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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Fanatismo religioso y fe

por Évangile et Liberté | 10 septiembre, 2012

Evangelio y Libertad

Évangile et Liberté
Artículos traducidos por Jean Pierre Pairou.
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El fanatismo religioso, como se sabe, vuelve estúpida a la gente, incluso a las personas mejor dotadas intelectualmente. La tristemente famosa Inquisición es la prueba, verificada por tantas posturas o procedimientos del mismo tipo.
La fe, al contrario, vuelve inteligente , lúcido, y clarividente al creyente, en particular sobre si mismo. Logra que los creyentes sean mas conscientes de la duda que les embarga, e impide que se consideren más creyentes de lo que son. El número de personas cuya fe evangélica ha despertado su inteligencia en relación con ciertas situaciones es impresionante. Algunos ejemplos son más conocidos que otros: Louis Braille y la invención de la escritura con puntos táctiles, Henri Dunant y la fundación de la Cruz Roja, Florence Nightingale, considerada madre de la enfermería moderna, John Bost y la acogida de los niños considerados como indeseables, Desmond Tutu y la reconciliación en Sudáfrica. Podríamos continuar citando a multitud de personas como ejemplos de lo que estamos diciendo.
Al elegir a los niños en lugar de “a los sabios y entendidos” (Mateo 11:25), Jesús no alaba la estupidez, sobre todo porque, como todos sabemos, los niños inteligentes son legión. Atacó a los que, creyéndose inteligentes, no tienen ni el conocimiento ni la disponibilidad de corazón y mente para discernir lo que Dios espera de ellos.
La fe, bien entendida, nunca es ciega. Nos es suficiente que el fanatismo lo sea. Dios nos dio el discernimiento para que lo usáramos en todos los ámbitos , incluso en el ámbito de las creencias entre las que nuestra inteligencia nos obliga a seleccionar, aunque sólo sea por amor al prójimo.

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