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Los militares siempre han tenido fama de ser rudos y fríos, pero recientemente en Perú un grupo de ellos demostró que cuanto se tiene a Jesús en el corazón ese concepto puede cambiar radicalmente.
Como soldados que se preparan para la guerra alrededor de 200 militares cristianos de diversas partes del mundo se reunieron en Lima, en el Centro de Entrenamiento Andino del Ejército del Perú.
Estos valientes elaboraron durante el encuentro estrategias de evangelización, de acuerdo a su misión.
"La misión de esta asociación mundial de militares cristianos es llevar el evangelio a cada hombre y cada mujer en las fuerzas armadas de cada país del mundo para que escuchen el evangelio de algún compañero en su sitio de trabajo", comenta Robert Reifsnyder, un reverendo del ejército estadounidense.
El avance del evangelio en el ámbito militar, se traduce en vidas transformadas y en esfuerzos por compartir el mensaje bíblico.
"Cristo cambia, Cristo renueva todos los corazones. Yo era un hombre que estaba metido en la bebida del alcohol, mucho cigarrillo, muchas mujeres, mucha mentira, mucho adulterio. Ahora hay confianza en el corazón por que primeramente ya no mentimos. Nuestra esposa ahora tiene confianza, tienen confianza nuestros hijos y todos los que están alrededor nuestro tienen confianza porque hablamos la verdad", comenta Luis Navarro de la marina ecuatoriana.
Uno de los proyectos logrados en países como Chile o Brasil, es la presencia de capellanes evangélicos en las escuelas militares. Proyecto que busca extenderse hacia las demás naciones sudamericanas.
Una vez a la semana, alrededor de 500 soldados de la Primera Brigada de Fuerzas Especiales del Ejército del Perú, se reúnen en una capilla donde celebran un culto en el cual alaban a Dios y también estudian la Biblia.
Jóvenes soldado manifiestan su simpatía por la enseñanza espiritual impartida. Así lo comenta Elmer Huamán, voluntario del servicio militar.
"Ha sido una experiencia maravillosa la que hemos tenido. Doy gracias a Dios por este maravilloso encuentro que nos ha dado a cada uno de nosotros. Ahora muchos jóvenes cometen toda clase de pecado, les aconsejo que cambien su vida y entreguen su vida Cristo, pues es el mejor camino que pueden elegir", expresó.
De frontera a frontera, estos hombres preparados para la guerra levantan unidos la bandera del evangelio con el fin de conquistar a hombre y mujeres para Cristo en el lugar donde se encuentren.
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