Entradas populares

Vistas de página en total

viernes, 19 de octubre de 2012

DESNUDANDO A LAS POTESTADES DE ESTE SIGLO (I)

POR: Ubaldo Tejada Guerrero – Analista Globaljesusenaccion46@gmail.com

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo” (Efesios 6:12)

La globalización - en sus dimensiones sociales, económicas y tecnológicas - amplió su predominio en la vida de nuestros pueblos. La globalización se nos fue presentada como la gran panacea; se nos dijo que mediante ella, la tecnología y el mercado harían de este mundo uno mejor. En verdad, la globalización reinstala con nuevos bríos la ley del más fuerte en las relaciones sociales, posibilitando el bienestar de las minorías y condenando a millones a ser sacrificados en el altar del “dios” mercado, ese ídolo contemporáneo ávido de sacrificios humanos
En los 90 con la fuerza del neoliberalismo en el Perú, se destruyó el concepto de patria, de nación, de soberanía, los siguientes gobiernos simplemente lo siguen aplicando, desde Fujimori hasta García en el 2,011, poniéndose al servicio de las potestades de éste siglo (FMI, OCDE, CE, BM, OTAN, Grupo de los 7, TLC, libre mercado, etc).
Desde el dolor que sentimos por el sufrimiento de los excluidos en nuestro Continente, queremos hacer nuestro el ministerio de nuestro Señor Jesucristo cuando dijo:

He venido para dar buenas nuevas a los pobres; sanar a los quebrantados de corazón; pregonar libertad a los cautivos y vista los ciegos; poner en libertad a los oprimidos; predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18)

Los cristianos creemos que al Señor pertenece la tierra y su plenitud, el mundo y todos los que en él habitan; por eso proclamamos que el pleno desarrollo humano, la verdadera seguridad y orden sociales sólo se alcanzan en la medida en que todos los recursos técnicos y económicos y los valores institucionales están al servicio de la dignidad humana en una efectiva justicia social.
¿Y por que las potestades de éste siglo, imponen a los países explotados la idea de neoliberalismo o globalización neoliberal? Comencemos a desnudar a las potestades, para demostrar lo que dicen nuestros hermanos evangélicos indígenas de Ecuador:

Lo social y lo político son medios; son instrumentos para honrar a Dios. Sirviendo al prójimo servimos a Dios, no sirviéndose de los demás. ¡Que el Dios de la vida nos permita comprometernos con el cambio y la esperanza de los pueblos y que todo nuestro accionar sea para la gloria de Dios!”

Si antes los emperadores romanos utilizaban al coliseo romano para distraer al pueblo de la crisis económica, moral y social que se vivía en esos momentos, ahora se utiliza los medios de comunicación, que destruyen las mentes colectivas.
Y si en cada época se difunde nuevos modelos, valores, educación, ideología, se utilizará medios existentes de cada época o régimen de producción para reproducirlas, porque las  potestades necesitan controlar las mentes.
En la actualidad se utiliza los aparatos ideológicos del Estado para aceptar las normas impuestas por las grandes transnacionales que necesitan vender lo que producen e insertarnos al consumismo, ajenos a los valores cristianos, que presentamos a Jesús de Nazaret compartiendo la vida, las esperanzas y las angustias de su pueblo
Entonces si ya entendimos la alianza de los gobiernos con sus modelos económicos e ideológicos más las transnacionales, entonces el neoliberalismo no es una alternativa de progreso nacional sino extranjera al servicio de las potestades.

“Queremos persistir en hablar de una nueva visión económica que coloque el derecho a la vida del ser humano como centro de su accionar. De una economía que promueva la solidaridad, la reciprocidad y la responsabilidad. De un modelo económico que se proponga globalizar la vida plena.

