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lunes, 10 de septiembre de 2012

EL MOVIMIENTO MACROECUMÉNICO INDOAFROLATINOAMERICANO FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL

di Giulio Giradi, filosofo e teologo della Liberazione

El movimiento macroecuménico indoafrolatinoamericano "Asamblea del pueblo de Dios" surgió en el clima de las contracelebraciones del V centenario de la conquista y de la evangelización del continente, como iniciativa de cristianos de base, evangélicos y católicos, que se identificaron desde su fe, con la campaña 500 años de resistencia indígena, negra y popular. Su primer encuentro continental se realizó en Quito, Ecuador, en 1992¸el segundo en Cachipay, Colombia, en 1996. Teníamos que celebrar el tercer encuentro en Azua, República Dominicana, en la primera semana de Noviembre del 2000, pero el evento fue sorpresivamente cancelado y pospuesto, para el mes de Abril de 2001.
Entre paréntesis, me parece que este repentino cambio de fecha es un signo más de las dificultades que atraviesa y de la crisis que sufre el movimiento continental. Señalo este problema, no sólo para que tomemos conciencia de él, sino también para que asumamos nuestra responsabilidad en su solución. Creo pues que para relanzar el movimiento continental, podemos contar esencialmente con Brasil y Cuba; y en Cuba, sobre todo con el "Centro cristiano de Reflexión y Diálogo de Cárdenas".
Los años '90 fueron caracterizados por los avances del proceso de globalización neoliberal y por la toma de conciencia de su impacto destructor y mortífero sobre las mayorías populares. Se explica así que la secretaría continental de la Asamblea del Pueblo de Dios haya propuesto como tema para el tercer encuentro continental del movimiento "Por un milenio antineoliberal", completando esta fórmula aparentemente negativa con un llamado a construir "un proyecto de vida desde nuestros pueblos"; es decir un proyecto alternativo de civilización.
Por supuesto, reconociendo la importancia decisiva de este tema y la exigencia de ponerlo en el centro de nuestras preocupaciones, creemos necesario que el enfoque religioso y macroecuménico del problema tenga un carácter específico respecto a los enfoques puramente políticos de la lucha contra el neoliberalismo y la exclusión.
Sin embargo el solo hecho de asumir esta perspectiva evidencia algunos rasgos propios de nuestro ecumenismo, y en primer lugar su esencial dimensión política. Es decir que nuestro macroecumenismo no es apolítico ni políticamente neutral, sino que, por su mismo origen, implica una toma de partido ético-política, fundada en el derecho de autodeterminación de los pueblos oprimidos, actualización de la opción por los oprimidos y las oprimidas como sujetos.

OBJETIVOS POLÍTICOS Y TEOLÓGICOSEntonces, nuestra reflexión política y teológica se propone los siguientes objetivos:

1°- Entender la continuidad fundamental entre las dos etapas del movimiento macroecuménico, la del '92 y la del 2000, mostrando como los nuevos desarrollos se realizan manteniendo la fidelidad a sus raíces.
2°- Explorar las novedades que conlleva para el movimiento su ubicación más explícita en el contexto geopolítico neoliberal: procurando entender qué significa para un movimiento que surgió como cuestionamiento de la conquista y colonización de América transformarse en cuestionamiento de la conquista y colonización del mundo realizada por las grandes potencias.
3°-Definir la especificidad del movimiento macroecuménico en el movimiento internacional de resistencia al neoliberalismo y de construcción de un proyecto alternativo de civilización.
 
