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domingo, 16 de enero de 2011

MARTIN LUTHER KING: "TENGO UN SUEÑO"


"Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por la firmeza de su carácter"
(Dr. Martin Luther King, Jr. - Discurso en la Marcha a Washington, agosto de 1963).

Era diciembre de 1955 y Martin Luther King Jr. acababa de recibir su doctorado en Teología. Se había mudado a Montgomery, Alabama para predicar en una iglesia Bautista. Ahí vio, cómo en muchos otros estados del sur, los afroamericanos tenían que viajar en la parte trasera de los autobuses públicos. El Dr. King sabía que esta ley violaba los derechos de todos ellos. Organizó y fue el líder de un boicot contra el transporte público en la ciudad de Montgomery. Cualquier persona, negra o blanca, que estuviera en contra de la segregación racial no usaba el transporte. Las personas que se acogieron al boicot eran amenazadas e incluso arrestadas o encarceladas, pero después de 380 días de este movimiento, la Suprema Corte declaró que la ley de segregación de Alabama era inconstitucional. Los afroamericanos no eran segregados únicamente en el transporte. Se les negaba el derecho a viviendas iguales a los demás y en muchos hoteles y restaurantes se les prohibía entrar o sentarse.
En 1963, fue en la Marcha por Trabajo y Libertad, en Washington, DC que Martin Luther King dijo su discurso “Yo tengo un sueño”. Protestantes caminan desde el Monumento a Washington hasta el Memorial de Lincoln (© AP Images)
En 1957 el Dr. King fundó la Conferencia del Liderazgo Cristiano del Sur y regresó a Atlanta, Georgia. Este fue el inicio del movimiento por los derechos civiles. En los años siguientes continuó organizando protestas no violentas contra el trato desigual de los afroamericanos. Su filosofía era pacifista y recordaba constantemente a sus seguidores que su lucha sería victoriosa sin recurrir a baños de sangre. Sin embargo, él y sus seguidores eran atacados y amenazados con frecuencia. Algunas demostraciones iniciadas pacíficamente, terminaban con violencia y él mismo fue arrestado varias veces.
El 23 de agosto de 1963 se reunió una aglomeración de más de 250 000 personas en Washington D.C, que marchó rumbo al Capitolio para apoyar la aprobación de leyes que garantizaran a cada americano derechos civiles iguales. El Dr. Martin Luther King iba al frente de la "Marcha en Washington". En los escalones del monumento a Lincoln, el Dr. King expresó uno de los lemas básicos del movimiento por la igualdad en su discurso "Tengo un Sueño". Esta marcha fue una de las aglomeraciones más grandes de gente negra y blanca que se hubiera visto en la capital, y no se registró violencia alguna. Cada vez que él repetía el estribillo "tengo un sueño", la multitud gritaba de júbilo.
El memorable discurso de Martin Luther King es el siguiente:

"TENGO UN SUEÑO"
Por Martin Luther King, Jr.
(Discurso leído en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha en Washington).
Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.
También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.
Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"
Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".
Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.
Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".
Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".
Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.
Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antesecores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.
Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".
Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"
Washington, DC
28 de agosto de 1963

¿QUÉ SUCEDIÓ DESPUÉS DEL DISCURSO?

Un año después se aprobó la Ley de Derechos Civiles de 1964. No fue la primera ley de derechos civiles para americanos, pero sí la más efectiva y profunda. Esta ley garantizaba derechos iguales para vivienda, servicios y escuelas públicas y el derecho a voto. Todos tendrían comparecencias y juicios imparciales y una comisión de derechos civiles se aseguraría de que estas leyes fueran ejecutadas correctamente. Ese mismo año le fue concedido el premio Nobel de la Paz por su liderazgo en las demostraciones no violentas.
En 1968 el Dr. King fue asesinado mientras apoyaba una huelga de trabajadores en Menfis, Tennessee.

