Señor, derrama de lo alto tu Espíritu sobre las iglesias, y que el desierto se convierta en campo fértil. Así la justicia volverá a los justos y todos los rectos de corazón la seguirán. Que lo que queda sea puesto en orden, y que toda planta que no sea de mi Padre celestial sea desarraigada.
Que el Señor, a quien busco, purifique su templo con fuego purificador, y que con jabón de lavadores purifique a los hijos de Leví y a toda la simiente de Israel, afinándolos como oro y plata, para que así puedan traer ofrendas de justicia que sean gratas al Señor como en los tiempos pasados, y como en los años antiguos.
Que la religión que es pura y sin mácula delante de ti, Dios Padre, florezca y prevalezca en todas partes, junto con el reino de Dios, que no consiste en comer ni beber, sino que es un reino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Oh aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer, y permite que estos tiempos sean tiempos de reforma.
Que el Señor, a quien busco, purifique su templo con fuego purificador, y que con jabón de lavadores purifique a los hijos de Leví y a toda la simiente de Israel, afinándolos como oro y plata, para que así puedan traer ofrendas de justicia que sean gratas al Señor como en los tiempos pasados, y como en los años antiguos.
Que la religión que es pura y sin mácula delante de ti, Dios Padre, florezca y prevalezca en todas partes, junto con el reino de Dios, que no consiste en comer ni beber, sino que es un reino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Oh aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer, y permite que estos tiempos sean tiempos de reforma.
Que todos los que se levantan y consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, que rompen sus ligaduras y echan de ellos sus cuerdas, conspiren en vano. Que el que se sienta en los cielos se ría y se burle de ellos. Háblales en tu furor y túrbalos con tu ira. Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte y pechos enjutos.
Dios mío, ponlos como torbellinos, como hojarascas delante del viento; llena sus rostros de vergüenza para que busquen tu nombre, oh Señor. Y que conozcan que tu nombre es Jehová, el Altísimo sobre toda la tierra.
Pon temor en ellos, oh Señor; ¡que las naciones sepan que no son sino hombres! Y cuando los orgullosos enemigos de tu iglesia actúen arrogantemente, dales a conocer que eres más grande que ellos.
Sean avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion. Que se...
Dios mío, ponlos como torbellinos, como hojarascas delante del viento; llena sus rostros de vergüenza para que busquen tu nombre, oh Señor. Y que conozcan que tu nombre es Jehová, el Altísimo sobre toda la tierra.
Pon temor en ellos, oh Señor; ¡que las naciones sepan que no son sino hombres! Y cuando los orgullosos enemigos de tu iglesia actúen arrogantemente, dales a conocer que eres más grande que ellos.
Sean avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion. Que se...
an como la hierba de los tejados, que se seca antes de que crezca.
Que ningún arma forjada contra tu iglesia prospere, y que toda lengua que se levante contra ti en juicio sea condenada.
Haz de Jerusalén piedra pesada para todos los pueblos, y que todos los que la carguen sean despedazados, aunque todas las naciones de la tierra se junten contra ella; Señor, que todos tus enemigos perezcan, pero deja que tus amigos sean como el sol cuando sale con toda fuerza.
Señor, que el inicuo sea muerto con el soplo del espíritu de tu boca y destruido con el resplandor de tu venida; haz que aquellos indecisos que han estado por largo tiempo bajo el poder del engaño crean en el verdadero amor.
Que Babilonia caiga y se hunda como una piedra de molino en el mar, y que los reyes de la tierra que han dado a la bestia su poder y honor real sean, al cabo, hechos venir a traerlos a la nueva Jerusalén.
Que ningún arma forjada contra tu iglesia prospere, y que toda lengua que se levante contra ti en juicio sea condenada.
Haz de Jerusalén piedra pesada para todos los pueblos, y que todos los que la carguen sean despedazados, aunque todas las naciones de la tierra se junten contra ella; Señor, que todos tus enemigos perezcan, pero deja que tus amigos sean como el sol cuando sale con toda fuerza.
Señor, que el inicuo sea muerto con el soplo del espíritu de tu boca y destruido con el resplandor de tu venida; haz que aquellos indecisos que han estado por largo tiempo bajo el poder del engaño crean en el verdadero amor.
Que Babilonia caiga y se hunda como una piedra de molino en el mar, y que los reyes de la tierra que han dado a la bestia su poder y honor real sean, al cabo, hechos venir a traerlos a la nueva Jerusalén.
Amen; Amen; Amen.
Dios me los bendiga mis amados.
Dios me los bendiga mis amados.
UBALDO TEJADA GUERRERO
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