EDUCACIÓN EN POLÍTICA: MÁS EMPRESA, MENOS BUROCRACIA ESTATAL

Uno de los desafíos de esta era carente de ideología para los países emergentes latinoamericanos es la precisión, dar en el blanco y escoger las mejores ideas del amplio pero confuso espectro de experiencias y proyecciones. Y es que entre todo lo que se anuncia como positivo, especialmente el crecimiento económico, crece también la hierba mala, lo inservible, una cizaña que no debe esperar a tiempos finales para ser extirpada. En medio de los discursos de crecimiento es necesario entender qué piezas no responden al rompecabezas de la prosperidad equitativa, no la trillada “inclusión social”, que ha sido enarbolada como si fuera la bandera socialista por derecho, y que llevan a cabo los que no producen a costa de los que sí lo hacen. Es la equidad, la que dará por resultado que cada uno “se siente bajo su propia parra y su propia higuera” . Y de ese desarrollo productivo es enemigo número uno un Estado demasiado expandido en roles.

Como resultado de una toma de conciencia de lo inadecuado del sistema educativo de países latinoamericanos en general, falencia mostrada en no pocos estudios a nivel regional , y los que arrojan resultados que evidencian casi en la totalidad de los casos que la educación estatal es siempre peor que la privada, se está dando una proliferación de instituciones educativas de todo tipo, desde Universidades a institutos, los que otorgan diplomas a cada vez mayor número de graduandos especializados entre otras cosas en gestión pública. Cito aquí lo dicho por el director de una de estas instituciones, una nueva universidad evangélica en Lima, Perú: "Incursionar en la política demanda un alto grado de preparación, digo, si se quiere llegar a ser gobierno. La estructura del Estado es frondosa y para ser eficiente y competitiva necesita expertos además de un talante ético. En plazo inmediato debe aspirarse a gobiernos locales y colocar en el parlamento a una docena de hermanos preparados integralmente… Es claro en esta afirmación que las iniciativas educativas por parte de no pocas instituciones denominadas cristianas cuentan con una base no revisada humanista, lejana a los principios bíblicos para lograr sociedades justas y estables. Uno de los conceptos menos revisados es el del Estado, su rol y significado. Y por falta de revisión tenemos a la mismísima cristiandad educando para continuar con paradigmas equivocados.

Si realmente queremos educar para gobernar en nuestros países, tan acostumbrados a copiar modelos extranjeros, no sólo no pertinentes sino hasta fracasados –porque ¿quién no sabe que el Estado paternalista es un fracaso?- y pensando en gobernantes adecuados, quienes adhieren a una posición de valores libertarios y progresistas debemos hacer revisión de nuestros referentes: Desde Deuteronomio 17, una fuerte exhortación del mismo Dios a un pueblo favorecido con un Estado de carácter y propósito más que nada judicial, de no incurrir en la creación de “estados frondosos”, pasando por I Samuel 8, con un enfático recordatorio de lo que implicaría el contar con un gran Estado burocrático, hasta encontrarnos con el gigantesco Estado de Salomón, el cual ya desde ese tiempo cobró impuestos los cuales resultaron imposibles de soportar a una población cansada y más tarde, con toda lógica, separatista, es claro que un sistema político y económico en coherencia con la idea de libertad y justicia es un Estado no expandido en sus roles –multidisciplinario, así le llaman ahora- sino uno limitado a una magna tarea judicial la que asegure una sociedad justa que no necesita un Estado elefantiásico.

Por donde se le mire, desde la perspectiva del productor, o del consumidor de bienes y servicios, un Estado cuyas ramas se extienden a veces hasta el comedor familiar es una calle sin salida, erosiona los fondos del ciudadano a favor de una dependencia cada vez mayor de éste de ese mismo Estado, y un obstaculizador del verdadero desarrollo, es decir de la emergencia de empresa de todo tamaño. Y allí tenemos cifras que le pueden erizar los pelos a cualquiera. Por ejemplo, el Estado español gasta casi el 33% de su PBI anual, Inglaterra cerca de un 41%, y esto explica las angustiosas situaciones que estas naciones han afrontado en los últimos años y su imposibilidad de seguir haciéndolo: La alta imposición sumada al hecho de que se ha favorecido a las grandes corporaciones financieras, cuyo negocio no ha sido prestar al pequeño sino al grande, y a darle tarjetas de crédito para consumo a todo el que quiera comprar a crédito hasta zapatillas chinas, ha traído como consecuencia la desaparición, sistemática y continuada de la mediana y pequeña empresa, y por consiguiente de los millones de puestos de trabajo que se requieren. Definitivamente, no se pueden crear empleos en una sociedad cuyo Estado se come el dinero, mayormente en conformista e inútil burocracia estatal. Para no mencionar la inútil infraestructura creada por ejemplo por los múltiples gobiernos regionales de España: En Valencia se ha construido un moderno aeropuerto en el que nunca ha aterrizado ni despegado un avión.

A pesar de que no funciona –y eso se debería enseñar en las instituciones educativas latinoamericanas que quieran entrenar a futuros gobernantes- la tendencia a aumentar el gasto estatal aumenta, y eso lo muestran diferentes análisis los que incluyen a países latinoamericanos: Para el 2006 Colombia gastaba ya el 31% de su PBI, Bolivia el 35%, Venezuela el 30%, Perú el 27%, Brasil el 26% y la industria y el comercio no crecen lo suficiente para traer a realidad la ansiada equidad. Más bien, como lo denuncia Ricardo Amorim: .. Finalmente impuestos elevados y baja inversión en infraestructura, debida a los altos públicos y desvíos, perjudican particularmente a la industria . Si estamos perjudicando a la industria, estamos perjudicando a la gallina de los huevos de oro.. . esto es, a la sociedad libre que produce.

El "Estado frondoso" y la educación para ser "empleado público" son perspectivas falaces causadas por la ignorancia de principios bíblicos. Lamentablemente proliferan las iniciativas evangélicas para "criar" burócratas estatales. Tanto en los países emergentes como en los que no parecen emerger, no necesitamos más gestores públicos que vivan de impuestos, necesitamos emprendedores que inicien pequeña empresa y empresarios con visión quienes organicen instituciones de crédito que provean micro-financiamiento.

Discipular a las naciones requiere quebrar mentalidades antibíblicas y dominadas por pensamientos caducos. Y para ello la educación en la verdad tiene que elevarse por encima de la tradición religiosa, plagada de pensamiento humanista

1  I Reyes 4.25; Miqueas 4.4..

2  Ver las investigaciones de PISA y OCDE en la web

3  Castro Garcìa, René. Oct 2012, por Jacqueline Alencar La Iglesia, poderosa agencia educativa

4  http://jesusenaccion.blogspot.com/2012/10/la-iglesia-poderosa-agencia-educativa.html
http://www.nationmaster.com/red/graph/eco_bud_exp_pergdp-economy-budget-expenditures-per-gdp&b_map=1
5 Amorim, Ricardo. Ag2012 Socorro, estamos exportando consumidores. Revista ISTOÉ, Brasilia. Traducción de la autora de este artículo

Ana Roncal V.