R. Amestoy es especialista en Historia del Protestantismo en el Río de la Plata e Historia de la Iglesia en América Latina.
30 DE JULIO DE 2012, ARGENTINA
“La historia de la Iglesia en Latinoamérica ha perdido terreno en muchos seminarios del continente. Ahora está comenzando a recuperarlo en países como Argentina, México, Perú, Chile, Colombia y Brasil, donde se nota un esfuerzo importante en la difusión del protestantismo”, dice Rubén Amestoy al comenzar la entrevista. “Con el énfasis neoliberal, lo latinoamericano perdió valor. Pero ahora hay una recuperación”, añade.
Al Dr. Amestoy, de nacionalidad argentina, siempre le gustó la Historia. En su adolescencia leyó la biografía de varios hombres ilustres y este interés de escolar contribuyó a que conociera el Evangelio.Historia y fe siguen hoy unidas en su vida.“El pastor de la iglesia donde iba a practicar básquet con otros chicos del barrio –en la Provincia de Buenos Aires-, siempre nos hablaba…”, recuerda Amestoy. “Yo no era evangélico en ese entonces, pero mi pasión por la Historia se fue mezclando con el protestantismo”, añade.
Después de leer la biografía de Domingo Faustino Sarmiento, accedió a una de sus obras (“La educación popular”) y notó que el autor “hablaba bien de los protestantes”. Luego, en la biblioteca de la iglesia evangélica encontró la biografía de Benjamín Franklin. “Descubrí que él permanentemente hacía referencia al protestantismo”, rememora.
Cuando abrazó la fe en Jesús decidió capacitarse en Teología en el ISEDET, uno de los pocos seminarios evangélicos de América Latina que en lugar de enseñar la Historia de la Iglesia comenzando por la iglesia patrística, lo hace al revés.
RECUPERACIÓN DE LA HISTORIA
Con la materia “Historia de la Iglesia en América Latina”, el joven Amestoy se introdujo en una corriente de pensamiento en la que ha seguido navegando. “El enfoque de aquella materia era la recuperación de la historia de la iglesia. El profesor nos motivaba a investigar y escribir permanentemente. No nos tomaba exámenes; su énfasis estaba en la investigación, lo cual implicaba ir a las fuentes y escribir. Un gran esfuerzo!”.
El esfuerzo dio frutos. Actualmente el Dr. Rubén Amestoy –que acaba de participar en el CLADE V, celebrado en San José, Costa Rica- es profesor invitado de la Cátedra de Historia de la Iglesia en el Instituto Bíblico Buenos Aires. Sus áreas de especialización son: Historia del Protestantismo en el Río de la Plata e Historia de la Iglesia en América Latina . Ha escrito y publicado numerosos artículos e informes de investigación, es co-presidente de la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y coordina el Centro de Estudios Teológicos “Martin Luther King ” en Córdoba.
Al Dr. Amestoy, de nacionalidad argentina, siempre le gustó la Historia. En su adolescencia leyó la biografía de varios hombres ilustres y este interés de escolar contribuyó a que conociera el Evangelio.Historia y fe siguen hoy unidas en su vida.“El pastor de la iglesia donde iba a practicar básquet con otros chicos del barrio –en la Provincia de Buenos Aires-, siempre nos hablaba…”, recuerda Amestoy. “Yo no era evangélico en ese entonces, pero mi pasión por la Historia se fue mezclando con el protestantismo”, añade.
Después de leer la biografía de Domingo Faustino Sarmiento, accedió a una de sus obras (“La educación popular”) y notó que el autor “hablaba bien de los protestantes”. Luego, en la biblioteca de la iglesia evangélica encontró la biografía de Benjamín Franklin. “Descubrí que él permanentemente hacía referencia al protestantismo”, rememora.
Cuando abrazó la fe en Jesús decidió capacitarse en Teología en el ISEDET, uno de los pocos seminarios evangélicos de América Latina que en lugar de enseñar la Historia de la Iglesia comenzando por la iglesia patrística, lo hace al revés.
RECUPERACIÓN DE LA HISTORIA
Con la materia “Historia de la Iglesia en América Latina”, el joven Amestoy se introdujo en una corriente de pensamiento en la que ha seguido navegando. “El enfoque de aquella materia era la recuperación de la historia de la iglesia. El profesor nos motivaba a investigar y escribir permanentemente. No nos tomaba exámenes; su énfasis estaba en la investigación, lo cual implicaba ir a las fuentes y escribir. Un gran esfuerzo!”.
El esfuerzo dio frutos. Actualmente el Dr. Rubén Amestoy –que acaba de participar en el CLADE V, celebrado en San José, Costa Rica- es profesor invitado de la Cátedra de Historia de la Iglesia en el Instituto Bíblico Buenos Aires. Sus áreas de especialización son: Historia del Protestantismo en el Río de la Plata e Historia de la Iglesia en América Latina . Ha escrito y publicado numerosos artículos e informes de investigación, es co-presidente de la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y coordina el Centro de Estudios Teológicos “Martin Luther King ” en Córdoba.
