“¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas?
Parafraseemos el texto bíblico que sirve como primera cita, utilizando eventos de última, y vayamos primero por los motines: En Londres la famosa catedral de San Pablo –hace tan solo semanas escenario de una “boda real” asistida por multitudes y televisada en todo el mundo, la cual costó millones de euros… y de lo cual nadie se quejó- se convierte en lugar de campamento de cientos de indignados que protestan por un lado contra los abusos del sistema bancario y por el otro exigen mejoras en el nivel de vida y el empleo; los manifestantes reunidos el pasado sábado 15 de octubre, unas tres mil personas en la plaza, portaron carteles donde expresaron tanto su descontento con entidades crediticias y la difícil situación económica como el hecho de que sus contribuciones al Estado que debe responderles no revierten como ellos desean. “Nosotros los contribuyentes somos los estafados", decía una de las pancartas.
En Madrid, los indignados más airados -los que provienen de los movimientos anti sistema- y sus simpatizantes se reúnen a decidir qué hacer con el Hotel Indignación, el edificio que ocuparon en Carretas en la madrugada del domingo 16 de Octubre, una oficina para la vivienda, una casa de realojo para desahuciados por el drama hipotecario. Además, está el ejemplo de Barcelona, en donde los indignados también ocuparon un edificio el cual ya aloja a varias familias de desahuciados.
Pasados los días, los amotinados no pierden su ánimo soñador: según el acta de la asamblea del pasado lunes 17 de Octubre, una interviniente propuso crear en el edificio de Carretas nada menos que "una Universidad Popular como alternativa al capitalismo imperante".
En México, D.F, tan solo 20 casas de campaña instaladas desde la noche del 15 de octubre, diminutas frente a la Bolsa Mexicana de Valores albergan a medio centenar de jóvenes, quienes buscan convertir su campamento en una revolución pacífica. Son los “indignados” mexicanos. Entre sus peticiones están la de instaurar un modelo económico diferente, más recursos para la educación y el cese de la actual estrategia contra el narco. Y en ello acompañan al profesor de la UAM Edur Velasco, quien desde una semana, y cinco kilos menos, está en huelga de hambre para exigir al Gobierno Federal que destine el 2 por ciento del PIB a las universidades públicas.
En Nueva York, el movimiento “Ocupa Wall Street” cumplió un mes el 17 de Octubre y lo celebraron en Twitter. “¡Cumplimos un mes! Es un milagro en sí mismo que hayamos durado tanto tiempo”, expresó en su cuenta el movimiento. El 17 de septiembre pasado, sin generar demasiada atención mediática, poco menos de un centenar de jóvenes estudiante decidieron ocupar un parque para presentar una lista inarticulada de quejas. La lista incluía la desigualdad, la corrupción, la discriminación, la pobreza y el quebrado sistema migratorio de Estados Unidos, entre otras.
Es suficiente mirar estas y otras ocurrencias ”anti sistema” de las últimas semanas en casi todo el mundo, incluyendo en ciudades de Latinoamérica para deslizarnos fluidamente a lo que viene a ser lo medular en el tema: Determinar si estas protestas provienen de un impulso revolucionario auténtico, y si constituyen la expresión de un deseo de cambio sustancial, con una propuesta de algo coherente, racional y por supuesto, que si funcione en bien de inmensas mayorías que por su condición de pobreza ni siquiera tienen el tiempo de amotinarse. Por ahora, es evidente que las protestas siguen insistiendo en lograr mejoras a través de los mismos métodos estatistas, los que nunca se podrán sostener sin el acusado mayor, el renegado culpable de estos motines: el “liberal capitalismo“. Vano pensamiento de los pueblos, creer que se puede sustentar lo uno sin lo otro, no darse cuenta de que ambos mutuamente alimentados son el resultado de un devenir de la estupidez de dejar de lado lo que es más importante: La verdad de la identidad humana y la manera cómo, en consecuencia, debe conducir sus eventos políticos y económicos. Vale anotar aquí que el Salmo 2 se ha escrito hace unos tres mil años.
