de las religiones existentes en el país haga las celebraciones que quieran para sus dioses o, ninguno y que los festejos se hagan en privado. Si el gobierno quiere promover el turismo interno, que lo haga abiertamente, con dos feriados previos a un fin de semana sin vinculación alguna con el calendario católico. Con las dos propuestas el país ganaría en sinceridad y quedaría atrás la colonial hipocresía de Iglesia Católica. ¿No sería mejor que los católicos celebren sus fiestas en familia y sin borracheras y dobleces? ¿Sería posible imaginar que haya en Perú un grupo de congresistas capaces de presentar proyectos de ley para abrirle un camino a estas dos propuestas?

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