LA IGLESIA DE AMÉRICA LATINA
Estando en segundo año del seminario, Amestoy decidió que haría su tesis en Historia. José Míguez Bonino, profesor de Teología Romana, fue uno de sus mentores. Rubén frecuentaba su casa los domingos, ya que era amigo de su hijo. “Era un placer escucharlo… Él era una historia viva”, dice, recordando al destacado teólogo recientemente fallecido.
Junto a otros estudiantes interesados en Historia conformaron un grupo de trabajo. Se convirtieron en ayudantes de cátedra y Amestoy eligió la de “Historia de la Iglesia de América Latina”. En tercer año comenzó a participar en trabajos de investigación con Sydney Roy y juntos editaron una revista (que tuvo un solo número). “Allí publiqué un estudio sobre la conversión, analizando a los protestantes del siglo XIX”.
Se fue inclinando hacia la escuela francesa de las mentalidades y Míguez Bonino lo puso en contacto con Pierre Bastian, quien trabajaba en México. “Le envió un artículo que yo había escrito sobre cómo morían los protestantes. Comenzamos a mantener un vínculo y en el año 92 vino como profesor a ISEDET. Su apoyo fue muy importante para nosotros”.
Lo que Amestoy intentaba hacer, junto a los otros integrantes del grupo de estudiantes interesados en la Historia, era realizar trabajos de investigación significativos para el pueblo evangélico y que a la vez fueran suficientemente rigurosos como ser leídos y valorados en ámbitos no evangélicos . “Hice cursos de Metodología de la Investigación y asistí a clases abiertas en la Universidad de Buenos Aires, para aprender de destacados pensadores e investigadores. Aprendí a ser riguroso en la investigación”, apunta.
TESIS DOCTORAL
En 1992, cuando Amestoy estaba por terminar la Licenciatura en Teología, recibió la invitación del profesor Roy para asistir al CLADE III (Congreso Latinoamericano de Evangelización), a celebrarse en Quito, y presentar allí su trabajo sobre “Católicos y protestantes liberales frente a la cultura”.
“Me recibí y fui al CLADE. Allí me encontré con quienes irían a formar la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana”. Se trataba de José Carlos Mondragón y Carlos Martínez García, ambos de México, y Tomás Gutiérrez Sánchez, de Perú. Amestoy se sumó a ellos y lleva 20 años trabajando en ese contexto.
Con su flamante título en la mano, Amestoy debió decidir qué rumbo seguir. Tenía posibilidades de ir a estudiar a Suiza con Jane Pierre Bastian, o asumir el pastorado de una iglesia en el interior del país. Optó por lo segundo. “Quise venir a donde más me necesitaban. Pero, al mismo tiempo, decidimos con mi esposa que haría la tesis doctoral”, explica. Para él, la antinomia entre estudio y pastorado no existía.
Fueron ocho años de investigación, con numerosos viajes a Uruguay durante los primeros 24 meses. “Llevaba adelante el estudio –de 6 a 9 de la mañana- y desarrollaba las tareas pastorales, visitas, etc. Mi esposa y yo teníamos un llamado misionero y pastoral importante. Levantamos cuatro iglesias, formarndo equipos de trabajo, de líderes y pastores”, expresa.
Su tesis doctoral (Doctor en Teología por el Instituto Universitario ISEDET, Buenos Aires) como becario de Zending en Werelddiakonaat (Holanda) versó acerca de "Difusión y Cultura Protestante en el Río de la Plata; El rol del metodismo en los orígenes del Uruguay moderno; 1868-1904". Sydney Roy y José Míguez Bonino fueron sus directores de tesis.
PROTESTANTISMO Y SOCIEDAD
Durante las últimas dos décadas, han sido numerosos e interesantes los temas abordados por miembros de la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana: Identidad protestante; los aportes de la Iglesia protestante a la misión de la Iglesia hoy; la incidencia del protestantismo en la conformación de las sociedades latinoamericanas; cómo se difundió el protestantismo en América Latina…
Respecto a este último tema, Amestoy señala que “la manera como se difunde un movimiento religioso no es una cuestión neutral”, y destaca que “la Iglesia católica ha intentado deslegitimizar al protestantismo como un fenómeno foráneo, exótico a la realidad latinoamericana, es decir, como un elemento que es contrario a la identidad nacional”.
En respuesta, los teólogos e historiadores de la FTL han trabajado para demostrar que el protestantismo fue precisamente “un elemento que prende en sectores sociales que están buscando resistir a la denominación de la Iglesia católica”. Estos sectores –explica Amestoy- encuentran en el protestantismo “un canal de manifestación religiosa alternativo, que les permite vincularse a incipientes movimientos obreros, liberales radicales, masones, etc., y formar un frente opositor a la Iglesia católica y sectores dominantes, oligárquicos”.