Y es paradójico que las protestas se originan en el territorio originario del modernismo: occidente –antes y por 15 siglos Cristiano- ese “occidente” que hoy, a través de la tecnología y la globalización se expande y hace que fronteras antes imposibles de cruzar se disipen como niebla de la mañana. Berrinches de seres humanos frustrados porque no pueden alcanzar las metas que ese mundo moderno les ofreció, cual “Dorado” de hedonismo, un mundo que ha rechazado a Dios, a la dimensión espiritual y filosófica de la vida, y quienes no llegan a entender que los medios del modernismo son en sí una contradicción, y que sus propuestas materialistas y al mismo tiempo socializantes se cancelan unas a otras. Porque ni el capitalismo sin el impulso vital del progreso y bienestar general, ni el socialismo reciclado que ahora se aferra al Estado coercitivo pueden ser al mismo tiempo parte de las misma solución, y en realidad son tan sólo míseras versiones de lo que queda siempre al fondo de un mar de ideas puras que ha dejado de ser explorado.
Ya Alexander Solzhenitsin lo dijo en el zenit de su vida , el hombre moderno está muy ocupado en ganar un mundo. Pero en el proceso de acceder a más y más modernidad, y conocimiento sin más objetivos que el placer propio, ha realizado un canje de una perspectiva teísta cristiana –hasta ahora la mejor manera de concebir al hombre en toda su dignidad y no sólo como el sujeto y el objeto del consumo- de la vida al humanismo de hoy, y ha perdido en ello su esencia, la percepción de la naturaleza de su alma sedienta de trascendencia. Por ser en sí pluralistas, la modernidad falsa y el humanismo han traído confusión y caos, la pérdida de la pista que conduce a hallar lo que es esencial al hombre, y la manera como debe vivir.
Lo lamentable es que “Occidente” original, en ese proceso de perder de vista los principios que llevan a resultados, ha reemplazado los primeros por los últimos, poniendo al mundo en una carrera caprichosa y ciega hacia un vacío hedonismo. Desprovisto de verdades, de sustento a sus métodos, el mundo se indigna hoy ante el fraude. Pero no basta protestar, es necesario entender en que medida somos responsables
de resultados históricos, y de corregir posturas –aunque hayan sido las intocables ideas adoradas de la modernidad que se nos desmorona- que fueron concebidas unas por emergencia y otras por resentimiento, y por lo mismo, no responden a un concepto eterno del hombre y de la sociedad.
Finalmente, no se trata de retornar a ideas religiosas del pasado. La espiritualidad y la verdad hallada por la filosofía congruente no tienen que ver con legalismos ni ritualismos inadecuados al ser humano de hoy. Quienes son conscientes de esa esencia inmutable del hombre tienen la responsabilidad de alcanzar al hombre moderno, y dar una respuesta, aquí, ahora… aún en medio del amotinamiento, vale levantar la voz del pensamiento que no es vano.
Ana Roncal Villanueva.
Parafraseemos el texto bíblico que sirve como primera cita, utilizando eventos de última, y vayamos primero por los motines: En Londres la famosa catedral de San Pablo –hace tan solo semanas escenario de una “boda real” asistida por multitudes y televisada en todo el mundo, la cual costó millones de euros… y de lo cual nadie se quejó- se convierte en lugar de campamento de cientos de indignados que protestan por un lado contra los abusos del sistema bancario y por el otro exigen mejoras en el nivel de vida y el empleo; los manifestantes reunidos el pasado sábado 15 de octubre, unas tres mil personas en la plaza, portaron carteles donde expresaron tanto su descontento con entidades crediticias y la difícil situación económica como el hecho de que sus contribuciones al Estado que debe responderles no revierten como ellos desean. “Nosotros los contribuyentes somos los estafados", decía una de las pancartas.
