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sábado, 30 de agosto de 2014

DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA FE

(Vigencia del documento del Cardenal Suárez Rivera)

A la vuelta de 15 años, la Instrucción pastoral sobre la dimensión política de la fe, del Cardenal Adolfo Suárez Rivera, Arzobispo de Monterrey, merece ser releída y valorada en su justa apreciación, tanto por su anticipada visión como por lo permanente de su doctrina, iniciado ya el siglo XXI.
Lo interesante de esta instrucción pastoral, además es la amplia difusión que ha tenido dentro del Episcopado Mexicano y de la Iglesia Latinoamericana en general. Ello habla muy bien del cuidado que hubo de tener el prelado regiomontano para diseñarla y elaborarla, vigencia que tiene que ver con esa visión anticipada del Cardenal.
Introducción
Resulta fundamental la perspectiva, el tiempo, a fin de apreciar mejor un objeto, una acción, un escrito
Es la Doctrina Social de la Iglesia esta instrucción pastoral. Y se torna de gran valor, en virtud de que, de conformidad con el magisterio papal y con la tradición de la Iglesia, postula una visión alternativa al neoliberalismo económico que ha prevalecido durante los últimos lustros y al que no se le ve, de momento, una tregua o rectificación de fondo, pese a los negativos signos que se han dado de sus efectos sociales en todo el mundo.
En cinco grandes temas, la instrucción pastoral analiza -basada fundamentalmente en la Sagrada Escritura, el Concilio Vaticano II, las encíclicas papales y los documentos del Episcopado Latinoamericano de Medellín y Puebla- la situación que guarda la política latinoamericana y mexicana, el carácter englobante de la fe, Cristo y lo político, y las prioridades y acciones a seguir por parte sobre todo de los cristianos laicos, quienes tenemos la tarea de transformar las estructuras temporales con los criterios de Cristo y su iglesia, evangelizando "oportuna e inoportunamente".
Una palabra previa
Inicia el documento con una necesaria clarinada a fin de que despertemos del sueño doctrinal y entremos en la conciencia de que hay confusión de ideas respecto a la tarea pastoral de la Iglesia y su presencia en la sociedad. Refiriéndose a las elecciones de 1985, califica el documento sobre la Dimensión Política de la fe, al que en lo sucesivo de este análisis denominaremos bajo las siglas de DPF, de situación socio-política "marcada por un avance lento y contradictorio hacia la democracia", con una "agudización de tensiones" y con "persistencia de anticleralismo" luego de los señalamientos de algunos obispos mexicanos y frente a "la elevada dosis de liberalismo político - económico que contamina la cultura general y hasta la cultura religiosa….". ahora bien, la "confusión doctrinal sobre este tema" no es privativa de ninguna clase social -establece la DPF . y se trata generalmente de basar en una errónea y li9teral interpretación del texto evangélico de Dios y el César, manifestado por Cristo frente a los doctores de la ley antigua.
La Iglesia no puede estar al margen de esta realidad socio-política, señala el documento. "La situación que vivimos como Nación, no podemos aislarla de la Fe" que reconocemos mayoritariamente los mexicanos. Porque la Iglesia vibra con su pueblo, el que es dualmente ciudadano y cristiano, ciudadano y católico, a la vez.
Pero la Iglesia es el Pueblo de Dios, no sólo la jerarquía. Esta precisión es importante a fin de no confundir lo que los ministros y la jerarquía de esta Iglesia dicen y realizan, de las funciones propias del laicado, que perfectamente no sólo puede sino debe intervenir en la política, transformándola y ennobleciéndola mediante un ético y desinteresado ejercicio.
¿Qué es entonces la dimensión política del la fe?. Una realidad espiritual, pero que no puede aislarse de la realidad total del católico, del cristiano. Tiene repercusiones en toda la vida y va encaminada hacia la construcción del Reino de Dios. La política, por tanto, "entendida como búsqueda del bien común, es una tarea de todos sus miembros, aún de los pastores", por lo que no puede excluirse ni aislarse al clero de esta tarea integradora, aclarando que "la política entendida como militancia en partidos o el ejercicio de poder público sea asumido exclusivamente por los laicos".
El objetivo y contenido del documento, apunta el Cardenal Suárez Rivera, es "iluminar, desde la fe nuestra realidad política, aclarar la relación entre la fe y lo político, y motivar a los miembros de esta Iglesia Particular de Monterrey y a todas las personas de buena voluntad…", a actuar apartidariamente, sin invadir la esfera del Estado, en esta tarea transformadora, en consonancia con la tarea evangelizadora (pp 3-7)
Situación política y conceptos fundamentales
Dos son los grandes aspectos que aborda el documento DPF en este primer apartado: la situación política en México y los conceptos fundamentales en torno a la misma de acuerdo a la Doctrina Social Cristiana.
En relación a los rasgos de la situación política latinoamericana, recuerda el documento en cuestión lo que ya denunciaba en 1968 la conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, a saber: "sistemas económicos que contemplan sólo las posibilidades de sectores con alto poder adquisitivo" y en lo político, inestabilidad y falta de solidaridad social". Once años después, en Puebla, el mismo Episcopado Latinoamericano advertía acerca de los riesgos del "aumento de injusticia institucionalizada", "crisis institucional y económica con evidentes manifestaciones de corrupción y violencia", "represión sistemática o selectiva" y "regímenes autoritarios".
De esta manera, el documento habla de un Estado fuerte y una Nación débil, donde los partidos reducen su actuación casi al momento eleccionario y en el que la tentación del dirigismo social es evidente, ya que el grupo en el poder, consciente o inconscientemente, reproduce el mismo modelo político a seguir, reduciendo la libertad individual y social.
"La política es constitutiva de la persona"; elemento constitutivo del ser humano. Esta dimensión política de la persona "no es concesión del estado ni del derecho positivo". El Estado y el Derecho son creación de la persona, y no a la inversa. Cada hombre y mujer viven bajo la acción de la política y frente a lo político. Por esto, "la negación de los derechos políticos fundamentales, ofende grandemente a la persona y daña a la comunidad social".
Es la política bien común de la sociedad, lo que incluye el respeto y la defensa de los derechos fundamentales, la efectiva participación social, la promoción de las distintas áreas de la economía, la justa participación de los frutos del trabajo y la posibilidad real de acceder a estos bienes y servicios. De tal manera que son contrarias al bien común: "cualquier forma de discriminación", "la concentración de poder político o económico" y "las violaciones a los derechos fundamentales del hombre".
En la Doctrina Social de la Iglesia, hay un carácter global de la política que influye y afecta el todo social, lo que implica que la acción política es responsabilidad de todos: gobierno, partidos, grupos intermedios e iglesias.
Carácter englobante de la fe
El documento DPF postula que la fe abarca la totalidad de la vida, lo que está fundamentado en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, al igual que en lo postulado por el Vaticano II, el que considera de gran error de nuestra época esta separación y divorcio entre la fe y la vida.
Toda la fe en toda la vida, establece la instrucción del Cardenal Suárez Rivera. Tanto la política como la fe poseen carácter englobante, pero aclara el documento, -en tanto que la política incluye todas estas relaciones, la fe las trasciende-.