En definitiva, “el protestantismo contribuye a la superación del orden colonial en América Latina”, afirma Rubén Amestoy. Justamente para celebrar los 200 años de independencia del colonialismo, la Comisión de Historia del la FTL publicó junto a la Universidad Nacional de México el libro “Ecos del Bicentenario. El protestantismo y el nacionalismo de las nuevas repúblicas latinoamericanas”. “Este libro fue traducido al inglés y ha posibilitado que hoy Dana Roberts, profesora de la Boston University School of Theology, quiera trabajar con nosotros”, comenta con satisfacción.
A PARTIR DE CLADE V
Veinte años de trabajo separan al CLADE III, en el que se constituyó la Comisión de Historia de la FTL, y el reciente CLADE V, donde a Rubén Amestoy le cupo -junto a Carlos Mondragón- organizar la consulta de dicha Comisión, a la que este año se han incorporado 15 historiadores jóvenes.
El documento elaborado durante las jornadas de trabajo en Costa Rica, señala que la Comisión desea “convocar a las jóvenes generaciones de historiadores, sociólogos, antropólogos y cientistas sociales a incursionar nuevos caminos, temas y metodologías de investigación que permitan seguir construyendo una historia significativa para las iglesias evangélicas del continente”.
Entre las propuestas para la siguiente década (CLADE se realiza cada 10 años), figuran las siguientes:
Promover la creación y publicación de materiales de investigación y difusión de la historia y la teología de los protestantismos. Crear una revista digital con un comité de notables (integrado por S. Roy, S. Escobar y J. González) y un equipo de trabajo que incluya diversas regiones. Incentivar el estudio y cuidado del acervo histórico de la FTL y para ello organizar y preservar un Archivo General de la FTL en convenio con otras instituciones o bibliotecas teológicas. Ofrecer a los miembros de la FTL y estudiantes evangélicos un programa de diplomatura y maestría que contemple de manera exhaustiva los Estudios Históricos de la Iglesia en América Latina. Continuar organizando consultas y congresos que permitan ayudar a promover las investigaciones de las diferentes regiones.
La aparición de revista digital está prevista para el 2013. Esta publicación nos permitirá acceder a informes de investigación y artículos de historiadores de renombre, así como a los trabajos de los nuevos investigadores. Será un importante paso en la recuperación de la historia del protestantismo latinoamericano.
Estando en segundo año del seminario, Amestoy decidió que haría su tesis en Historia. José Míguez Bonino, profesor de Teología Romana, fue uno de sus mentores. Rubén frecuentaba su casa los domingos, ya que era amigo de su hijo. “Era un placer escucharlo… Él era una historia viva”, dice, recordando al destacado teólogo recientemente fallecido.
Junto a otros estudiantes interesados en Historia conformaron un grupo de trabajo. Se convirtieron en ayudantes de cátedra y Amestoy eligió la de “Historia de la Iglesia de América Latina”. En tercer año comenzó a participar en trabajos de investigación con Sydney Roy y juntos editaron una revista (que tuvo un solo número). “Allí publiqué un estudio sobre la conversión, analizando a los protestantes del siglo XIX”.
Se fue inclinando hacia la escuela francesa de las mentalidades y Míguez Bonino lo puso en contacto con Pierre Bastian, quien trabajaba en México. “Le envió un artículo que yo había escrito sobre cómo morían los protestantes. Comenzamos a mantener un vínculo y en el año 92 vino como profesor a ISEDET. Su apoyo fue muy importante para nosotros”.
Lo que Amestoy intentaba hacer, junto a los otros integrantes del grupo de estudiantes interesados en la Historia, era realizar trabajos de investigación significativos para el pueblo evangélico y que a la vez fueran suficientemente rigurosos como ser leídos y valorados en ámbitos no evangélicos . “Hice cursos de Metodología de la Investigación y asistí a clases abiertas en la Universidad de Buenos Aires, para aprender de destacados pensadores e investigadores. Aprendí a ser riguroso en la investigación”, apunta.
TESIS DOCTORAL
En 1992, cuando Amestoy estaba por terminar la Licenciatura en Teología, recibió la invitación del profesor Roy para asistir al CLADE III (Congreso Latinoamericano de Evangelización), a celebrarse en Quito, y presentar allí su trabajo sobre “Católicos y protestantes liberales frente a la cultura”.
“Me recibí y fui al CLADE. Allí me encontré con quienes irían a formar la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana”. Se trataba de José Carlos Mondragón y Carlos Martínez García, ambos de México, y Tomás Gutiérrez Sánchez, de Perú. Amestoy se sumó a ellos y lleva 20 años trabajando en ese contexto.