HISTORIA DE LA CONMEMORACIÓN
Tomó 15 años lograr que se conmemorara oficialmente el día de Martin Luther King. El Congresista John Conyers, demócrata por Michigan, fue el primero en introducir legislación para esta conmemoración, cuatro días después de que fuera asesinado King en 1968. Después de que la iniciativa no tuvo el impacto deseado en el Congreso, se enviaron peticiones apoyando la propuesta con los nombres de más de seis millones de personas.
Conyers y Shirley Chisholm, demócrata por Nueva York, enviaban la misma propuesta de ley cada vez que el Congreso iniciaba sesiones. Durante 1982 y 1983 las marchas por los derechos civiles en Washington constituyeron una presión pública significativa.
El Congreso aprobó la legislación en 1983, la cual fue convertida en ley por el Presidente Ronald Reagan. Se determinó celebrar ese día el tercer lunes de enero, en lugar de enero 15, fecha del cumpleaños de King, para que el día no quedara cercano a las conmemoraciones de Navidad y Año Nuevo.

CRONOLOGIA

Enero 15, 1929
Nace en Atlanta, Georgia. Sus padres fueron el Reverendo Martin Luther King y la Sra. Alberta Williams King.
1944
A los quince años se gradúa de la preparatoria y es admitido en el Colegio Morehouse, dedicado a la educación de afroamericanos en donde cursa la Licenciatura en Sociología.
1951
Se inscribe en la Universidad de Boston para proseguir sus estudios de posgrado en Teología Sistemática.
1953
Contrae matrimonio con Coretta Scott y se establece en Montgomery, Alabama.
1955
Se une al boicot contra la compañía de autobuses iniciado a raíz de lo sucedido con Rosa Parks, arrestada por negarse a viajar en la parte trasera del autobús, como estaba establecido. Es elegido presidente y vocero oficial de la Asociación de Montgomery para el Mejoramiento. Al año siguiente la segregación racial en los autobuses se declara ilegal.
1957
Forma la Conferencia Cumbre de los Cristianos del Sur para luchar contra la segregación racial y lograr derechos civiles para la población negra.
1958
Se reúne con el Presidente Dwight D. Eisenhower para tratar asuntos relacionados con los problemas de la población negra.
1959
Visita la India para familiarizarse con la filosofía de Gandhi de la No Violencia. Renuncia a su cargo de pastor en Montgomery y se muda a Atlanta para dedicarse a la lucha por los derechos civiles.
1960
Inicia el movimiento de los plantones. King es arrestado en Atlanta durante uno de ellos, mientras esperaba en un restaurante a ser atendido, servicio que le era negado por su color. Posteriormente es liberado gracias a la intervención de John y Robert Kennedy.
1961
El Congreso de Igualdad Racial (CORE) envió al sur a activistas negros y blancos a bordo de autobuses interestatales para poner a prueba las leyes de segregación. Al año siguiente King es arrestado nuevamente.
1963
Durante una demostración en Birmingham, King es arrestado y da a conocer el texto de su "Carta desde una cárcel de Birmingham". También en este año se logra el acuerdo de Birmingham, gracias al cual terminará la segregación en escuelas, restaurantes y tiendas y se contratará a las personas de color. Se lleva a cabo la demostración civil más concurrida en la historia, con la participación de más de 250 000 personas en la ciudad de Washington, donde King pronuncia su famoso discurso "Tengo un sueño".
1964
King es denominado "Hombre del Año" por la revista Time.
Asiste a la Casa Blanca a la firma de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Obtiene el Premio Nobel de la Paz.
1966
Se muda a Chicago para atraer la atención sobre las condiciones de vida de los pobres en esa ciudad e inicia una campaña para terminar con la discriminación en lo referente a vivienda, empleo y escuelas.
1967
Anuncia el inicio de la campaña por empleos y libertad para los pobres de todas las razas.
Abril 4, 1968
Es asesinado en Menfis, Tennessee cuando asistía a apoyar una huelga de trabajadores de sanidad, originada por los bajos salarios y condiciones intolerables de trabajo. Su funeral se convierte en un evento internacional. El Congresista John Conyers introduce una propuesta de ley para que se conmemore a nivel nacional el día de Martin Luther King.
1973
Illinois es el primer estado que conmemora el día de Martin Luther King.
1983
El Congreso aprueba la propuesta de ley para conmemorar a nivel nacional el día de Luther King y el Presidente Reagan la confirma.
1986
Se determina que sea observado el tercer lunes de enero como festivo nacional en su honor.
1989
Este festejo es adoptado en 44 estados.
1999
Nueva Hampshire es el último estado en adherirse a la conmemoración oficial del día de Luther King.

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