I- Continuidad entre las dos etapas del movimiento macroecuménico indoafrolatinoamericano
Queremos aquí evidenciar , partiendo de los orígenes del movimiento macroecumenico., los rasgos constitutivos de su identidad, que por tanto consideramos esenciales para garantizar su continuidad en la nueva etapa:1°- El movimiento macroecuménico indoafrolatinoamericano surge como expresión de la opción por los pueblos oprimidos como sujetos, es decir de una solidaridad liberadora, que pretende atestiguar la presencia de Dios, Amor Liberador, en la historia.
2°- La expresión concreta de esta solidaridad liberadora es la afirmación del derecho de autodeterminación solidaria de los pueblos oprimidos, en los terrenos político, económico, ecológico, cultural, educativo y religioso.
La autodeterminación solidaria tiene, entre sus principales implicaciones, el derecho a la diversidad. La afirmación de este derecho conlleva también el reconocimiento de la capacidad intelectual, moral y política de ejercerlo.
Afirmar el derecho de autodeterminación de los pueblos oprimidos significa cuestionar radicalmente las conquistas que lo han pisoteado y la civilización que este crimen originario ha engendrado. Significa también cuestionar la teología de la cristiandad, que ha legitimado las mismas conquistas y la civilización genocida instaurada por ellas. La teología de la cristiandad es una interpretación de la misión de la iglesia, que la considera llamada a cristianizar a todos los pueblos y a promover a nivel mundial una "civilización cristiana", en la cual la iglesia sea reconocida como maestra espiritual y moral universal.
El reciente documento Dominus Jesus , entre muchos otros, del magisterio católico, prueba que esta teología no pertenece sólo al pasado, sino que sigue vigente. Con la globalización neoliberal, estamos pasando de la conquista de América a la conquista del mundo: la jerarquía católica participa activamente en la conquista actual, como participó en la de antaño.
3°- Entre los aspectos del derecho de autodeterminación solidaria, el movimiento macroecuménico valora especialmente las dimensiones cultural y religiosa. Denuncia entonces particularmente las violaciones de estos derechos de parte de las iglesias, la descalificación y persecución de las culturas y religiones indígenas y afroamericanas,la concepción de la evangelización que justificó estos comportamientos. Siente, por el otro lado, la responsabilidad de contribuir, en espíritu de desagravio, al rescate de esas culturas y religiones, reconociendo su riqueza humana y su valor teológico. Promueve, con respecto a ellas, una relación de diálogo , entendido como reconocimiento y enriquecimiento mutuos.
4°- El movimiento macroecuménico así entendido no pretende involucrar a todos los sectores religiosos sino a los que toman partido por la liberación de los pueblos oprimidos, reconociendo su derecho de autodeterminación. Es un movimiento religioso, pero indisociable de una opción ético-política liberadora. Por tanto se autoexcluyen del movimiento las religiones o los sectores religiosos aliados de los poderes opresores. Sin embargo, sigue siempre abierta, inclusive con estos sectores, la posibilidad de un diálogo fraterno.
-El macroecumenismo conlleva particularmente un reconocimiento de la religiosidad popular, como punto de partida de su reflexión teológica: lo que no excluye la necesidad de discernir, en esta religiosidad, la experiencia auténtica de entrega a Dios y a l@s herman@s y por el otro los intentos de poner el poder de Dios al servicio de intereses egoístas. Sin embargo, esta crítica no es una tarea de instituciones religiosas, ni de clérigos, ni de un magisterio. Es una autocrítica que el propio pueblo, estimulado también por intelectuales identificados con él, tiene que desarrollar autónomamente, en un proceso de maduración y purificación..
6°- La opción macroecumenica le inspira a cada religión una profunda renovación de su teología, que fundamente su apertura a las otras religiones, que se enriquezca con sus aportes y que reconozca la legitimidad del sincretismo en la práctica religiosa y en la teología.
El sincretismo, en el lenguaje de los teólogos cristianos,es un término despectivo que califica y descalifica la interpenetración entre el cristianismo y otras religiones, por ejemplo indígenas o afroamericanas, que se realiza en la religiosidad popular. En este lenguaje , sincretismo significa confusión, que la teología se considera llamada a corregir, asumiendo como norma la enseñanza de la institución. En cambio, el macroecumenismo popular le reconoce a cada pueblo y a cada persona el derecho de elaborar autónomamente su propia síntesis y su propio itinerario hacia Dios, valorando los aportes de varias tradiciones religiosas. El sincretismo se convierte así en una forma, plenamente legítima, de creatividad popular.
-El macroecumenismo así entendido no es institucional sino que se caracteriza como popular, porque no surgió ( en el '92), de una iniciativa de las instituciones sino de las bases; y se denominó "asamblea del pueblo de Dios" justamente para distinguirse de la conferencia episcopal que se iba a celebrar en Octubre en Santo Domingo.
No se trataba sólo, para la asamblea del pueblo, de distinguirse sino también de contraponerse a las opciones de la asamblea episcopal, que se presentaba como momento culminante de las celebraciones del V centenario del "descubrimiento de América" y de la primera evangelización. Celebraciones que la iglesia católica compartía con las potencias del Norte. En cambio, la "asamblea del pueblo de Dios se identificaba con la campaña 500 años de resistencia indígena, negra y popular y participaba en las contracelebraciones que eran expresión de esta resistencia.
Por eso mismo, el macroecumenismo popular exige de parte de sus miembros una opción política liberadora; mientras que el macroecumenismo institucional se plantea objetivos políticos más generales, como la paz, la renegociación de la deuda, la lucha contra el hambre, etc. Además, el macroecumenismo popular exige de sus miembro el cuestionamiento de la institución y de su teología, por su infidelidad a la opción liberadora; lo que el macroecumenismo institucional no exige.Por fin, el macroecumenismo popular excluye que cada religión o confesión mantenga la convicción de ser la única verdadera, lo que el macroecumenismo institucional no excluye.
Afirmando esta distinción, no negamos la importancia del macroecumenismo institucional, como signo de una evolución de las mentalidades y como factor de aceleración de esta evolución.