Tra­di­cio­nal­mente, los impe­rios (potestades, gobernadores, principados), se han defi­nido de manera limi­tada, en tér­mi­nos de una fuerte nación-Estado que expande con éxito su esfera de influen­cia y poder a otros terri­to­rios. El obje­tivo del Impe­rio es impo­ner la depen­den­cia a esos terri­to­rios, y luego explo­tar sus recur­sos en el caso de paí­ses poco desa­rro­lla­dos o, con paí­ses más desa­rro­lla­dos, convertirlos en nue­vos mer­ca­dos para sus exce­den­tes chatarra (ej. trasgénicos).
En este último sen­tido el Impe­rio esta­dou­ni­dense ha logrado afir­mar a menudo que es una fuerza por el bien del mundo, que ayuda a pro­pa­gar la liber­tad y los bene­fi­cios de la cul­tura del consumo. Como dicen nuestros hermanos ecuatorianos evangélicos:

Con los ejemplos anteriores podemos afirmar que hemos promovido la acción social porque hemos sido discriminados, explotados y oprimidos doblemente: por ser indígenas y por ser evangélicos. Pues hemos estado conscientes, que la salvación no solo es del alma sino también del cuerpo y de la mente”.

En nues­tro mundo glo­ba­li­zado la cues­tión de quién se halla en el cen­tro del impe­rio está muchos menos clara que antes.
En la actua­li­dad el gobierno de EE.UU. es menos el cora­zón del Impe­rio que su faci­li­ta­dor. Lo que hasta hace poco eran los bra­zos del Impe­rio, espe­cial­mente las indus­trias finan­cieras y mili­tares, se ha con­ver­tido en una elite impe­rial trans­na­cio­nal cuyos intere­ses no están limi­ta­dos por fron­te­ras y cuyos pode­res elu­den en gran parte los con­tro­les legis­la­ti­vos y morales.
El Impe­rio logra sus obje­ti­vos de dife­ren­tes mane­ras: mediante la fuerza, como la con­quista, cuando se enfrenta pobla­cio­nes que se resis­ten al robo de sus recur­sos; y de modo más sutil mediante la inter­fe­ren­cia polí­tica y eco­nó­mica (embajadas de EE.UU.), la per­sua­sión (acusaciones de terrorismo a quien reclama) y el con­trol de las men­tes (medios de comunicación), cuando quiere crear nue­vos mer­ca­dos. No importa cómo fun­cione, el obje­tivo es crear un sen­tido en los terri­to­rios depen­dien­tes de que sus intere­ses y des­ti­nos están liga­dos a los del imperio. Es decir solamente hay una salida: aceptar el modelo neoliberal de crecimiento para los grandes (amantes del dinero) y pobreza para el prójimo oprimido.
De la misma manera, pocas veces se dice a los perio­dis­tas –por lo menos direc­ta­mente– qué tie­nen que escri­bir. Los medios han desa­rro­llado pro­ce­sos cui­da­do­sos de selec­ción y jerar­quías en su per­so­nal edi­to­rial –lla­ma­dos “fil­tros” por los crí­ti­cos de los medios Ed Her­man y Noam Chomsky– para ase­gu­rarse de que los perio­dis­tas disi­den­tes o ver­da­de­ra­mente inde­pen­dien­tes no alcan­cen posi­cio­nes de ver­da­dera influencia.
El éxito de las eli­tes impe­ria­les depende en gran medida de una creen­cia com­par­tida por el público occi­den­tal de que “noso­tros” las nece­si­ta­mos para ase­gu­rar nues­tro sus­tento y segu­ri­dad y que al mismo tiempo somos real­mente sus amos. Algu­nas de las ilu­sio­nes nece­sa­rias per­pe­tua­das por las eli­tes trans­na­cio­na­les incluyen:
1.       Que ele­gi­mos gobier­nos cuya tarea es con­tro­lar a las potestades;
2.      Que noso­tros, en par­ti­cu­lar, y la fuerza labo­ral glo­bal en gene­ral, somos los prin­ci­pa­les bene­fi­cia­rios de la crea­ción de la riqueza corporativa;
3.      Que las cor­po­ra­cio­nes y la ideo­lo­gía sub­ya­cente, el capi­ta­lismo glo­bal, son la única espe­ranza de libertad;
4.      Que el con­sumo no es sólo una expre­sión de nues­tra liber­tad, sino tam­bién una fuente impor­tante de nues­tra felicidad;
5.      Que el cre­ci­miento eco­nó­mico puede seguir inde­fi­ni­da­mente y sin coste a largo plazo para el cre­ci­miento del planeta.
6.      Que hay gru­pos, deno­mi­na­dos terro­ris­tas, que quie­ren des­truir este bené­volo sis­tema de crea­ción de riqueza y mejora personal.






No hay comentarios:

Publicar un comentario