Con su flamante título en la mano, Amestoy debió decidir qué rumbo seguir. Tenía posibilidades de ir a estudiar a Suiza con Jane Pierre Bastian, o asumir el pastorado de una iglesia en el interior del país. Optó por lo segundo. “Quise venir a donde más me necesitaban. Pero, al mismo tiempo, decidimos con mi esposa que haría la tesis doctoral”, explica. Para él, la antinomia entre estudio y pastorado no existía.
Fueron ocho años de investigación, con numerosos viajes a Uruguay durante los primeros 24 meses. “Llevaba adelante el estudio –de 6 a 9 de la mañana- y desarrollaba las tareas pastorales, visitas, etc. Mi esposa y yo teníamos un llamado misionero y pastoral importante. Levantamos cuatro iglesias, formarndo equipos de trabajo, de líderes y pastores”, expresa.
Su tesis doctoral (Doctor en Teología por el Instituto Universitario ISEDET, Buenos Aires) como becario de Zending en Werelddiakonaat (Holanda) versó acerca de "Difusión y Cultura Protestante en el Río de la Plata; El rol del metodismo en los orígenes del Uruguay moderno; 1868-1904". Sydney Roy y José Míguez Bonino fueron sus directores de tesis.
PROTESTANTISMO Y SOCIEDAD
Durante las últimas dos décadas, han sido numerosos e interesantes los temas abordados por miembros de la Comisión de Historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana: Identidad protestante; los aportes de la Iglesia protestante a la misión de la Iglesia hoy; la incidencia del protestantismo en la conformación de las sociedades latinoamericanas; cómo se difundió el protestantismo en América Latina…
Respecto a este último tema, Amestoy señala que “la manera como se difunde un movimiento religioso no es una cuestión neutral”, y destaca que “la Iglesia católica ha intentado deslegitimizar al protestantismo como un fenómeno foráneo, exótico a la realidad latinoamericana, es decir, como un elemento que es contrario a la identidad nacional”.
En respuesta, los teólogos e historiadores de la FTL han trabajado para demostrar que el protestantismo fue precisamente “un elemento que prende en sectores sociales que están buscando resistir a la denominación de la Iglesia católica”. Estos sectores –explica Amestoy- encuentran en el protestantismo “un canal de manifestación religiosa alternativo, que les permite vincularse a incipientes movimientos obreros, liberales radicales, masones, etc., y formar un frente opositor a la Iglesia católica y sectores dominantes, oligárquicos”.
En definitiva, “el protestantismo contribuye a la superación del orden colonial en América Latina”, afirma Rubén Amestoy. Justamente para celebrar los 200 años de independencia del colonialismo, la Comisión de Historia del la FTL publicó junto a la Universidad Nacional de México el libro “Ecos del Bicentenario. El protestantismo y el nacionalismo de las nuevas repúblicas latinoamericanas”. “Este libro fue traducido al inglés y ha posibilitado que hoy Dana Roberts, profesora de la Boston University School of Theology, quiera trabajar con nosotros”, comenta con satisfacción.
A PARTIR DE CLADE V
Veinte años de trabajo separan al CLADE III, en el que se constituyó la Comisión de Historia de la FTL, y el reciente CLADE V, donde a Rubén Amestoy le cupo -junto a Carlos Mondragón- organizar la consulta de dicha Comisión, a la que este año se han incorporado 15 historiadores jóvenes.
El documento elaborado durante las jornadas de trabajo en Costa Rica, señala que la Comisión desea “convocar a las jóvenes generaciones de historiadores, sociólogos, antropólogos y cientistas sociales a incursionar nuevos caminos, temas y metodologías de investigación que permitan seguir construyendo una historia significativa para las iglesias evangélicas del continente”.
Entre las propuestas para la siguiente década (CLADE se realiza cada 10 años), figuran las siguientes:
Promover la creación y publicación de materiales de investigación y difusión de la historia y la teología de los protestantismos. Crear una revista digital con un comité de notables (integrado por S. Roy, S. Escobar y J. González) y un equipo de trabajo que incluya diversas regiones. Incentivar el estudio y cuidado del acervo histórico de la FTL y para ello organizar y preservar un Archivo General de la FTL en convenio con otras instituciones o bibliotecas teológicas. Ofrecer a los miembros de la FTL y estudiantes evangélicos un programa de diplomatura y maestría que contemple de manera exhaustiva los Estudios Históricos de la Iglesia en América Latina. Continuar organizando consultas y congresos que permitan ayudar a promover las investigaciones de las diferentes regiones.
La aparición de revista digital está prevista para el 2013. Esta publicación nos permitirá acceder a informes de investigación y artículos de historiadores de renombre, así como a los trabajos de los nuevos investigadores. Será un importante paso en la recuperación de la historia del protestantismo latinoamericano.