POR: UBALDO
TEJADA GUERRERO
“Para el ejercicio de nuestra ciudadanía
cristiana, debemos afirmar, que en el plano del liderazgo político y del cambio
de estructuras del Estado, el espacio redentor es tan importante como la guerra
espiritual. El espacio redentor y la guerra espiritual, deben ir de la mano,
porque si no llegamos a estar involucrado en el cambio de estructuras, toda
nuestra guerra espiritual será improductiva o aún improductiva”.
CONSIDERACIONES GENERALES:
1. Debemos
cambiar el chip, modificar la manera de entender la política. No es suficiente
ir a votar, el ejercicio político debe ser parte del día a día, desde la casa,
el barrio y cuanto espacio social frecuentemos.
2. La política
debiera consistir un ejercicio cotidiano, que nos construya como ciudadanos y
no como clientes de quienes sabemos que nos van a traicionar.
3. Construir
democracia en el Perú y hacer política será todavía un camino largo, pero no
nos queda otra alternativa, mas aún éste proceso electoral 2014-2016, ha hecho
de la política producto mercantil y vil. Tenemos que sacar a la política de la
corrupción, el narcotráfico y la violencia delincuencial; y, trabajar por
proyectos alternativos.
4. Hoy muchos
ciudadanos en el Perú, han perdido gran parte de la capacidad para distinguir
entre políticos y ladrones que encuentran en la política un campo de inversión
a recuperar (costo-beneficio) con la finalidad de enriquecerse a cualquier
precio.
5. Los nuevos
políticos deben promover la participación ciudadana, para que sea la sociedad
civil organizada la que decida, donde se deben respetar las discrepancias como
un método válido contra el “mal de altura”.
6. Debemos que
reconocer que mantener un Estado sólido, con políticas públicas sostenibles en
el corto, mediano y largo plazo; implica comprender que descentralizar, es
construir un nuevo Estado mas cercano al ciudadano. Este es es el meollo del
asunto y la ambiciosa transformación por hacer, en que se halla nuestro Perú
republicano.
7. En toda gran
transformación, los cambios profundos, no sólo son e resultado de las normas,
ni de las proclamas o las demandas por valiosas que sean.
8. Los
candidatos en éste proceso electoral 2014-2016, no tienen propuestas,
reflejando así la peor herencia del fujimorismo, lista para direccionar los
cargos, para hacer y deshacer de los recursos del Estado.
9. Los partidos
precarios no fortalecen la democracia, porque no están vinculados a la sociedad
civil, y mas bien se asemejan a un clan de amigos y familias.
10. En
conclusión, podemos afirmar mas que nunca en el Perú del siglo XXI, que el
problema no sólo es del nefasto “capitalismo salvaje”, sino también de
representación política, de ausencia efectiva de ciudadanía, de autoridad
moral; y de un Estado realmente representativo de la nueva sociedad
plurinacional y multiétnica.
ROL POLÍTICO DEL CRISTIANO
“Y acercándose Jesús, les habló, diciendo
toda autoridad me ha sido dada en el cielo y la tierra” (Mateo 28:18).
1. Los cambios
se hacen realidad cuando comprometemos: conocimientos, convicciones, actitudes
y conductas; pero, fundamentalmente practicando liderazgo transformacional, que
provoca que la vida de las personas sean cambiadas de adentro hacia afuera,
siguiendo sólo el patrón de principios escritos en la BIBLIA.
2. Recordemos
que en cuestiones de moda, podemos navegar con la corriente, pero en cuestión
de principios cristianos, de conciencia, de fe; debemos afirmarnos como una
roca.
3. Todo
proyecto cristiano entendido como verdadero legado, debemos medirlo por la
sucesión, por la inclusión de personas, como nos enseñó JESÚS, para que tenga
valor eterno.
4. El ejercicio
de nuestra ciudadanía cristiana es liderazgo, es influencia, ni mas, ni menos;
y, para ejercerla, debemos ser sal y luz como Jesús no mandó, solamente así
hemos empezado a obedecer el llamado de DIOS para nuestro ejercicio político de
nuestra ciudadanía plena.
5. En el
turbulento terreno de la política, debemos ser responsables con nuestros
hermanos cristianos que no están preparados, porque lo que
fundamentalmente lo que Dios desea es
que mostremos un APLOMO CONTRITO.
6. A mis hermanos les digo, que no debemos
confundir la palabra “mansedumbre” con debilidad, pues como cristianos
reconocemos nuestras debilidades; pero, es allí donde la fortaleza de Dios se
perfecciona en nosotros.
7. En el ejercicio
de nuestro liderazgo ciudadano cristiano, tenemos una herramienta que tiene el
potencial para cambiar nuestras vidas y el curso de nuestro desarrollo como
líderes espirituales en éste ejercicio ciudadano temporal, sólo dirijámonos al
libro mas ilustre que se ha escrito: la Biblia, sino preguntémonos: Quién nos
podría enseñar mas sobre liderazgo, sino DIOS mismo?
8. ¿Sobre que
poderes estableció Cristo sus poderes? Esa autoridad es para toda la creación,
es tanto temporal como eterna, es tanto espiritual como natural, es sobre todas
las cosas de la creación y todas las cosas de la redención.
9. Ser
cristiano y ser político, significa que nosotros investidos con la autoridad del Señor resucitado, tenemos
el poder para presentar las demandas de ese Señorío, y entrar en las ciudades,
en las naciones, para ejercer nuestra plena ciudadanía también en el plano del
cambio de las estructuras del poder de los gobernantes de éste siglo.
10. Finalmente
tengamos la claridad de entender, que el mas grande poder terrenal: el Estado
de éste siglo, no es más que una autoridad penúltima; la última autoridad es siempre Jesucristo. Cuando
estamos bajo su autoridad afectamos nuestras actitudes internas y nuestras
acciones externas en todo nivel de ejercicio de nuestra ciudadanía.
Al final necesitamos mas que una política de cambio, un cambio de carácter;
eso es un asunto moral espiritual.
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