II-Novedades que conlleva para el macroecumenismo su redefinición en el contexto de la globalización neoliberal.
La globalización neoliberal es un proceso de unificación del mundo alrededor de los mercados. Se caracteriza por la concentración del poder y de la riqueza en pocas manos, por la exclusión de las grandes mayorías y , por la negación del derecho de los pueblos a la autodeterminación y la diversidad. Por medio de las leyes del mercado , consideradas objetivas y absolutas, las potencias del capitalismo central pretenden dominar el mundo .Con este proceso ellas realizan la transición de la conquista y colonización de América a la conquista y colonización del mundo. Este proceso desata un conflicto entre la autodeterminación de los mercados y la autodeterminación de los pueblos, que representa, para la humanidad, un problema de vida o muerte.
La colonización política y económica conlleva además un intento de colonización cultural y educativa, cuyo eje es la imposición a nivel mundial del "pensamiento único" neoliberal.. La colonización religiosa actúa en la misma lógica, y tiene como protagonistas las religiones que pretenden ser las únicas verdaderas y que, por eso mismo, se consideran llamadas a convertirse en religiones mundiales. La vocación del cristianismo a la colonización religiosa del mundo ha jugado y sigue jugando un papel fundamental en la justificación de la colonización política, económica y cultural del mundo. La alianza del cristianismo con el liberalismo en la lucha anticomunista,que marcó gran parte del siglo XX, contribuyó a la legitimación ética y al fortalecimiento político de esta ideología.

Ahora la redefinición del macroecumenismo en el contexto de la globalización neoliberal conlleva importantes novedades: que no representan una ruptura con el proyecto originario, sino un enriquecimiento de su perspectiva.-La reivindicación de la autodeterminación de los pueblos oprimidos se convierte en el eje de la lucha contra el neoliberalismo. Ya no se trata sólo de afirmar el derecho a la autonomía de los pueblos indígenas y negros, sino de todos los pueblos del mundo sometidos a la dictadura de los mercados. Es una reapropiación de parte de los pueblos oprimidos del poder confiscado por los mercados y por las potencias imperialistas. Si el primado de los mercados en la sociedad y el mundo es la versión actual del imperialismo, el rescate de la autodeterminación de los pueblos es el eje de la lucha antiimperialista.
Símbolo de esta rebeldía de los pueblos contra los mercados , es la insurrección de los indígenas zapatistas de Chiapas: ellos se levantaron el 1° de enero de 1994, día en el cual tenía que entrar en vigor el tratado de libre comercio, entre México, Estados Unidos y Canadá. No se rebelaron sólo contra el gobierno y el ejército mexicano sino también contra el modelo económico neoliberal, denunciando este proceso de globalización como la IV guerra mundial, dirigida contra los pobres del mundo. La insurrección zapatista ha llamado la atención sobre la convergencia , en la época de la globalización neoliberal, entre los sufrimientos, las reivindicaciones y los problemas de los oprimidos del Sur y del Norte.; y sobre la necesidad urgente de construir un mundo en el cual quepan muchos mundos. Ella se ha convertido así en el detonante de una movilización internacional e intercontinental , por la humanidad y contra el neoliberalismo; en el detonante de una "internacional de la esperanza". El movimiento macroecuménico tiene que comprometerse activamente , con su aporte específico , en esta internacional de la esperanza; es decir, en la construcción de un poder popular intercontinental , llamado a contraponerse al poder de los mercados y de las potencias imperialistas.
Entre los movimientos populares con los cuales el movimiento macroecuménico tiene que aliarse, es particularmente importante hoy el de las mujeres. Ellas enriquecen la perspectiva macroecuménica con el aporte de su punto de vista especifico y evidenciando la problemática de su liberación. Al mismo tiempo introducen en el movimiento la perspectiva de género, que articula la problemática de la liberación femenina con la de la liberación masculina . Por otra parte, el movimiento macroecuménico indoafrolatinoamericano , fiel a sus raíces, llama particularmente la atención sobre la opresión de las mujeres indígenas y negras. La problemática feminista y de género les abren nuevos horizontes a la teología de la liberación.
3°-Aliándose con los otros movimientos populares que luchan por una alternativa de civilización, el movimiento macroecuménico expresa una concepción de la espiritualidad, que no aleja del compromiso ético-político, y que al contrario encuentra en la opción militante por los oprimidos y las oprimidas , es decir en el amor liberador, su criterio de autenticidad; expresa una concepción de la revelación de Dios Amor Liberador, que no pasa sólo por los libros inspirados, sino también y sobre todo por el testimonio humano de amor históricamente comprometido.
Aliándose con los otros movimientos populares, el macroecumenismo reconoce que, en la construcción de la alternativa de civilización, ellos son los protagonistas. Las iglesias y todas las religiones están llamadas a motivar y fortalecer los movimientos populares, pero no a dirigirlos.
4°- En el 92, el movimiento macroecuménico definió su identidad asumiendo las opciones éticas y políticas de la campaña continental 500 años de resistencia indígena, negra y popular. Sin embargo hoy día este movimiento unitario se ha estancado. Por tanto , la asamblea del pueblo de Dios tiene la responsabilidad de asumir su herencia y de prolongar su lucha unitaria al interior del movimiento popular continental y mundial.
5°-Al reconocer el derecho de autodeterminación cultural y religiosa de todos los pueblos, el macroecumenismo se contrapone frontalmente al pensamiento único neoliberal y a su pretensión de colonizar el mundo. Asume por tanto una tarea importante en la lucha cultural y educativa, y en la elaboración de una cultura y una pedagogía liberadoras.
-Al reconocer el derecho de autodeterminación cultural y religiosa de todos los pueblos del mundo , el macroecumenismo se abre no sólo a las religiones originarias y afroamericanas, sino también a todas las otras religiones liberadoras, particularmente a las grandes religiones asiáticas. Los cristianos aprenden a reconocer su riqueza humana y también su valor teológico, como itinerarios distintos pero convergentes hacia el Dios de todos los nombres. El macroecumenismo fortalece el sentimiento de unidad e identificación, valorado por las religiones indígenas y afroamericanas, entre la humanidad, el cosmo y Dios; e inculca así una concepción de la transcendencia que no contradice la inmanencia de Dios, sino que la funda.
 
