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viernes, 19 de octubre de 2012

Teresa Forcades, "Monja roja", destaca nuevo auge de la Teología de la liberación

La llamada “Monja roja” destacó la obra del filósofo Enrique Dussel, particularmente el trabajo “Las metáforas teológicas de Marx”
El programa matutino Toda Venezuela, conducido por el periodista Ernesto Villegas y transmitido por VTV, tuvo como invitada este lunes a la médica, teóloga y monja española Teresa Forcades, en el marco del Primer Encuentro Internacional Ecuménico sobre Espiritualidad Liberadora a La luz de la Teología de la Liberación, realizado recientemente en Caracas.
Villegas comenzó la entrevista comentando el calificativo que últimamente le endosaron a la teóloga Forcades, a la cual han llamado “Monja roja”. Para la también Doctora en Medicina, tal mote ―que no es que la complazca― viene dado por las declaraciones que viene haciendo en distintos medios de comunicación, en las que los más desfavorecidos han ocupado el lugar central. Sin embargo, la alusión a lo de “monja roja”, era la introducción al tema, mucho más importante, de la vinculación Teología de la Liberación ― Marxismo.
Y es que la Teología de la Liberación fue la base de este importante encuentro ecuménico donde se discutió sobre “espiritualidad liberadora”, y que se constituyó en una manifestación más del nuevo auge que viene recobrando la conocida corriente teológica, nacida en 1968 en el contexto de la Primera Conferencia Episcopal Latinoamericana, realizada en la ciudad de Medellín, Colombia.
Para Teresa Forcades, este nuevo auge de la teología de la liberación viene de las bases, de abajo hacia arriba. En tal sentido, la teóloga recordó que la actitud de la jerarquía de la iglesia frente a la Teología de la Liberación sigue siendo de sospecha y condena, por lo que el llamado “alto clero” nada tiene que ver con este renacimiento de la corriente teológica-filosófica.
Entrando en materia, el conductor del matutino hizo la pregunta de rigor: ¿Qué eso de la Teología de la Liberación? La hermana respondió que la corriente “se basa en lo más original y fundamental del cristianismo”, en la constatación de que “no se puede hablar de Dios sin hablar de la realidad de justicia social”, una idea que se encuentra en el evangelio, en Mateo 25.
Forcades reflexionó sobre las ideas contenidas en el evangelio, citándolo ampliamente y demostrando su amplio dominio de las escrituras, destacando los debates y conclusiones que en este sentido emanaron del Concilio Vaticano II, que se concretaron en la idea de la “Acción preferencial por los pobres” como base de la nueva visión teológica liberadora. Se basa también “en algo peculiar del cristianismo”, que es “Pensar a Dios encarnado”. Es aquí donde el amor se convierte en lo fundamental del planteamiento cristiano, en la medida en que “la única experiencia humana que puede acercarse a la plenitud de Dios es el amor”.
Villegas avanzó de lo abstracto a lo concreto, recordando a Leonardo Boff, representante destacado de la aludida corriente teológica, y que como muchos otros mereció la condena de los jerarcas de la cristiandad, quienes los catalogaron ―acusaron― de marxistas.
Aprovechemos aquí para distinguir entre cristianismo originario y cristiandad, donde el primero se identifica con la Teología liberadora y el segundo con la iglesia tal como la hemos conocido en los últimos siglos, en su calidad de institución al servicio de los intereses del capital, el gran fetiche de nuestros tiempos.
La teóloga Forcades afirmó que la vinculación TL―Marxismo es una discusión que se está retomando, aprovechando para establecer una interesante distinción entre las versiones caricaturescas del marxismo ―en alusión a las versiones manualescas―; las versiones históricas inaceptables ―aludiendo directamente a las experiencias del socialismo burocrático tipo soviético―, y los estudios marxistas de filósofos como Enrique Dussel, del cual afirmó estar leyendo su obra “Las metáforas teológicas de Marx”, donde el autor afirma que Marx fue un estudioso de la teología en sus primeros años.
En este sentido, la estudiosa recordó que nociones centrales del marxismo como el fetichismo, es tomada por Marx de los profetas del antiguo testamento. Luego de repasar la etimología de la palabra fetiche, o los ídolos ante los cuales se arrodillan los hombres, la teóloga recordó que Marx definió al capitalismo como el anticristo, un sistema en el que el ser humano termina sometiéndose a los fetiches, productos del trabajo humano.
Conviene recordar que filósofos de la ética y la política como Enrique Dussel, fundador de la Filosofía de la liberación, tributaria en apreciable medida de la Teología de la liberación, ha afirmado en distintos espacios que quien considere a Marx como ateo, no ha leído o entendido bien al filósofo de Tréveris.
El hecho es que la obra de Marx ha sido históricamente distorsionada y tergiversada, lo cual no indica que debamos considerar a Marx como teólogo, aunque sí como un autor en cuya obra estuvieron presentes las ideas del cristianismo originario, lo cual explicaría que las ideas de Marx esten presentes en los planteamientos de una teología que establece que no se puede hablar de Dios sin hablar de justicia social.

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