Este es el verdadero sentido de la liberación israelita por Yahvé, que tiene que ver con la fidelidad de la alianza de este pueblo hacia su Dios. De la misma manera, en el Nuevo Testamento hay una desaprobación del "vacío ritual" religioso y una negación del dominio y la explotación que pueden darse en los mandantes que gobiernan a las naciones, en expresión evangélica, "como si fueran sus dueños".
Por tanto, señala el documento DPF, tiene que darse una conversión individual y social que condene la acumulación egoísta y se vuelque a favor de una acción generosamente solidaria y caritativa a favor de los menos afortunados. "sin esta conversión en las relaciones y estructuras sociales - advierte la instrucción pastoral- no es posible el acceso al Reino de Dios".
Cristo y lo político
En apego al Nuevo Testamento, ¿en qué pasajes evangélicos encontramos que Cristo está bajo la acción de lo político?. Porque Cristo debe ser empadronado bajo el imperio de César Augusto y tendrá que huir de Herodes y de Arquéalo.
Igualmente, porque Jesucristo, hombre-Dios, durante su vida pública "fue constantemente acechado por sus enemigos ideológicos" y finalmente injustamente asesinado. Quienes detentaban el poder religioso y político buscaban su muerte, en virtud de los señalamientos de Cristo hacia su hipócrita actuación. La muerte de Jesús, como apunta el documento en consonancia con el magisterio eclesiástico, es la libre entrega de su vida por obediencia a su Padre y por amor a nosotros, dentro del plan salvífico.
No buscó el poder político, a pesar de que el pueblo tenía una expectativa mesiánico-política de liberación de Israel frente a Roma y su poder. Pero Cristo tampoco se mostró "neutral y acrítico a este campo". Su opción fue de solidaridad con los pobres, los débiles, los enfermos, los pescadores, los excluidos. Desacralizó la autoridad política y la condicionó tanto al buen ejercicio como a su referencia final a un Dios absoluto (pp 21-25).
Iglesia y lo político
En este cuarto apartado, el documento analiza el ser y quehacer de la Iglesia, al igual que su inserción en la vida política.
La Iglesia es presencia de Dios en el mundo y comparte con los hombres la vida humana. El crecimiento del Reino es la misión de la Iglesia. Su tarea es que imperen en el mundo la Verdad, la Justicia, el amor. La Iglesia no está casada con "ningún proyecto sociopolítico concreto", pero debe estar presente iluminando, cuestionando y dando sentido desde la visión cristiana. Se busca -dice el Vaticano II, "realizar la obra de la justicia, bajo la inspiración de la caridad".
Iglesia son todos los discípulos del Señor. Entre el clero y laicado se habla de igual misión, pero tareas diferentes. De acuerdo a San Pablo, "tenemos dones diferentes, según las gracias que Dios ha dado a cada uno". Por tanto, la eficacia transformadora de estas acciones no depende de si las realizan los laicos o consagrados, sino en el "grado de verdad y de caridad que impulse cada uno.."
El estar en el mundo, pero no ser del mundo -que Cristo enseñara en el Evangelio- mantiene su vigencia. La Iglesia está dentro de la historia. Y esta compenetración de la ciudad terrena y de la ciudad eterna, "es un misterio permanente de la historia humana…. Hasta la plena revelación de la realidad de los hijos de Dios", como igualmente asegura el Concilio.
Jesús es el modelo y norma de la Iglesia. "Dios quiere una Iglesia comprometida en la historia". La misión de esta comunidad espiritual es de orden religioso, pero de esta misma misión religiosa "derivan tareas, luces, energías que pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana, según la ley divina".
Para el Cardenal Suárez Rivera, "la evangelización no es un mensaje abstracto ni desconectado del presente". Va dirigida a cuantos realizan una actividad y tarea transformadora, pero particularmente a quienes ejercen la política, ya que "de ella proceden la mayor parte de las opresiones que sufren amplios sectores del pueblo mexicano" Y tiene que ver con la llamada "democracia integral" que abarca lo político, lo económico, lo educativo y lo cultural.


