10/01/2013
La semana pasada se llevó a cabo en los Estados Unidos la reunión anual de la Asociación Americana de Economistas. En el marco de esa reunión se presentó un documento llamado “Growth Forecast Errors and Fiscal Multpliers”, en el cual sus autores señalan que el Fondo Monetario Internacional se equivocó en el programa de ajuste económico en el que embarcó a la región europea luego de la crisis 2008-2009.
En este caso no solo es importante qué es lo que se dice, sino quién lo dice. El documento citado en el párrafo anterior fue presentado en la mencionada reunión nada menos que por el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard.
El informe escrito por el investigador más importante del organismo internacional, señala que el FMI subestimó consistentemente el impacto que tendría el ajuste fiscal en las economías europeas tanto en el aumento del desempleo, como en el debilitamiento de las cuentas fiscales europeas. De haber conocido esta información, dice el informe del Fondo, este organismo hubiera recomendado ajustes menos severos en países como España, Portugal y Grecia. El mismo documento señala que originalmente se había calculado que por cada dólar que se recortaba con los programas de ajuste, las economías europeas perdían 0,5 dólares. Sin embargo, según los nuevos datos, cada dólar recortado por los programas de ajuste, las economías europeas perdieron en realidad 1,5 dólares. Es decir 3 veces más de lo originalmente planteado.
Como señaló Paul Krugman en una reciente columna de opinión, la economía de un país no funciona igual que la economía de una familia. Ante una crisis, una familia podría ajustar sus gastos y sobrellevar el bache gastando un poco menos. En el caso de un país cortar los gastos puede llevar a su parálisis ec-onómica, rompiendo el ciclo de compra-ventas que mueve la economía. Es por esta sencilla razón que ante una crisis de cierta magnitud, el gobierno entra en escena a través de una expansión del gasto para, de esta manera, evitar que el ciclo económico se rompa y el país caiga en recesión. Sin embargo, ante la crisis europea fueron muchas las voces que se alzaron a favor del programa de ajuste. Entre ellas obviamente el Fondo Monetario Internacional, pero también la Comisión Europea, la OECD y la unidad de inteligencia financiera de la importante revista inglesa The Economist. Todas estas instituciones, como señala el informe de Blanchard subestimaron el impacto que tendría el ajuste fiscal en Europa y que hoy hace que la crisis del 2008 siga siendo uno de los temas claves de discusión económica.
Cabría preguntarse si el profesor Blanchard podría realizar una nueva investigación para ver cuáles fueron los efectos reales del ajuste estructural en América Latina durante los años 90. ¿Cuántos dólares habrán perdido realmente las economías latinoamericanas como producto del ajuste estructural? ¿Cuánto aumentaron los niveles de desempleo como producto del ajuste?
No hay comentarios:
Publicar un comentario