III-Especificidad del macroecumenismo en el movimiento mundial de resistencia al neoliberalismo y de construcción de un proyecto alternativo de civilización.
En la época de la globalización neoliberal, el movimiento macroecuménico popular, tiene, como acabamos de recordar, que aliarse con los otros movimientos populares, insertándose orgánicamente, de esta manera, en el movimiento de resistencia y de construcción de la alternativa.
Ya hemos aclarado porqué, en este conjunto, las religiones no pueden y no deben aspirar a asumir el papel protagónico; porqué tienen que superar la tentación persistente de clericalismo.
Nos queda por ver si en este conjunto el macroecumenismo tiene una tarea específica respecto a los otros movimientos. Me parece evidente que la tiene y que hay que buscarla al nivel espiritual y religioso . Aquí el macroecumenismo está llamado a ejercer una función profetica , es decir al mismo tiempo crítica y creadora.
Su función crítica tendrá como primer objeto la lógica despiadada del neoliberalismo, fortaleciendo con el aporte religioso la crítica que los movimientos populares ejercen, cada uno desde su propia perspectiva: el neoliberalismo contradice frontalmente no sólo el proyecto popular de vida sino también el proyecto del Dios Liberador, que justamente coincide con él.
El macroecumenismo ejercerá su crítica profética también sobre las religiones y las espiritualidades que pretenden realizar un culto de Dios separado del compromiso al lado de los oprimidos y las oprimidas. Ejercerá su crítica profética especialmente sobre las religiones que han justificado y siguen justificando el liberalismo y el imperialismo.
El macroecumenismo cuestionará las religiones y confesiones que se consideran como las únicas verdaderas y pretenden prevalecer sobre las otras: buscará como acabar en todo el mundo con las guerras de religión. Con este objetivo tendrá que discutir los presupuestos teológicos e históricos de esas pretensiones hegemónicas.
Por lo que concierne el cristianismo, este cuestionamiento implica un replanteamiento de la hermenéutica bíblica y la afirmación de un criterio que permita discernir entre los textos, cuestionar los que legitiman una actitud de arrogancia e intolerancia religiosa. Para nosotros, el criterio más auténticamente cristiano es el del amor liberador, expresado en la opción por los oprimidos y las oprimidas como sujetos y reconocido como el itinerario más seguro en el descubrimiento de Dios, Amor Liberador.El macroecumenismo cuestionará todas las formas de clericalismo, denunciando la pretensión de los cléricos de dirigir la sociedad y sus procesos de transformación; reconociendo entonces la autonomía de lo temporal y asumiendo los procesos de secularización.
El macroecumenismo cuestionará el machismo que caracteriza la mayoría de las religiones, defendiendo el derecho de las mujeres a la igualdad y la diversidad, y renovando la teología en una perspectiva de género. El macroecumenismo relativizará particularmente los textos de la biblia y de otros libros sagrados, que reflejan una ideología patriarcal, ubicándolos en su contexto histórico.
El macroecumenismo en esta nueva fase inspirará un avance en la renovación teológica, capaz de valorar el aporte no sólo de las religiones indígenas y afroamericanas, sino de todas las religiones liberadoras del mundo. Esto significa someter a nuevos análisis , desde la praxis liberadora, los conceptos de religión, revelación, fe, salvación, pecado original, comunión, sacerdocio; la misma concepción de Dios y de la divinidad de Jesús.