En Madrid, los indignados más airados -los que provienen de los movimientos anti sistema- y sus simpatizantes se reúnen a decidir qué hacer con el Hotel Indignación, el edificio que ocuparon en Carretas en la madrugada del domingo 16 de Octubre, una oficina para la vivienda, una casa de realojo para desahuciados por el drama hipotecario. Además, está el ejemplo de Barcelona, en donde los indignados también ocuparon un edificio el cual ya aloja a varias familias de desahuciados.
Pasados los días, los amotinados no pierden su ánimo soñador: según el acta de la asamblea del pasado lunes 17 de Octubre, una interviniente propuso crear en el edificio de Carretas nada menos que "una Universidad Popular como alternativa al capitalismo imperante".
En México, D.F, tan solo 20 casas de campaña instaladas desde la noche del 15 de octubre, diminutas frente a la Bolsa Mexicana de Valores albergan a medio centenar de jóvenes, quienes buscan convertir su campamento en una revolución pacífica. Son los “indignados” mexicanos. Entre sus peticiones están la de instaurar un modelo económico diferente, más recursos para la educación y el cese de la actual estrategia contra el narco. Y en ello acompañan al profesor de la UAM Edur Velasco, quien desde una semana, y cinco kilos menos, está en huelga de hambre para exigir al Gobierno Federal que destine el 2 por ciento del PIB a las universidades públicas.
En Nueva York, el movimiento “Ocupa Wall Street” cumplió un mes el 17 de Octubre y lo celebraron en Twitter. “¡Cumplimos un mes! Es un milagro en sí mismo que hayamos durado tanto tiempo”, expresó en su cuenta el movimiento. El 17 de septiembre pasado, sin generar demasiada atención mediática, poco menos de un centenar de jóvenes estudiante decidieron ocupar un parque para presentar una lista inarticulada de quejas. La lista incluía la desigualdad, la corrupción, la discriminación, la pobreza y el quebrado sistema migratorio de Estados Unidos, entre otras.
Es suficiente mirar estas y otras ocurrencias ”anti sistema” de las últimas semanas en casi todo el mundo, incluyendo en ciudades de Latinoamérica para deslizarnos fluidamente a lo que viene a ser lo medular en el tema: Determinar si estas protestas provienen de un impulso revolucionario auténtico, y si constituyen la expresión de un deseo de cambio sustancial, con una propuesta de algo coherente, racional y por supuesto, que si funcione en bien de inmensas mayorías que por su condición de pobreza ni siquiera tienen el tiempo de amotinarse. Por ahora, es evidente que las protestas siguen insistiendo en lograr mejoras a través de los mismos métodos estatistas, los que nunca se podrán sostener sin el acusado mayor, el renegado culpable de estos motines: el “liberal capitalismo“. Vano pensamiento de los pueblos, creer que se puede sustentar lo uno sin lo otro, no darse cuenta de que ambos mutuamente alimentados son el resultado de un devenir de la estupidez de dejar de lado lo que es más importante: La verdad de la identidad humana y la manera cómo, en consecuencia, debe conducir sus eventos políticos y económicos. Vale anotar aquí que el Salmo 2 se ha escrito hace unos tres mil años.
Y es paradójico que las protestas se originan en el territorio originario del modernismo: occidente –antes y por 15 siglos Cristiano- ese “occidente” que hoy, a través de la tecnología y la globalización se expande y hace que fronteras antes imposibles de cruzar se disipen como niebla de la mañana. Berrinches de seres humanos frustrados porque no pueden alcanzar las metas que ese mundo moderno les ofreció, cual “Dorado” de hedonismo, un mundo que ha rechazado a Dios, a la dimensión espiritual y filosófica de la vida, y quienes no llegan a entender que los medios del modernismo son en sí una contradicción, y que sus propuestas materialistas y al mismo tiempo socializantes se cancelan unas a otras. Porque ni el capitalismo sin el impulso vital del progreso y bienestar general, ni el socialismo reciclado que ahora se aferra al Estado coercitivo pueden ser al mismo tiempo parte de las misma solución, y en realidad son tan sólo míseras versiones de lo que queda siempre al fondo de un mar de ideas puras que ha dejado de ser explorado.
