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lunes, 11 de agosto de 2014

LIDERAZGO TRANSFORMADOR CRISTIANO

Una de las grandes carencias entre los cristianos de nuestra generación es la falta de obediencia para con la responsabilidad individual y grupal de ser "sal y luz" en el mundo (Mt. 5:13-16). La ausencia de cristianos sabios e íntegros que declaren el señorío de Jesucristo en medio de sus actividades, responsabilidades y aportes seculares es notable en América Latina. 
Es lamentable que una gran mayoría no pueda ver claramente sus actividades laborales y profesionales como un servicio al Señor debido, básicamente, a que una fuerte dicotomía entre lo que es considerado sagrado y secular está firmemente arraigada en la tradición evangélica de nuestra región. Es así que todo lo religioso es considerado sagrado y con valor eterno, mientras que las ocupaciones seculares son despreciadas y vistas simplemente como un mal necesario. 
Finalmente se tiende a considerar como "llamados por Dios" únicamente a los pastores, obreros eclesiásticos o misioneros que estén realizando labores dentro del organigrama de la iglesia. Toda otra labor (sin que importe su valor o contribución) queda relegada a un segundo plano y, por lo tanto, se le percibe como ajena o distante de los intereses reales de Dios.
Si esta falsa separación fuera eliminada, entonces lo primero que debería ser bendecido sería la participación e influencia del creyente en el mundo, porque es allí donde se encuentra un enorme punto ciego que estaba injustamente privado de la voluntad de Dios. La espiritualidad cristiana además de ser demostrada en la vida del ministerio de la iglesia debe también ser evidente en las actividades comúnmente llamadas seculares del pueblo de Dios porque nada en la vida está fuera del control y la bendición del Señor. Martín Lutero lo explicaba con su pasión característica de la siguiente manera:
La idea de que el servicio a Dios debe quedar reducido solamente al servicio en el altar, el canto, la lectura, el sacrificio y cosas semejantes a estas es sin lugar a dudas el truco más horrendo del diablo. ¿Cómo puede el maligno habernos llevado tan lejos a través de la estrecha concepción de que el servicio a Dios sólo se lleva a cabo en la iglesia y en los trabajos que se hacen dentro de ella? ... El mundo entero puede abundar con servicios para el Señor, ministerio – no sólo en las iglesias sino también en el hogar, la cocina, el taller, y el campo.
Esta concentración, por lo tanto, tiene como finalidad el poder presentar una completa visión bíblica de lo que significa ser cristianos en medio de la sociedad contemporánea, así como brindar las herramientas necesarias para poder influenciar, impactar y transformar la sociedad para la gloria de Dios. 
La meta es poder formar líderes cristianos que le devuelvan a sus vidas públicas el sentido de propósito y de servicio originalmente diseñado por Dios; y más aún, el volver a enriquecer sus habilidades profesionales con los principios de cosmovisión cristiana, fe, esperanza, apologética, ética, amor y justicia que sustentan el cristianismo.
Para completar la concentración, el alumno deberá tomar una materia electiva adicional de entre las materias
 generales de las otras concentraciones.

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