Por: Ubaldo Tejada Guerrero.
"Por cuanto tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán a causa de la sangre de los hombres, y de los robos de la tierra, de las ciudades, y de todos los que habitan en ellas" (HABACUC).
DISOLVER LA DEMOCRACIA EN EL PERÚ
Disolver,
reorganizar, reestructurar. Con ese mensaje presidencial pronunciado el 5 de
abril del año 1992, Alberto Fujimori Fujimori, generó un caos social y político
sin precedentes en nuestra historia. El episodio se conoce como “El autogolpe
de Estado del 92” .
Recordemos las palabras de Alberto Fujimori el 5 de abril de
1,992: “Como Presidente de la República, (…) me he sentido en la
responsabilidad de asumir una actitud de excepción para procurar aligerar el
proceso de esta reconstrucción nacional, por lo que he decidido tomar las
siguientes trascendentales medidas:
Primero, disolver temporalmente
el Congreso de la República , hasta la aprobación de una nueva estructura
orgánica del Poder Legislativo, la que se aprobará mediante un plebiscito
nacional.
Segundo, reorganizar totalmente
el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura , el
Tribunal de Garantías Constitucionales, y el Ministerio Público para una
honesta y eficiente administración de justicia.
Tercero, restructurar la Contraloría General
de la República con el objeto de lograr una fiscalización adecuada y
oportuna de la administración pública (…).”
Hoy en el 2,015, observamos en el Perú, que después de mas de 20 años del autogolpe; el Congreso de la República, el Poder Judicial y la Contraloría General, están en su peor momento en la imagen de los ciudadanos.
"La razón del golpe no fue, como se ha
repetido hasta la saciedad, imponer el ajuste estructural de la economía en
aplicación de la receta neoliberal, que ya se había producido en agosto de
1990, ni tampoco la derrota de Sendero Luminoso y el MRTA, que se encontraban ya
en un momento de defensiva estratégica".
HIPERCORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA
Cuando hablamos del golpe del cinco de
abril de 1992 no nos estamos refiriendo a cualquier golpe de Estado sino a una
acción delictiva de gran magnitud que dio un giro trágico de “hiper-corrupción”
a la historia peruana, destruyendo la ética en el Estado y en las instituciones
de la sociedad peruana.
No queremos con esto señalar que el uso
patrimonal del Estado no hubiera existido antes en la historia peruana o que no
exista en otros países.
Lo que nos interesa subrayar es que jamás se lo llevó a
los niveles alcanzados durante la dictadura de marras. No está demás recordar
que hace pocos días un procurador del Ministerio de Justicia de este gobierno
estimaba en seis mil millones de dólares la dimensión del robo al Estado
ocurrido durante el régimen de Fujimori y Montesinos.
LA NATURALEZA DEL AUTOGOLPE
Fujimori y Montesinos, ellos fueron una
coalición de intereses que incluyó primero, a la cúpula de las Fuerzas Armadas,
segundo, a grupos empresariales importantes, nacionales y extranjeros, y tercero,
fundamentalmente, organismos financieros internacionales: el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Esta acción delictiva tuvo dos
dimensiones: Primero, una ruptura del orden constitucional (liquidación de la Constitución de
1,979) y, segundo, una ruptura que tuvo como objetivo, convertir al Estado
Peruano en una maquinaria al servicio de una organización criminal encabezada
por Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.
Las razones del golpe fueron: primero,
establecer una relación perversa entre economía y política en el Perú que sobre
la base de una masiva expropiación de bienes públicos y sociales, por la vía de
la cancelación de los derechos y el remate de empresas públicas, reconcentrara
la propiedad y los ingresos en muy pocas manos sin importar el bienestar de la
mayoría de la población y el desarrollo del país. Segundo, la regla
de oro de esta relación entre economía y política pasó a ser que la fuente de
la ganancia empresarial no fuera la productividad de los factores económicos
sino la relación de los negocios con el poder de turno. Tercero, esto configuró un “capitalismo de amigotes”
como el arreglo económico-político dominante, que ha trascendido la dictadura
de los noventas, hasta la democracia actual del 2,015.
LA INFLUENCIA MALÉVOLA
La fuerza del golpe del cinco de abril del 1,992 en el Perú, ha
pasado así a ser su influencia en la reconfiguración del Estado y la sociedad y
su duración en el tiempo. Si bien hoy ya no vivimos en las condiciones de
dictadura de la década pasada, los tres gobiernos elegidos, el de Alejandro
Toledo, el de Alan García, y el de Ollanta Humala; han mantenido la
relación perversa entre economía y política que instituyó el golpe, es decir el
capitalismo de amigotes que diseñó Montesinos entre rumas de billetes en la
salita del SIN y que continúa hasta ahora el 2,015, en diferentes espacios
sub-nacionales.
Esta relación perversa es la que hace la
actual democracia precaria ya que promueve una gran influencia de unos pocos
–los grandes empresarios que lucran con el modelo de “capitalismo salvaje”
e impide la democracia real de muchos ciudadanos descontentos que
se ven obligados a salir a la calle y cortar carreteras para ser escuchados, “criminalizando”
la protesta, aprobando leyes que convierten en delito las movilizaciones
populares y persiguiendo a sus dirigentes.
CONCLUSIÓN
Hemos delegado nuestro presente y nuestro futuro a las empresas y a las instituciones del Estado. Esto es un grave error, porque todos debemos ser fiscalizadores, para ello necesitamos un cambio de paradigma, nuevos espacios para hablar, nuevos colectivos ciudadanos, discutir, debatir, en fin impulsar a la sociedad entera para tomar el control sobre el presente y el futuro.
El autogolpe de Fujimori, generó ciudadanos ideales para un Estado, ciudadanos "calladitos" frente a esto es guerra o el reality de turno en la TV. Un mercado sin ética, donde la alienza entre los sectores públicos y las empresas, es el gran negocio del siglo, donde todo se privatiza, la salud, la educación, el agua,etc.
Es fundamental, terminar con la
influencia económica, política e institucional del golpe del cinco de abril de
1,992. Este es un requisito democrático y ciudadano, para que podamos desarrollar y profundizar la
democracia en el Perú a partir del 2,015, ya no como el orden limitado y precario que nos quieren
vender Toledo, García,Lourdes, Kouri, Castañeda, Keiko, Kuczynski, Del Castillo,
sino una democracia real y participativa y una ciudadanía plena en el que
quepamos en igualdad de condiciones todos los peruanos.
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