Criterios, prioridades y acciones.

Finalmente, vayamos al último capítulo de esta instrucción pastoral del Cardenal Suárez Rivera.
Como criterios doctrinales están: una Fe englobante, el ejemplo de Jesús, la misión de la Iglesia, la dimensión social de las virtudes teológicas, el bien común, la política como servicio, la defensa de los derechos humanos. Y como criterios pastorales, se exhorta a: superar el falso carácter privado de la fe, incorporar la dimensión socio-política de la fe a toda la formación eclesial, educar en la vida política, respetar la conciencia de los seglares en sus opciones políticas, someter la acción sacerdotal a lo establecido en el Derecho Canónico y entender, con el Papa Paulo VI, que "una misma fe cristiana puede conducir a compromisos diferentes", como postula la Octogésima Adveniens.


Opción prioritaria. De acuerdo al documento DPF, es la educación para la vida política y democrática, la superación de la trillada educación cívica y el fomento al análisis crítico de la realidad nacional. Se trata de una evangelización liberadora y promotora que, con el documento de Puebla, insista en el sujeto colectivo y el objeto de esta evangelización, en el conocimiento permanente de la realidad, en la concientización, en la organización social que fomente estas acciones y en la acción integral de una teología operante y liberadora.

¿Cuáles son las acciones recomendadas para esta Iglesia Particular de Monterrey? El estudio y profundización de la instrucción pastoral Dimensión Política de la Fe, el trabajo conjunto de los secretariados y la elaboración de una pastoral social que se englobe dentro de una pastoral orgánica. (pp. 33-40)




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