El macroecumenismo ejercerá su papel profético sobre todo reaccionando creativamente al fatalismo impuesto por el pensamiento único neoliberal , que excluye la posibilidad de una alternativa al sistema de muerte. El macroecumenismo alimentará entonces la tensión utópica del pueblo, comunicándole el proyecto liberador de Dios y la fuerza para esperar contra toda esperanza; despertará y fortalecerá la confianza de los pobres en si mismos, revelándoles la confianza del Dios Liberador.
El macroecumenismo le brindará a la resistencia popular y al compromiso por la construcción de una alternativa de civilización las motivaciones más sólidas y profundas, capaces de enfrentar la violencia de la represión, el trauma de la derrota y la traición de los líderes.
El macroecumenismo le brindará a la lucha popular las armas de la no violencia y alimentará su confianza en la fuerza de la verdad, del derecho , de la justicia, del amor.
El macroecumenismo desatará un proceso de educación popular liberadora, que contribuya a plasmar en los mismos creyentes una nueva espiritualidad, capaz de pensamiento autónomo y abierto, de creatividad y de entrega incondicional a la causa del pueblo.
El macroecumenismo, al asumir , en el contexto de la globalización, una perspectiva global sobre el mundo, tiene que reconocer hoy, como compromiso central de todas las religiones liberadoras, la salvaguardia y la liberación de la tierra. Este compromiso no se contrapone a la opción por los pobres, sino que forma parte de su profundización. Porque los pobres son las primeras víctimas de la contaminación y la destrucción de la naturaleza. Además, el mismo modelo económico que engendra y margina a los pobres es responsable de la contaminación y destrucción de la naturaleza; así que la defensa de la naturaleza contra este modelo coincide con la defensa de los pobres. Por fin , los guardianes más eficaces de la naturaleza son los campesinos, los indígenas y los negros: para ellos la naturaleza no es sólo su ambiente de vida sino la fuente de su vida y parte de su propia vida . Por tanto , afirmando el derecho de autodeterminación económica de estos pueblos oprimidos, defendemos su derecho de salvaguardar y cuidar la naturaleza .Además, reconociendo entre los valores de las religiones indígenas y afroamericanas la relación armónica y cariñosa con la naturaleza, nos comprometemos a asumir estos valores y su fundamentación religiosa.
El macroecumenismo por fin buscará realizar entre las religiones una unidad , respetuosa de la diversidad, fundada en el reconocimiento del Dios Liberador y en el compromiso para la realización de su proyecto histórico. Esta unidad en la diversidad entre las religiones será la profecía y el fundamento de un mundo nuevo , en el cual quepan muchos mundos; es decir, de un mundo donde todos los pueblos puedan ejercer su derecho a la autonomía y la diversidad.

Piano dell'intervento
EL MOVIMIENTO MACROECUMÉNICO INDOAFROLATINOAMERICANO FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
I- Continuidad entre las dos etapas del movimiento macroecuménico indoafrolatinoamericano
II-Novedades que conlleva para el macroecumenismo su redefinición en el contexto de la globalización neoliberal.
III-Especificidad del macroecumenismo en el movimiento mundial de resistencia al neoliberalismo y de construcción de un proyecto alternativo de civilización.

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