Ya Alexander Solzhenitsin lo dijo en el zenit de su vida , el hombre moderno está muy ocupado en ganar un mundo. Pero en el proceso de acceder a más y más modernidad, y conocimiento sin más objetivos que el placer propio, ha realizado un canje de una perspectiva teísta cristiana –hasta ahora la mejor manera de concebir al hombre en toda su dignidad y no sólo como el sujeto y el objeto del consumo- de la vida al humanismo de hoy, y ha perdido en ello su esencia, la percepción de la naturaleza de su alma sedienta de trascendencia. Por ser en sí pluralistas, la modernidad falsa y el humanismo han traído confusión y caos, la pérdida de la pista que conduce a hallar lo que es esencial al hombre, y la manera como debe vivir.
Lo lamentable es que “Occidente” original, en ese proceso de perder de vista los principios que llevan a resultados, ha reemplazado los primeros por los últimos, poniendo al mundo en una carrera caprichosa y ciega hacia un vacío hedonismo. Desprovisto de verdades, de sustento a sus métodos, el mundo se indigna hoy ante el fraude. Pero no basta protestar, es necesario entender en que medida somos responsables
de resultados históricos, y de corregir posturas –aunque hayan sido las intocables ideas adoradas de la modernidad que se nos desmorona- que fueron concebidas unas por emergencia y otras por resentimiento, y por lo mismo, no responden a un concepto eterno del hombre y de la sociedad.
Finalmente, no se trata de retornar a ideas religiosas del pasado. La espiritualidad y la verdad hallada por la filosofía congruente no tienen que ver con legalismos ni ritualismos inadecuados al ser humano de hoy. Quienes son conscientes de esa esencia inmutable del hombre tienen la responsabilidad de alcanzar al hombre moderno, y dar una respuesta, aquí, ahora… aún en medio del amotinamiento, vale levantar la voz del pensamiento que no es vano.
Ana Roncal Villanueva.
Referencias:
(1) La Biblia. Salmo 2: 1. La similitud de las condiciones mundiales, provocadas en el continente europeo, no solo post-cristiano sino como ente organizado mediante la Unión Europea, abiertamente pluralista religiosa y aún cristofóbica, con el texto citado , proveen la línea de pensamiento para este artículo.
“¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán lo reyes dela tierra y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y su Ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos”.
(2) www.prensa-latina.cu recuperado el 18.10.11
(3) www.elmundo.es recuperado el 18.10.11
(4) www.vanguardia.com.mx recuperado el 18.10.11
(5) www.eluniversal.com.mx recuperado el 18.10.11
(6) Solzhenitsin, Alexander. 2008. “Sin el hálito de Dios, el capitalismo y el socialismo son repulsivos”. Diario El Comercio. 15 de Agosto 2008
(1) La Biblia. Salmo 2: 1. La similitud de las condiciones mundiales, provocadas en el continente europeo, no solo post-cristiano sino como ente organizado mediante la Unión Europea, abiertamente pluralista religiosa y aún cristofóbica, con el texto citado , proveen la línea de pensamiento para este artículo.
“¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán lo reyes dela tierra y príncipes consultarán unidos
Contra Jehová y su Ungido, diciendo:
Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos”.
(2) www.prensa-latina.cu recuperado el 18.10.11
(3) www.elmundo.es recuperado el 18.10.11
(4) www.vanguardia.com.mx recuperado el 18.10.11
(5) www.eluniversal.com.mx recuperado el 18.10.11
(6) Solzhenitsin, Alexander. 2008. “Sin el hálito de Dios, el capitalismo y el socialismo son repulsivos”. Diario El Comercio. 15 de Agosto 2008
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